¿Es Juan un asesino?

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Mi corazón empieza a latir mucho más rápido. Intento escapar pero Juan me sujeta con fuerza.

- Te voy a quitar la mano de la boca pero ni se te ocurra gritar o se lo contaré a todos.

Asiento con la cabeza. No se de que me habla pero creo que es lo mejor.

-Te he descubierto Sara. Sé que tu eres la culpable.
-Te juro que no soy yo.
-¿Entonces porque la toalla que me lanzaste apestaba a cloro de la piscina?

Intento buscar una explicación. No se me ocurre nada. A no ser...

-Cuando me salí de la ducha el suelo estaba mojado y lo sequé. Supuse que era mi culpa pero ¿Y si no lo era?
-¿Quieres decir que ese charco puedo haberlo dejado otra persona?
-Es la única explicación que se me ocurre. Porque yo te juro que no he hecho nada.
-Menos mal. No me podía creer que fueras tú.
-Pero esto significa que el asesino se pasea por el cuarto sin que nos enteremos.
-¿Pero como lo hará?
-No lo sé. Lo mejor seeá que no le contemos nada a Alba ni a Marcos.

Juan y yo bajamos intentando aparentar tranquilidad. Alba se quejo de que tenía hambre y Juan se ofreció a preparar algo. No sé por que pero no sentí miedo. Confío en Juan pero confîo más eni misma. Necesitaba una excusa.

-¿Qué estás cocinando?
-Pasta.
-Yo no puedo comer pasta.
-¿Por?
-Es que... Es porque... Estoy en esos días y me sienta mal...
-¿Quieres que te prepare otra cosa?
-No hace falta, ya lo hago yo. Y si quieres me puedo ocupar también del segundo.

Juan me dijo que era un sol y me dió un beso en la frente. Pronto estuvo todo listo y nos sentamos ha comer. Yo estaba muy nerviosa. No sucedió por suerte ninguna de las pesadillas que imaginé. El resto del día fue normal. Alba notó mi nerviosismo y estuvimos hablando mucho rato de temas sin importancia. No recuerdo bien que hicimos el resto del día. Estuvimos viendo alguna serie en el ordenador. Por la noche sorprendentemente me costó muy poco dormirme. Estaba ya amaneciendo cuando me desperte debido a que alguien me zarandeaba fuertemente.

-Sara despierta.
-Alba ¿Qué pasa?
-Shhh no hagas ruido. Tienes que ver esto.

La habitación estaba en ligera penumbra. Los chicos estaban dormidos. Alba alumbró con el móvil la papelera. Oculta bajo unos papeles había una caja de medicamentos. Alba la sacó y me la enseñó. ¡Era una caja de cápsulas con gas para dormir! ¡Esto explicaba muchas cosas!
De repente oimos un ruido, después un disparo. Y alguien me puso un pañuelo el la cara tapandome la nariz y la boca y me hizo dormir.

Esto ya está llegando a su fin. Solo quedan dos capítulos. Muchas gracias por leer *besitos*

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