Sara:
Ha pasado una semana. Las cosas no han avanzado mucho. Se han fingido dos nuevos asesinatos pero no hemos averiguado nada. Las pruebas extras nos han ido muy bien. Solo hemos perdido una. Entre nosotros las cosas siguen bien. Tan solo Rebeca tiene algún problema para relacionarse. Es muy tímida pero espero que coja confianza pronto.
Esta mañana me he levantado y he escuchado el ruido de la lluvia contra los cristales. En la reunión, Emilio nos ha comentado algunas cosas:-Concursantes, como verán está diluviando. Se calcula que continuará lloviendo todo el día. Por eso hemos decidido daros un merecido día de descanso.
A todos nos alegró la noticia. Nuestro equipo decidimos juntarnos en una habitación. Por desgracia Rebeca y Mónica no quisieron unirse. Nos dijeron que preferían pasar un tiempo a solas. Los cuatro restantes nos fuimos a la habitación de Alba. No sabíamos que hacer. Fue entonces cuando Alba tuvo una idea.
-Chicos ya se a lo que vamos a jugar.
-¿A qué?
-Lo hice en un campamento cuando era pequeña y fue muy divertido. Cada uno escribe su nombre en un papel. Luego se mezclan y se coge un papel con el nombre de otra persona. Cuando llega tu turno puedes obligar a la persona que te ha tocado a hacer algo. Eso sí, sin pasarse.Nos pareció buena idea así que hicimos los papelitos. Al mirar el que me tocó, leí con una mala caligrafía el nombre de Juan. La verdad no tengo ni idea de que castigo ponerle. Decidimos que el primero fuera Marcos, el segundo Juan, la tercera Alba, y la cuarta yo. La distribución me pareció correcta porque ahora tenía más tiempo para pensar. Marcos nos enseñó su papel: Alba.
-No seas demasiado malo conmigo.
-Mmmm, déjame pensar...
-Venga, rapidito.
-Ya está, te tienes que desmaquillar.Alba haciendo falsos pucheros entró al baño. Cuando salió parecía otra distinta. Jamás me había imaginado a Alba sin maquillar.
-¿Contentos?
-Sí. Ahora le toca a Juan.
-Pues a mí me ha tocado Marcos.
-¿Qué me tienes preparado?Juan se acercó a Marcos y le dijo algo al oído. Marcos se rió y empezó a bailar. Poco a poco se quitó la sudadera y después la camiseta. Estaba claro, estaba haciendo un stripteis. (No sé como se escribe) Nosotras fingiendo pudor le dijimos que parase. Fue entonces cuando me di cuenta de que Alba me tenía a mí. Ella nos enseñó el papelito y nos dijo que su castigo era largo y mejor dejarlo para después de comer. Esto me puso más nerviosa todavía. Después de comer volvimos al cuarto. Alba me dijo que fuera al baño y tras decirles algo a los chicos que no pude oír me dijo que me metiera a la ducha. Cuando oyó que había terminado entró y me pasó una toalla. Y fue entonces cuando me contó lo que íbamos a hacer.
-Te voy a arreglar. Fíate de mí que se lo que me hago.
Yo no estaba muy segura pero decidí confiar en mi amiga. Me puso de espaldas al espejo así que no pude ver nada. Sé que me cortó las puntas y el flequillo. En ese momento me arrepentí pues los flequillos no me quedan bien. Luego me maquilló y esto también me asustó porque ella se suele pasar con el maquillaje. Finalmente me vendó los ojos, salió un momento del baño a buscar ropa y me ayudó a vestirme. Y fue entonces cuando me preguntó:
-¿Qué vas a hacer con Juan?
-No lo sé.
-Perfecto, sigue fíandote de mí.Entonces salió del baño y entró quien supuse que era Juan. Cuando habló supe que había acertado.
-Alba me ha dicho que tengo que estar diez minutos aquí a solas contigo. Creo que lo mejor será quitarte la venda.
Entonces me vi. Llevaba puesto un conjunto que era mío pero que jamás me hubiera atrevido a ponerme. No sé ni para que me lo traje. Alba se había lucido con el maquillaje y el peinado. Me había hecho unas ondas suaves y el maquillaje era precioso. Lo único que no me daba confianza era el flequillo. Juan me obligó a dar una vuelta para observarme bien. Y como si hubiera notado mi miedo dijo:
-Estás guapísima con el flequillo y debo reconocer que tengo buen gusto para la ropa.
Esto me hizo reír. Al parecer la misión de vestuario le fue encargada a él. No sabíamos que hacer así que nos sentamos en el suelo y nos dedicamos a hablar. En cierto momento, Juan me pasó el brazo por los hombros y me hizo juntarme más a él. Si esto lo hubiera hecho cualquier otro le hubiera dado un manotazo pero he de reconocer que estaba muy a gusto. De repente llamaron a la puerta y toda la magia se desvaneció. Al abrir la puerta nos sonrió una Alba muy sonriente que nos avisó de que era la hora de cenar. Entonces me percaté de que habíamos pasado cerca de media hora en el cuarto de baño. Alba me indicó por señas que quería hablar conmigo. Dejamos a los chicos por delante y cuando no podían oírnos me dijo:
-¿Qué ha pasado?
-Nada especial. Sólo hemos hablado.
-No me creo que solo hayáis hablado.
-Pues es la verdad.
-Jolin. Tú le gustas a él y él te gusta a ti. No es tan difícil.
-Lo que tu digas.En ese momento aparecieron Juan y Marcos y nos cortaron el paso muy asustados. A pesar de ello no nos impidieron ver aquello. Encima de una mesa del comedor se encontraba un cadáver. El cadáver de Emilio. Allí nos dimos cuenta de que no se oía a nadie más en la casa. Me dió un pequeño ataque de ansiedad y simplemente me dejé guiar por Marcos hasta mi cuarto que es el más grande. Los demás llevaron sus cosas allí pues decidieron que lo mejor era no separarnos. Me hice una bolita en el colchón y Alba se tumbó a mi lado. No tardé mucho en dormirme. Ni tampoco en volver a despertarme. Algo se había movido.
-Tranquila, soy Juan.
-Me has pegado un buen susto.
-Perdona no quería despertarte.
-¿Qué va a pasar ahora?
-No lo sé.Juan se tumbó donde antes estuvo Alba y me abrazó con fuerza. Luego susurró unas palabras imperceptibles en mi oreja. Nos miramos en la oscuridad. Su mano buscó mi mejilla y la mía su pecho. Y me besó. Y yo seguí el beso. Y fue entonces cuando me dormí. Una incógnita menos.
La responsable de que suba hoy capítulo se llama violeta. No os preocupéis, el domingo tendréis otro capítulo.
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Jugando a detectives
Misterio / SuspensoSara es una chica de 18 años que un día recibe una misteriosa invitación a un juego de detectives. Pero la cosa se complica y se convierte en algo mucho más serio y peligroso que un simple juego.