Amigas...

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Ya había pasado una semana y todo seguía igual, por más que ambas se esmeraban las respuestas no llegaban y cada vez eran más preguntas. Ashley desde hace años que no le daba importancia a sus orígenes pero ahora, sentía el deseo de saber quiénes eran sus padres biológicos y el porqué de su abandono pues su madre adoptiva sólo le decía que un día ella apareció en la puerta de su casa cuando apenas era una joven, su novio en ese entonces se encariño con Ashley y juntos decidieron cuidarla, darle los estudios que necesitaba y el alimento por supuesto, lo cual ella les agradece infinitamente. Ashley aún recuerda cuando conoció a Hayley y como no si es como su hermana. Ambas vivían en el mismo edificio y fue Hayley quien se acercó a Ashley para darle la bienvenida puesto que llegó un par de meses después que ella. Hayley llevaba un vestido púrpura adornado con margaritas, su pelo estaba amarrado en dos colitas en cada extremo de su cabeza, sus mejillas siempre estaban rosadas y sus labios eran de un color carmesí, Ashley por su parte llevaba una jardinera y el pelo suelto, debajo de la jardinera tenía una polera de rayas con muchos colores, sus mejillas eran más pálidas pero sus ojos siempre brillaban ante lo desconocido. Eran unas nenas de 3 años y desde ese entonces no se alejaron nunca más, sus primeras palabras entre ellas nadie las entiende más que ellas. 

-¿En qué piensas Ashley?-. Preguntó Hayley acercándose a ella.

-Pienso en todo el tiempo que llevamos juntas. 

-Han sido muchos años desde que nos conocimos, aún recuerdo la primera vez que te vi, eras tan adorable-. Hayley le apretó las mejillas haciendo que Ashley se moleste, odiaba que le hicieran eso, Alejó las manos de su amiga y se cruzó de brazos bufando.

-No lo recuerdas, sólo sabes como me veía ya que mi madre sacó una foto y cada vez que la ves te burlas de mi-. Ashley inflo sus cachetes. 

-En parte tienes razón, pero si me acuerdo de algo aunque muy poco-. Admitió Hayley.  -Eras tan adorable con tus mejillas rosadas, lastima que ya no-. Hayley la miró ofendida. 

-Lo mismo digo, eras tan tierna y ahora gruñes por todo-. Ashley abrió su boca para responder pero se quedó callada. -Y sabes que tengo razón-. Agregó Hayley. 

-Si, es sólo que me es estresante no poder controlar mi poder, don, maldición o sea lo que sea esa cosa que tenemos ambas-. Ashley puso los ojos en blanco. 

-Si a mi igual me estresa. -A diferencia tuya lo mío es más complicado, por cierto Damián pasará por nosotras a las cinco, dijo que nos llevaría a pasear-. Hayley abrió sus ojos. 

-¿¡Por que no me dijiste antes!?, ¡tengo una hora para arreglarme! ¡y ni siquiera me había bañado hoy en la mañana!-. Exclamó Hayley moviéndose por toda la habitación en busca de ropa y un par de toallas. 

-No es mi culpa, además el me llamó a las 2 y pues bueno se me había olvidado-. Ashley levantó sus hombros.

-Con razón te habías ido a bañar y te pusiste ropa bonita-. Bufo Hayley. 

-Lo siento, se me había olvidado, además estas perdiendo el tiempo aquí hablando conmigo, mejor ve a hacer lo que sea que vas a hacer ahora para salir con Damián-. Hayley asintió e ignoró a Ashley, esta por su parte fue a su antigua habitación donde se encontraban los chicos en estos momentos conversando, más bien peleando. 

-¿¡Qué hacen!?, ¡ya dejen de pelear!-. Ashley corrió a separarlos. 

-Ashley no estábamos peleando-. Dijeron ellos separandose entre risas. 

-¿Entonces?... 

-Sólo estábamos aburridos y empezamos a jugar asi-. Josh levantó sus hombros , Noah asintió con una sonrisa. Ashley se sentó en la cama y dejó escapar el aire que tenía acumulado. 

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