Me quede sin caritas.

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La gente me miraba raro mientras yo lloraba por ver como estábamos ya entrando a mi ciudad, extrañaba a mis padres, tardamos dos horas en llegar, son prácticamente las doce de la noche, bajando del autobús busque a un policía, el al verme saco una radio de su cinturón, yo agarre rápidamente su mano y negué con la cabeza, le pedí que mejor me llevara con mis padres, que estaba muy agobiada del viaje y que lo único que quería era verlos a ellos, el me llevo a una patrulla y le di la dirección de mi casa.

Sentía el ligero cosquilleo en mi estómago, no esperaba por volver a casa y verlos a ellos, quería un abrazo de ellos y un beso, quería contarles todo lo que me paso y sobre todo quería irme de aquí, a una nueva ciudad o un nuevo país, no sé, no quería que Ángel me encontrara.

Llegando a ella baje de la patrulla, corrí a la puerta con la maleta arrastrando, la luz de la habitación de mis padres estaba encendida, en la maleta busque mis llaves, no estaban, busque debajo del masetero de mi madre, y si, aquí seguían las llaves, toque el timbre tres veces y luego abrí la puerta, vi a mis padres sentados en el sillón blanco, mi madre se veía pálida ella abrió los ojos y los tallo, luego los volvió a abrir y corrió hacia mí, yo solo extendí mis brazos esperado su cálido abrazo, sentí sus lágrimas en mi cara, luego sentí los brazos de mi padre.

Al fin los volvía a ver, después de tanto.

No deje de llorar esa noche.

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