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Siento unas frías manos sobre mi cintura, abro los ojos rápidamente y veo a el chico de hace un rato, él sonríe y baja sus manos hasta mi short, lo desabrocha y comienza a bajarlo por mis piernas. Me muevo todo lo que puedo y me doy cuenta que mis piernas no están atadas a la cama como hace un rato, pataleo lo más fuerte que puedo, pero él me golpea.

— Deja de moverte ¡maldita perra! ¿quieres que te ate otra vez las piernas? — Niego con la cabeza mientras vuelvo a llorar. — Entonces deja de moverte, más vale que cooperes si no quieres que duela.

El hombre tenía una máscara, un pasamontañas, solo podía verle los ojos, estaba desesperado quitándose la camisa, era una blanca con cuadros rojos, luego fue a sus pantalones, llevaba bóxer azules oscuro, me fije en mi cuerpo, ya no tenía nada de ropa, bueno solo calcetines, y solo era el de el pie derecho.

El hijo de puta comenzó a masturbarse mientras me veía, me da asco.

— Cielos, me tienes caliente. — Susurro mientras se seguía tocando. — Oh si Issabella.

— ¿Cómo sabes mi nombre?

— Nena, no es momento para preguntas, deberías de disfrutarlo como yo lo voy a hacer.

— ¿Cómo mierda sabes mi nombre?

— Bueno, te he investigado, nada del otro mundo, tus amigos y amigas, tus padres, bueno toda tu familia, donde vives, como vives, que te gusta y disgusta, tu tipo de ropa... y la talla, como es tu casa por dentro, tu relación familiar, como socializas, los libros que te gustan, si tienes novio, cosas normales hasta tu numero celular y tipo de sangre.

— ¿D- desde cuando me... me llevas investigan-do?

— Mmm... — Se puso sobre mí y me comenzó a tocar. — De verdad me gusta tu cuerpo.

Comencé a gritar – lo cual no funcionaba, ya que no gritaba tan alto – pero él no soltó mi cuerpo, se quitó el pasamontañas y por primera vez pude ver su cara, tenía ojos negros –no si eran naturales o porque estaba a punto de violarme- y sus labios estaban rojos, acerco su cara y comenzó a besarme desesperadamente, su boca comenzó a bajar hasta mi cuello y luego entre mis pechos.

— También investigue que eres virgen, pero eso no durara por mucho tiempo. — Comenzó a reír. — Es un placer saber que yo seré el primero y único hombre dentro de ti.

Se lamio sus dedos y los bajo hasta mi zona íntima y comenzó a hacer movimientos, su boca se volvió a pegar con la mía e intento meter su lengua, hice mi mayor esfuerzo por no dejar que entrara, pero me dio un golpe en la parte interior del muslo y abrí mi boca para gritar, pero el metió su lengua.

Después de lo que yo creo fue una eternidad por fin saco sus dedos de mi intimidad, se limpió los dedos con la boca y entro en mi sin previo aviso. Solté un buen grito que hizo que me lastimara más mi garganta. El comenzó a moverse rápido, arde, arde demasiado, pero al parecer el no entendió mis suplicas de que se detuviera, al contrario se movía mas rápido.

— Sé que lo estás... estas disfrutando, muéstralo, muéstrame que lo gozas, vamos, gime para mí. — Dijo agarrando mi cara. —

Qué asco, me siento una mierda.

— Gime ¡Maldita puta! —Volvió a gritarme. —

No me queda de otra más que fingir el placer. Comienzo a gemir y decir cosas como "Si" y "Oh Dios, mas", al menos eso es lo que imagino que se dice, el comenzó a moverse más rápido diciendo que ya venía, entonces se quedó quieto y su cabeza la puso entre mi cuello, respiro rápidamente por un rato, luego se levantó y comenzó a cambiarse, una vez el cambiado me miro, sonrió y me dio un beso en los labios.

— Ahorita le pido a alguien que te venga a bañar.

— Se bañarme sola...

— No importa, alguien vendrá a bañarte, ya sabes, dicen que esto de la primera vez duele.

El salió de la habitación. Y yo volví a mis intentos de llanto.



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