Secuestrador.

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- Pero... ¡está desaparecida, lleva 22 horas de desaparecida, ni su celular contesta, desde ayer no aparece! - Grita la señora al oficial frente a ella. -

- Si señora, ya la escuchamos, pero como le dije antes no podemos comenzar a buscar a alguien a menos de que tenga 72 horas desaparecido, son tres días, de verdad lo siento mucho. - El oficial desapareció por la puerta frente a la pareja. -

- Ya mi amor, seguramente Isabella se fue con unas amigas y se le acabo la batería. -Decía el señor abrazando a su esposa. -

- ¿Tranquila? ¡¿cómo me pides que esté tranquila cuando mi hija no aparece?! ¡Ella no se fue con ninguna amiga! me hubiera mandado mensajes, ella siempre me llama y yo la llamo cada media hora para saber dónde viene, ella tiene que apareces, no sé qué haría sin ella.

La pareja se fue a su casa esperando que su hija estuviera ahí, que solo les dijera "Me fui con una amiga y perdí el celular" o alguna otra estúpida excusa, pero que su hija estuviera en su casa.

Desgraciadamente esa era solo una ilusión, porque ambos sabían - más el señor que la señora- que la delincuencia en la ciudad cada día empeoraba más.

Al llegar a casa y ver que no estaba su pequeña hija, la madre se fue a recostar un rato, con el celular junto a su almohada por si acaso, por si ellos llamaban para pedir alguna recompensa.

No quedaba de otra más que esperar otras horas para que se cumplieran los tres días.