Epílogo

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Epílogo: Desenlace inesperado

Paula

A penas habían pasado unos días desde la muerte de Luna, mi mejor única e irremplazable amiga.

Por fortuna, nadie pensó en algo que involucrara a vampiros o licántropos, la gente supuso que las desapariciones de Luna, de Carlos y de los lobos que perecieron en la lucha contra Luca y Carlos estaban relacionadas con las desapariciones de diversas personas que salían desde hacía días en el periódico a sospechas de un nuevo asesino serial, por lo que no se esperaron encontrar los cadáveres.

Inexplicablemente una de las personas que peor pasó la ausencia de Luna fue su padre; por lo visto tenía pensado hablar con ella y pedirle perdón por el mal trato que le había dado y, lo más probable, sea que ahora se sienta culpable por todo lo ocurrido puesto que se considerará un mal padre y se culpará por no haberse disculpado.

Iván estuvo ayudándome a superar el fallecimiento de mi amiga, hasta tal punto que consiguió que mi corazón latiera por él, yo diría que una parte mía se encuentra enamorada del lobo, aunque nuestro romance sea algo imposible de realizar.

En el coche en el que se encontraba Luna en el momento en que fue a por ella Stefan estaba su relato "Encadenada a lo imposible", en el cual, como había finalizado la historia se produjeron cambios; los nombres de los personajes variaron solos, sustituyendo todos nuestros nombres por los de los verdaderos protagonistas; el relato fue enterrado a modo de cuerpo al lado de una tumba dónde ponía Selene.

No obstante, aunque su relato se encuentre en el interior de un ataúd, tuve tiempo y lo pude presentar con la ayuda de sus padres y los míos a una editorial y, esta, conocedora del desenlace desafortunado de la adolescente escritora aceptó publicarla sin pensárselo dos veces.

Su relato ahora mismo es uno de los más vendidos y yo no me podía encontrar más satisfecha de ello.

Absorta, me dirigí a mirar el correo esperando recibir alguna carta de la policía o algo parecido, puesto que supuestamente yo fui una testigo de lo que le ocurrió a Luna, de ahí mi desaparición y trauma depresivo; razón por la que en muchas ocasiones me pusiera a llorar echando de menos a mi amiga.

La teoría policial fue que yo no pude ver nada relacionado con la desaparición de mi amiga, pero que aún así quedé impactada por el día en cautiverio.

Para mi sorpresa, había un paquete en el buzón con mi nombre.

No tenía remite.

Curiosa me dirigí hacia mi habitación y lo abrí, para encontrarme en el interior con un ejemplar de "Encadenada a lo imposible".

Absorta, observé que en la primera página había una dedicatoria escrita a mano:

Para ti, Paula.

Porque fuiste mi amiga, y me ayudaste de algún modo a darle vida en todos los sentidos de la palabra a aquello que escribí.

Tú fuiste la única capaz de darme una bocanada de aire cuando lo necesite y una colleja para que recobrara en sentido cuando empecé a perder el juicio ayudándome a recobrar la compostura.

Te quiere.

Tu amiga:

Selene.

Atónita, releí la nota pensando que se trataría de algún tipo de broma macabra, no obstante, era su letra.

Pasé varias páginas para encontrarme con la sorpresa de que entre las últimas hojas se encontraba un sobre.

Encadenada a lo imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora