Capitulo 33 (Últimos capitulos)

4.7K 325 20
                                    

CORINA

Entre la oscuridad podía reconocer la voz ronca de León hablarme.

-Corina...piccola, no me dejes.- suplicaba con voz aún más ronca- Nunca te libraras de mi.- me decía enfadado, tras intentar calmarse,continuaba- Más te vale... que sigas conmigo.

Otra veces le escuchaba como me reñía, y voz se alzaba tanto que tenía la sensación que hasta la cama vibraba.

-¡NO PUEDES HACERME ESTO! ¿¡Ahora que tienes mi jodido corazón vas a abandonarme!?- decía incrédulo- ¿Crees que no te seguiré allá donde vayas?

Era consciente en todo momento que León no se apartaba de mi lado,incluso cuando trataban que se marchara aunque solo fuera unos instantes. Era capaz de entender y oír gran parte de las conversaciones pero no podía moverme o abrir mis ojos.

Cada noche se acostaba a mi lado, acercándome con movimientos lentos a su cuerpo. Notaba como acariciaba mi cabello por mucho tiempo.

-No me dejes, Corina.- repetía esa misma frase todas las noches- Nadie cree que puedas mejorar... Pero yo se que sí.- noté sus labios en lo alto de mi cabeza- Demuéstrale a esos buenos para nada que se equivocan.

En esté momento escuchaba voces que nunca antes había escuchado,supongo que eran los médicos. Boris estaba hablando en ese preciso momento.

-Los médicos hacen lo que pueden, León- dijo sumiso, intentando no encender la ira de León.

-¡PUES NO ES SUFICIENTE!- gritó dando un portazo, empezó a insultar a los médicos en italiano, sentí la corriente de aire tocar mi cara.

Notaba mis párpados menos pesados que antes, parpadeé durante unos largos segundos. Sabía que León estaba de pie cerca de mi cama,intenté centrar la vista.

León pasaba sus manos por su cabello, mientras Boris arrugaba la frente.

-Se despertara pronto, León, esta mejorando.

-Eso mismo nos dijeron ayer, y sigue sin despertar.

-Mejor que no despierte en este momento, estas medio loco, llevabas días sin afeitarte... Se asustaría de solo verte.

-Es que estoy medio loco, de hecho estoy a punto de perder mi malditamente.- León comenzó a caminar de un lado a otro por la habitación.

-Tienes que calmarte. Enfadarte con los médicos no hará que tu mujer se recupere antes- Boris me miró un segundo sin prestarme mucha atención, desvió de nuevo la mirada, un jadeo salio de sus labios mientras volvía a mirarme a los ojos- León, sus ojos vuelven atener su brillo.- dijo Boris sonriendo.

-¿Qué estas diciendo...?- León se quedó espaldas a mí- ¿Estás insinuando...?

-Date la vuelta, León.

León hizo caso a su padre, sus ojos se abrieron al ver los míos. Observé a León aturdida, llevaba sus ojos rojos y desencajados,parecía que llevaba días sin afeitar. Su ropa estaba arrugada, y su camisa remangada hasta los codos. Parecía estar a punto de saltar sobre mi.

-Corina.-su voz sonó débil y sin fuerza. Intenté sonreír pero solo conseguí que mis labios se estiraran.

-Por fin estas de vuelta.- dijo Boris emocionado.

-Tienes que beber algo.- dijo León de repente, apurado cogió un vaso, sus manos tintineaban al echar el agua. Lo acercó a mis labios- Poco apoco, piccola.- miraba como bebía deprisa.

León me miraba con tanto sentimiento, que tuve la sensación que se obligaba a mantenerse alejado de mi.

-¿Astrid?-dije cuando termine de beber.

-Esta bien, fue ella quien dono su sangre para... para...- León no termino la frase, sin embargo acercó sus labios a mi frente.

-Os dejaré un momento a solas.- Boris se levanto y se fue de la habitación en silencio.

-Corina...-cogió mis manos y se las llevó a sus labios y hablo desde allí- Lo siento tanto, por mi culpa estas aquí, si no hubiéramos...

-León...-intenté hablar pero fue imposible.

La puerta se abrió y entró un hombre joven vestido con una bata blanca.

-Por fin nos conocemos, señorita Ferrer.- dijo el hombre son una sonrisa deslumbrante- Soy el médico Paúl Martín.

-Hola.-dije con voz débil.

-Sabía que tendría una voz hermosa.- dijo coqueteando conmigo. León tosió con fuerza mirándolo con ira- Eh...veamos a ver lo que tenemos aquí.- dijo observando los papeles.

-León...-susurré cogiendo su mano que estaba cerrado en un puño, al instante abrió su mano y entrelazo sus dedos con los míos.

-Sus constantes son fuertes, nivel de oxígeno correcto... ¿Cómo te encuentras, Corina?-dijo mirándome.

-Viva.-dije con una leve sonrisa, León apretó su agarre.

-La bala no perforo ningún órgano vital, por lo que dentro de unos pocos días podrás salir e ir a casa.- dijo cerrando sus notas.

-¿La bala?- susurré tan bajo que el doctor no me escucho.

-Gusto en conocerlos.- se marcho sin mirar atrás.

-¿Tú como estas?- dije mirando su pecho, la última vez que lo vi estaba desangrándose.

-La bala entro y salio del impacto, revotando en ti.- dijo León mirando mi pecho.

-¿Te duele?- dije observando sus ojos.

-Corina...esta casi curado...- lamió sus labios para continuar- Llevas un mesen coma.

-¿Un...mes?-dije asombrada- Entonces mi herida...

-Casi curada.- confirmo mis sospechas.

-Dios mio.- dije tocando suavemente mi pecho- Nunca imagine que iba a tener un cicatriz de bala.- dije presionando un poco mi mano.

-Hubiera dado cualquier cosa para que no tuvieras esa cicatriz en tu cuerpo.-dijo León apenado mirando el suelo.

-Mírame,León.- ordené, espere hasta que su mirada estuvo a mi altura- Solo es una historia, un recuerdo...- me encogí de hombros- Además me hace parecer una tipa dura.- le guiñé un ojo en broma.

-Estas loca, piccola.- una lágrima se deslizó por su mejilla.

-Entonces seamos locos juntos.- dije enjuagando su lágrima antes de que cayera por su barbilla.-Tu guerra aun no ha terminado y estaré a tu lado...- repetí las palabras del pasado, recordándoselas a León-Pase lo que pase.- le juré besando sus labios.

Y lo digo en serio.-me prometí a mi misma.


Fui incapaz... No pude matar a Corina!! ¿De verdad pensaban que iba a dejar al pobre de León si su preciada piccola?

Se acerca el final, ¿queréis saber como termina nuestra historia?¡¡Pues no podéis perderos el siguiente capítulo!!

Muchísimas gracias por todos los comentarios, visitas, votos, y...BUENO POR TODO!!!

COMENTAR

COMPARTIRLA HISTORIA

VOTAR

MIL GRACIAS Y MILLONES DE BESOS!!

Una bala por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora