Heredera de un secreto. -Elisa Roldán-

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que no es fácil conseguir una vacante así, unos días antes de comenzar las clases, pero, como Dora trabajo aquí tantos años, no puede legársela. No sé si ella le comentó que esta escuela tiene un programa especial en lenguas vivas, así que la inscripción es provisoria hasta que rindan el examen de idioma, Pero parece que las dos andan muy bien en el ingles- siguió comentando el rector mientras buscaba en el escritorio los formularios para que Alicia llenara y firmara.

- Le agradezco mucho. El traslado a Buenos Aires fue tan repentino que tuvimos que recurrir a mi hermana para que nos ayudara a conseguir la vacante. Ella me hablo muy bien de la escuela ... Se ve que le tiene mucho cariño- explico Alicia mientras sacaba la lapicera y no dejaba de mirar a Natalia, sin duda la más preocupada de las dos.

El timbre sonó y, en unos minutos, los pasillos se despoblaron. Sin embargo, el bullicio seguía en la planta baja, donde los chicos de la escuela primaria alborotaban con la emoción del primer día de clases.

-A ver, chicas, por aquí. Encantada, señora - saludó la jefa a preceptores a Alicia-. ¿Segundo y quinto inglés, profesor? - verificó con el rector antes de llevarla a los cursos.

-Sí, Elba, acompáñelas.

Alicia se despido de sus hijas con un beso y siguió llenado formularios y papeles.

Siempre preocupada por tener que dejarlas solas unos meses, explico al rector la situación en la que se encontraban y dejó claramente anotados los dos números de teléfono - el de la casa