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algunas luces. Natalia, en cambio, se había sentado en el primero de los escalones de la entrada. 

   -Vamos, Nati, entremos que ya esta tarde.

          Cristal salió recibirlas con alegría. Advirtieron, entonces, que para la perra también la compañía de ellas era consoladora.

          Jimena cerró la puerta con llave y controló que todas las persianas estuvieran trabadas. Acompañó a Natalia hasta la salia que sus padres habían acondicionado como comedor diario.

   -¿Te enciendo la tele?

   -Me da igual - contestó Natalia. 

   -Entonces, la encendio - Jimena vio cómo Natalia quedaba con la mirada perdida en la pantalla de televisión. Tenía los ojos vidriosos y estaba pálida-. ¿Qué comemos, Caro?... ¡Carolina! - Pero Carlina no contestaba. Jimena la llamó varias veces hasta que por fin la vio aparecer desde el jardín, por el amplio corredor.

    -Lo que hay en la heladera. Mamá dejó la comida para un regimiento...

   -¿Dónde estabas?- preguntó Jimena. 

   - En el baño, ¿por?

   -Me pareció que habías subido las escaleras...- concluyó Jimena.  

         Ninguna de las tres tenía ganas de comer, aunque por diferente razones. El calor, la despedida, la incertidumbre por la nueva vida para algunas y la ancieda

          


   

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⏰ Última actualización: Apr 20, 2016 ⏰

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Heredera de un secreto. -Elisa Roldán-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora