CAPITULO 9.

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Capítulo 9.

Luego del incidente con Liam, mi día estuvo casi normal, entre las clases con Austin a mi lado en casi todo momento y las chicas, que no dejan de hablar de una dichosa fiesta este sábado y del porque hoy no había venido Elizabeth.

Las clases se me pasaron volando y el almuerzo llego, mi estómago gruñía por comía. Entre clases busque por los pasillos a Daniel por si lo veía, pero al parecer no había venido hoy tampoco.

-Vaya que tienes hambre.-Yo mire a Austin y murmure un "Hey" y el señalo mi estómago.-El no deja de gruñir como oso.

-No pude desayunar muy bien esta mañana.

Mi apetito había desaparecido, cuando los recuerdos de Liam llegaron a mí.

-Aja, entonces vamos al calmar al animal en ti.-Dijo con burla.

-Animal el tuyo.

-¡Muy cierto! Todo un semental.-Meneo las cejas.

-¡Idiota!-Lo empuje.

El paso un brazo por mis hombros y seguimos en dirección de la cafetería.

Hoy todas habíamos decidido almorzar en la cafetería. Por qué no sé, pero tengo mis dudadas y creo que tiene que ver con tres payasos y un pelirrojo.

Al entra en ella el ruido de los estudiantes nos dio la bienvenida. Yo busque a los primos de Austin, los famosos trillizos Mackenzie, los tres eran unos diablillos e inmaduros. Los vi en una esquina de la cafetería bromeando entre sí, todos se golpeaban en la cabeza o el hombro, mientras hablaban, divise en las mesas cercanas a ellos bastantes grupos de chicas, que los miraban con ilusión. Y no era para menos los trillizos eran guapos y sexys. Con el pelo castaño claro, ojos azules, cuerpos trabajados, además de unos lindos hoyuelos, sonrisas traviesas, tatuajes y perforaciones que les daba el toque de chicos malos.

En la ciudad los chicos Mackenzie eran bien conocidos. Cada uno de ellos con tatuajes y perforaciones llamaban mucho la atención, además de los comunes problemas en los que se metían, bueno no tan comunes. Eran una pandilla familiar.

Austin resoplo a mi lado, mientras veía a los trillizos que ahora tenían una mini pelea de comida. A pesar de que eran chicos malos, eran muy inmaduros.

Yo reí, junto a las chicas. Silvia veía a los trillizos con ilusión y yo sabía que ella tenía un flechazo por uno de ellos o por todos. Y no era la única Ruby tenía un enamoramiento por un hermano mayor de Austin.

Puede que Dominik Mackenzie fuera una copia más madura y caliente que Austin. Pero el hombre era aterrador con su altura y músculos. Además que yo lo consideraba un hermano. Pero Ruby si estaba enmarada de el perdidamente y eso me preocupaba. Dominik era conocido por usar a las chicas y luego dejarlas. Y además el hecho de que Ruby le huía al amor y precisamente se tenía que enamorar de semejante personaje. Lo único que creo que ellos tenían en común era que ambos le gustaba coquetear descaradamente y tener relaciones de unas cuantas noches.

La voz de Peter, el novio de Ann, me saco de mi mente.

-¿Quién es mi princesa?-Ann chillo de la emoción al ver a su novio, se lanzó a sus brazos, como una niña chiquita.

-Bebe.-Grito Ann ya llamando la atención de algunos de los que estaban en la cafetería.

Ambos se besaban como si su vida dependiera de ello. Peter nos saludó con la mano y choco los cinco con Austin.

El Amanecer De Los LycanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora