Capítulo 2

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¿Quién me está mojando la cara? ¡Me están dando lametazos! ¿Dónde estoy? ¡Caray me están llenando de babas! Al mismo tiempo me hacían cosquillas y dejé escapar una risa.

-¡Rex, por favor, para! ¡Me has despertado!-Dije quejándome.

-"Es lo que pretendo".- Oí una voz.

Abrí los ojos sobresaltado sin saber bien qué había sido eso. ¿No era Rex el que me estaba lamiendo? ¿Quién me había hablado? ¿Dónde estoy? Mi corazón dio un respingo cuando vi a quien tenía delante de mí. ¡Dios mío era un lobo! Pero no un lobo cualquiera, ¡era uno de los lobos de la manada de Aura! Y sabía que era uno de ellos, por el enorme tamaño que tenía, y por sus ojos. Era el lobo que volaba pegado a mí en mi último viaje en elefante. Era el lobo de un ojo de cada color. ¡Dios mío he vuelto!

Me levanté de un salto y miré a mi alrededor. Estábamos en medio del campo. Era un paraje verde y florido sin vegetación demasiado alta, con lo que me dejaba suficiente visibilidad como para observar hasta las montañas más lejanas. Parecía más un prado llano. Las nubes de colores que aparecían en el sueño de Coral, adornaban el cielo. Era un día precioso.

No había rastro ni de Aura, ni de los elefantes, ni del resto de la manada. Sólo aquella loba de extraños ojos junto a mí, ella y yo en mitad de aquel verde paraje. Tampoco había rastro de Coral.

-¿Qué estoy haciendo aquí?-Pregunté.

-"Te has dormido pronunciando el nombre de Coral".- Su voz era femenina. Estaba claro que era una loba. Bueno, su voz o su pensamiento, porque no tenía muy claro de qué forma nos estábamos comunicando.

-¿Estoy en un sueño de Coral?-Volví a preguntar.

-"Afirmativo. De hecho era lo que queríais ¿no?".- Dijo la loba.

-Bueno si... es un experimento que hicimos. Pero se supone que debíamos juntarnos en su sueño cuando durmiéramos los dos. ¿Acaso Coral duerme en éste momento?-Pregunté yo extrañado.

-"Afirmativo".- Contestó el animal.

Esa respuesta me dejó perplejo. Yo había visto a Coral "muy despierta" con su familia, y con muchas ganas de estar con ellos. Estaba muy activa y animada, me costaba creer que se hubiera dormido.

Pensé en todas las cosas tan hirientes que me había dicho. Me dolieron tanto que corrí a mi casa a encerrarme en mi habitación, y fue entonces cuando mi agotamiento psicológico me hizo dormirme. Pero ¿ella? No es posible que se hubiera ido a dormir, con las ganas que demostraba de disfrutar el domingo con los suyos.

-¿Y dónde está Coral?-Pregunté intrigado.

-"Perdida".- Dijo la loba sin darme más explicaciones.

-¿Perdida?-Pregunté extrañado.

-"Afirmativo".- Volvió a repetir.

Estaba empezando a cabrearme. Casi todas mis preguntas las contestaba con una sola palabra. ¿Coral perdida? ¿Qué significa eso? Presentía que algo raro estaba pasando, necesitaba saber qué estaba sucediendo, pero ésta loba era de pocas palabras por lo que estaba viendo, aunque era el único ser al que tenía delante para que me ayudara. Iba a calmarme y a intentar aclarar todo esto.

-¿Cómo te llamas?-Le pregunté.

-"Lhasa".- Volvió a contestar con una única palabra.

-Lhasa... bonito nombre-dije haciéndome el simpático, por si el motivo de que apenas me hablara era que no le cayese bien. Fui directamente al grano.

-¿Podrías explicarme por qué estoy aquí? ¿Qué significa que Coral está perdida si la he visto hace un rato en su casa? ¿Puedes explicármelo por favor?-Pregunté nervioso.

Coral y las siete leyes | #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora