Rapto

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-¡Mierda Jade sigue disparando!.-grito uno de sus compañeros

Un tiroteo, formaba lugar en este horrible momento, de esta mierda de vida.

La castaña disparaba hacia cualquier lugar, ni siquiera veía a las personas que intentaba asesinar, pero el enemigo era mas fuerte, mas poderoso, eran mas personas, no podía contra ellos.

-¡Dwight no lo lograremos hijo de puta!.-grito nerviosa la chica y vio a este huyendo del lugar, como un cobarde.

Sus nervios aumentaron, su respiración estaba descontrolada, y su mejor amigo dio cuenta de eso, Steven, se puso de pie y junto espaldas con ella, tenia miedo, mas que miedo, terror.

-¡Sigan disparando pendejos!.-grito un hombre de tatuajes, antes de ser masacrado con una flecha en su pecho.

-Steven...tengo miedo...-susurro Jade en el oído de su amigo.

-Solo... Piensa en algo bueno, en nuestros amigos en casa...-dijo mientras disparaba a los demás, que prácticamente ningún tiro, caía sobre el  enemigo

-No funciona, tengo miedo, terror...-sollozo, y dio un disparo, que rozo a uno de los hombres.-Mierda... casi.-dijo cargando el arma nuevamente

-Tranquila...-le susurra su amigo.-Saldremos de esta.-dijo con nerviosismo, antes de que una bala atravesara toda su capacidad craneal, su mejor amigo estaba tirado en el piso, y sin ninguna posibilidad de vida. 

Jade estaba cubierta por la sangre de el chico, su mejor amigo, lloraba mas que nunca, una de las pocas razones que tenia por vivir, estaba tirada en el piso, sin vida pero eso ya no tenia nada de importancia. La mano que mato su amigo, ahora le tapaba la boca.

-Haces algo idiota, y estas muertas.-dijo el hombre, sin sacar su mano llena, de sangre de la cavidad bucal de la chica, mientras ella forcejeaba.

Estaban todos muertos, todos excepto por  Dwight, que huyo, pero el era un hijo de puta, sabia que no haría nada por ella, Jade se sentía tan mierda.

Mientras intentaba forcejear con el hombre, lo cual era lo mas inútil, ya que este era gigante, y tenia un gran arma con flechas, venían unos cuantos mas caminando hacia ella.

Un hombre con algo de barba y un asiático, el hombre que la sostenía, quito sus grandes manos de la boca de la frágil chica, y tomo de los brazos a esta, contra su espalda, igual que una prisionera, de todas maneras, eso era lo que era. 

El hombre, con barba,  bajo para estar a la altura de Jade, y quedar a sus ojos.

-No hablas, no reclamas, y vivirás, pero si se te ocurre hacer algo estúpido... Te matare.-dijo el hombre de barba muy cerca de la cara de la chica.

Esta lo miro con desprecio, su mirada no cambio era la de siempre, no le provocaba ni el mas mínimo miedo, solo asco.

Nuevamente lo miro con desprecio y escupió en la cara de el hombre.

El que la sostenía bufo y la jalo hacia atrás

-Ocultale los ojos.-dijo el asiático

-Mejor matenme...-dijo con desprecio e irónica, mientras el hombre de la ballesta le ponía una venda en sus ojos.

Amarraron la pequeña tela atrás de su cabeza, y Jade bufo, la venda dejaba ver algunos rayos de luz, a través de ella. Los hombres hicieron que la chica se pusiera de pie rápidamente, y la tiraron hacia adelante, dándoles una señal de que esta tenia que moverse.

-Salta niña.-dijo un hombre, mientras la subía a la parte de atrás de una camioneta.

Jade hizo caso, y subió, uno de los hombre se quedo frente ella, en la parte de atrás de la camioneta, mientras los otros iban en la carrocería, y se dispusieron a partir.

¿Enemigos? «Carl grimes»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora