Un fin de semana curioso y sorpresivo (II)

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Aunque el castaño tenía un lío mental por tanta sorpresa no pudo evitar darse cuenta que las personas, o mejor dicho las mujeres que pasaban cerca de la cafetería, se detenían por unos momentos o su caminar se volvía demasiado lento.

Tsuna las entendía, de por sí cada uno de ellos eran clasificados como atractivos por las mujeres y obviamente verlos juntos, además con esa actitud y estilo particular que cada uno portaba, es sin duda una imagen que ninguna chica quisiera perderse.

-Aunque no les costaría nada disimular un poco - Murmuró el castaño mientras, sin saberlo, fruncía el ceño ante tales acciones tan exageradas de parte de toda la población femenina que iba en aumento.

"Debe ser una broma" - Fue el pensamiento de Tsuna cuando, poco a poco, se dirigía hacia la zona para intentar escuchar su conversación sin necesidad de ocultarse. Era fácil camuflarse entre tanta gente.

Cuando llego a una posición lo suficientemente cercana para escuchar, se encontró repentinamente mudo por la incredulidad - "¡¡Deberían aprender a controlarse mejor, este lugar es una maldita cafetería familiar¡¡" - Era el pensamiento que tenía el castaño. Comentario que compartía con alguien no muy lejos de ahí, específicamente con un peli-plata, que se encontraba observando la misma escena con evidente molestia.

^Minutos antes^

-¡¡Tsk!!Estúpido friki del béisbol, ¿qué puede ser tan importante? - Gokudera se dijo fastidiado mientras estaba parado cerca de algunos carteles de publicidad observando la curiosa reunión que se estaba llevando a cabo.

Aunque no estaba molesto por esa dichosa reunión, si no por el hecho de que, por algún impulso misterioso, había seguido al beisbolista cuando, en un primer momento, la tormenta intentaba evitarlo, ya que cada fin de semana el deportista se dirigía a su casa a molestarlo para que salieran a algún lado.

"¡¡Demonios!!, solo estoy perdiendo mi tiempo" - Pensaba Gokudera mientras se disponía a irse. O al menos ese era el plan hasta que se fijó en lo mismo que veía el castaño - "¡¡¿¿En serio??!!, ¡¡La vaca estúpida tiene más dignidad en una uña!!"- El peli-plata se molestó e incómodo más de lo que estaba.

Su molestia no era injustificada, ya que Tsuna y Gokudera veían en primera fila como dos camareras del local se acercaban a la mesa en donde los chicos estaban reunidos para atenderlos, aunque su actitud se distanciaba del trato cordial que el establecimiento ofrecía.

¿Porqué era eso?, sencillo:

Primero, no se necesitaba a dos camareras en una misma mesa para tomar unas simples órdenes, además de que a simple vista se notaba la discordia entre ambas al no querer a la otra ahí.

Segundo, el uniforme que estaban utilizando parecía haber sido arreglado de manera rápida y Tsuna podría jurar recordar un uniforme más decente. La cafetería tenía cada fin de semana diferentes tematicas, pero los uniformes estaban en línea con el ambiente familiar.

¿Y lo peor de todo?, es que, como sí fuera una mala broma, esas chicas se ubicaron cerca de Yamamoto y Kyoya, intentando llamar su atención apegándose a ellos mientras escribían los pedidos.

^En la actualidad^

Esa acción fue la que colmó la paciencia de ambos chicos y los hizo despertar de su rigidez, porque sin siquiera notarlo ya se encontraban en la entrada queriendo alejar a esas chicas.

"Pero sería realmente incómodo si fuera hasta allá y le reclamara a las camareras sobre sus acciones como sí fuera alguna clase de novia celosa" - Tsuna pensó mientras agradecía mentalmente que el lugar se encontraba lleno y no se notara su llegada.

¿Todo puede cambiar en tan solo una semana?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora