Capítulo 4

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A la mañana siguiente.

— ¿Crees qué recuerde algo de lo que pasó ayer? — dijo Benny a Isidora.

— Mmm, no sé, probablemente solo recuerde algunas cosas, pobre Leo.

— Y Ken, de seguro él, si va a recordar lo que pasó.

— Pues si es así, va hacer muy interesante ver cuando se vuelvan a encontrar.

Ambos cupidos hacían sus apuestas al ver dormir a Leo, que más bien parecía como muerto en la cama. En cuanto llegó a su casa, en la madrugada, cayó como tronco sobre ella. Unos minutos después, el sonido insistente del teléfono despertó a Leo.

— ¿Diga? — dijo aún más dormido que despierto.

— ¡¡¡Taek Woon!!! — gritó N lo más alto que pudo por la bocina.

— ¡¿Pero qué demonios te pasa?!, ¡¿Por qué gritas?! — dijo Leo con enfado total mientras escuchaba la sonora carcajada de N del otro lado.

— Bueno, me imaginé que tendrías resaca, porque sé de sobra que tú, no soportas el alcohol — dijo y volvió a reír.

— Y te parece gracioso burlarte de mí desgracia, que buen amigo eres.

— Oye, lo siento, prometo que la próxima vez no dejaré que lo hagas — dijo esta vez serio N.

— Si es que me vuelves a convencer.

— ¡Oh! Vamos, hombre, nos la pasamos muy bien.

— ¿Ah sí? No me dejaste hacer nada indebido, ¿Verdad?

— No, claro que no, solo te la pasaste bailando casi toda la noche.

— ¡¿Qué?! — Leo casi se cae de la cama al escuchar lo que le decía su amigo.

— Lo que escuchaste, no recuerdo cuando fue la última vez que te vi moverte así, que lástima que no llevé mi cámara.

— De una vez te digo, que ni se te ocurra volver a visitarme, porque te rompo todos los huesos.

— Está bien... Ya, lo dejaré, por ahora. La verdad es que te hablo porque necesito un favor.

— Entonces no cuentes conmigo.

— No seas así, necesito de tu ayuda, de verdad.

— A ver entonces, ¿Qué quieres?

— ¿Podrías pasarme el número de tu amigo el abogado?, El que me presentaste ayer.

— ¿Para qué lo quieres?

— En realidad es para mi hermana.

— ¿Para Ye Won? ¿Qué sucede con ella? ¿Para qué necesita un abogado?

— Larga historia, ¿me vas a dar el número o no?

— Está bien, tienes a dónde anotar.

Después de darle el número de Ken, Leo se volvió a dormir una hora más, la resaca realmente no le caía nada bien. En cambio, Ken, era harina de otro costal. Se levantó temprano con la esperanza de ver a Leo en el gimnasio, el cual, por supuesto no dio señales de vida, hasta que recibió la llamada de N solicitando sus servicios.

Al no reconocer el número pensó que era Leo, pero quedo decepcionado cuando quien habló con él era N, aunque no perdía las esperanzas, ya que en definitiva tendría que hablar con Leo con respecto a lo que había pasado la noche anterior.

— ¿Ves? Te lo dije, Ken si se acuerda de lo que paso — le dijo Benny a Isi.

— Sí, ya me di cuenta, aunque todavía falta ver que le va a decir Leo en cuanto lo vea.

La culpa la tiene Cupido [KEO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora