Capítulo 5

20 1 0
                                    

Querido diario:

Creo que todo esto de escribir me está ayudando mucho, quiero decir, a tener más confianza en mí mismo. Antes, ni siquiera me atrevía a hablar con Paula Gallego, y hoy, me he pegado con su novio porque le ha gritado por hablar conmigo. A mi madre por poco le da un ataque cuando ha venido a por mí al instituto. Me ha hecho prometer que no voy a volver a pegar a nadie ni en defensa propia. La única parte negativa es que ahora Paula piensa que soy un gilipollas por haberle pegado a su novio y ahora me odia. Pero bueno, podría haber sido peor. Por lo menos nos separaron antes de que terminara de machacarme.

Dan

Me sonó el móvil. Era Lucas.

-Hola Sara, ¿puedo hablar contigo?

-Claro. ¿Es que pasa algo?

-Bueno, la verdad es que sí. Me he decidido. Tengo que hacerlo, y voy a hacerlo, esta noche. Pero, ¿y si todo sale mal?¿Y si...?

-Espera un momento Lucas, ¿de qué estás hablando?

- Voy a decírselo a mis padres. Voy a salir del armario. Voy a decirle a mis padres ultra religiosos que soy gay. Esta noche, en la cena, pero necesito apoyo moral. Porfa. Yo estuve allí cuando tu madre anunció que se casaba.

- Sí, vale, iré. ¿A qué hora estoy allí?

A las ocho y media, tal y como me había dicho Lucas, estaba en su casa. Su madre, como siempre, me miraba mal. Y tras comer una carne demasiado hecha (no me odia por esto. Me podría haber no comido la carne ¿vale?) Lucas se dispuso a dar la gran noticia, pero antes, como no, su madre tenía que contar la historia de como conoció a su marido.

-¿Os he contado ya cómo conocí a Pedro?- era demasiado tentador decir que sí, que se callara y que no me importaba demasiado, pero me callé- Pues yo estaba apunto de ordenarme monja y Pedro estaba en el seminario, pero Dios quiso que nos encontrásemos un domingo en la Iglesia y nos enamorásemos. Demos gracias a Dios por ello.- Qué triste debía de ser eso de decirle a tus hijos "yo conocí a tu padre un domingo en misa, pero tenía mucha vida social, me lo pasaba muy bien con mis amigas las monjas". No soy cruel, soy realista, no es lo mismo.

-Mamá, esa historia está muy bien y todo eso, pero tengo que contaros algo.

-Ya lo sé, no me lo digas. La has dejado embarazada ¿verdad? Si ya decía yo que la veía más gorda.

-Más gorda estarás tú, que te has servido ya unos cinco platos de lasaña de microondas- contesté sin pensar. Y, tras unos diez minutos de discusión sobre quién parecía una morsa en celo de color naranja enfermizo, Lucas lo soltó, gritando y dejándonos a todos con la palabra en la boca.

-¡Basta! ¡Si hoy hemos venido aquí es para hablar de que soy gay, no de morsas en celo!

Tras esto su madre se desmalló y acabamos pasando la noche en el hospital con ella porque tuvo un ataque de ansiedad. Al final, la salida del armario de Lucas fue mejor de lo que los dos esperábamos, pero, al día siguiente vino la pero parte:

-¿Lucas?

-Hola Sara, ¿te importa si me quedo en tu casa unos días? Es que mis padres no se han tomado muy bien lo de que sea gay. Con que te diga que ahora hay un cura viviendo con nosotros...

Querido diario:

Hoy he ido a casa de Marcos, mi mejor amigo, porque me dijo que tenía que contarme algo muy importante. Yo creí que era una broma (él es así, no se toma nada en serio). Pero cuando he llegado a su casa lo he visto demasiado mal como para que fuese broma y, cuando me ha contado que estaba así por una chica, no sabía si abrazarlo o irme de allí. He optado por preguntar quién era la chica y, cuando me ha dicho que era Paula, por poco me da un ataque de risa, porque, pensémoslo, a mí me odia. ¿En qué puedo ayudar yo? Al final, me ha metido en un plan absurdo para conquistar a Paula y hacer que deje a su novio por él. No estoy muy seguro de como saldrá esto, así que, a ver.

Dan

Diario Secreto De Un AdolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora