Capítulo 11

12 2 0
                                    

-¿Que ha pasado cariño?- yo ya no sabía que hacer, así que pedí ayuda a la única persona que no podía negarse a dármela y se lo conté todo a mi madre. Cuando acabé y, tras un largo silencio, me dijo- Sara, cuando yo tenía tu edad, más o menos, un chico me pidió salir, y yo no sabía que decirle porque no estaba segura de lo que sentía, como tú. Entonces, Estela, que ya era mi amiga por aquel entonces, me dio un consejo que recordaré toda la vida. Me dijo "Imagínate a ese chico con otra chica. Si te sientes mal o enfadada, si lo ves con otra, ve a por ese chico. Si sólo te preocupa la ropa que lleva puesta esa chica, cariño, ese no es el tuyo".

-¿ Y funcionó?

- Bueno... Más o menos. Me acabé casando con él, aunque luego nos divorciamos. Pero acabaste naciendo tú. Lo que tienes que sacar de esto es que la vida está para arriesgarse y para cometer errores, porque cada error merece la pena y, si decides no cometerlo, solo estarás perdiendo la oportunidad de ser feliz.

Puede que, por una vez, la odiosa Estela sirviera para algo más que para ser odiosa. Así que esa noche, en cuanto llegué, me fui a dormir. No pegué ojo en toda la noche, pero tuve mucho tiempo para pensar ( y también para ignorar innumerables llamadas de Lucas). Por una vez, hice lo que Estela haría y, como eran las 6 de la mañana, tenía mucho tiempo para pensar en cómo lo haría.

A las 5 de la tarde, salí de casa, tras haber ignorado en el desayuno y el almuerzo a Dan. Estaba molesta con él. No sé muy bien si tenía algún motivo para estarlo, pero no podía hacer otra cosa. Me disponía a salir cuando él me abordó:

-¡Sara!- Tras captar mi atención, añadió- Estoy seguro de que te habrás dado cuenta de que las últimas páginas del diario están sin escribir. Si eso es así es porque me enfadé demasiado cuando mi padre nos dio la noticia de que se casaba. Ahora veo que no tenía porque hacerlo, gracias a esa boda de mi padre, te conocí a ti, y no podía esperar nada mejor.

-Mira Dan, en cualquier otro momento me pondría a gritarte por lo de anoche, o a decirte lo cursi que acabas de sonar, pero ahora tengo algo de prisa. Ah, por cierto, cuando una chica dice "tú haz lo que quieras", quiere decir "haz lo que hago yo". Por si no lo sabías- sé que fui algo borde, pero tenía prisa y estaba enfadada, además, no me lo tomó en cuenta, y, a día de hoy, somos buenos amigos.

En todo caso, hice lo que había estado pensando hacer toda la noche. Llamé a Gabi:

-¿Diga?

-Hola Gabi, soy Sara.

- ¿Sara? ¿Cómo estás? ¿Qué te pasó anoche? Lucas y yo intentamos llamarte, pero no cogías el móvil.

- No importa Gabi. Estoy bien, pero ahora necesito tu ayuda.

-Dime qué necesitas.

-¿Está tu hermano en casa?

-No, ha salido a correr.

-Perfecto. Necesito estar en tu casa cuando vuelva. Es la única manera que tengo de verle y necesito hablar con él.

-¿No hay manera de que me cuentes lo que está pasando ahora, verdad?

-Nope.


Diario Secreto De Un AdolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora