Capítulo #8

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Simon me ayudó a subir y luego de eso, me dió un fuerte abrazo.

- Te amo tanto. - Dijo besando mi mejilla sin separarse de mí.

Ahogué una pequeña risa por los besos que el impregnaba en mi mejilla y parte del cuello. Lo besé y atrapé su rostro con mis manos, caricié sus mejillas con mis pulgares mientras él tenia sus manos posadas en mis caderas.

- Es mejor tomar una ducha, ¿No crees? - Mencionó con doble interés.

Yo sólo lo miré de reojo con una sonrisa dibujada en mis labios.

- ¿Nunca piensas parar konecki? - Pregunté para luego morder su barbilla.

- Contigo nunca. - Fue lo ultimo que dijo para luego besarme sin compasión alguna.

Sus besos bajaban hasta mi cuello, amaba que hiciera eso.

¿Donde se encontraba mi enojo ahora? Al parecer lo perdí en su sonrisa o quizás sus besos (?

Él se detuvo y abrí mis ojos ante su acción.

Me pareció extraño ver a lo lejos un pequeño bote con dos personas dentro, su distancia era moderada, pero sentía que observaban lo que hacíamos. De inmediato me sentí incomoda y me separé de Simón.

- ¿Que pasa, Amor? - Preguntó Simón confundido.

- Hay personas ahí, Simón. - Contesté.

- ¿Quieres ir a dentro? -

- Por favor. - Dije regalandole una sonrisa.

Ya una vez dentro del yate, me quité todo lo que traía y fuí a darme una ducha.

Escuché que la puerta del baño se abrió mientras yo ya estaba dentro de la ducha.

- ¿Simón? - Pregunté. - ¿Que haces aquí? -

- ¿Ahora no puedo ducharme yo también? -

Reí ante lo que dijo.

- Ve y espera tu turno - Dije ya una vez empapada por el agua.

- Pero Ade...- Lo interrumpí.

-Pero nada, Simón. - Dije firme.

- Esta bien... - Puso su voz triste.

Rei en voz baja.

- No te tardes mucho, Eh. - Gritó ya fuera del baño.

- Claaaro. - Exclamé con ironía.

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Tiempo después ya habíamos desayunado y hasta almorzado. Sólo nos quedaba la hermosa tarde hasta el anochecer. Parecía estar dentro de una especie de esfera mágica, en la cual no quería salir. Esto era tan ficticio y a la vez tan real. Estábamos juntos; Él y yo nada más.

Apartados de todo y de todos.

¿Cuando despertaría de esto tan irreal?

- Un centavo por lo que piensas - Dijo Simón sacándome de mis pensamientos.

- ¿Sólo un centavo? - Reí.

- Esta bien, Esta bien. - Dijo tomando mis manos. - ¿Una fortuna? -

- ¿Sólo Una fortuna? - Volví a preguntar con ironía.

Simón Sonrió

- Dios, ¿Cuanto tendré que pagar por descubrir que pasa por tus pensamientos? - Dice acercándose a mí.

Days in the office "Season #2"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora