Capítulo 2~ Sombras del bosque~

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Lexi da media vuelta y echa a correr entre las hierbas y pequeños arbustos que dificultan su escape. La oscuridad dibuja figuras borrosas a su alrededor, el viento le trae consigo el rugido de aquella criatura mesclada con el sonido de su propia respiración y sus pies pisando hojas secas.

Continúa corriendo. Es capaz de escucharlo. Él me persigue, y sus rugidos solo la atemorizan más. Volteo otro gran roble y sus piernas son rasguñadas por algunos arbustos, causándome dolor. Lo ignora solo continuo huyendo.

Voltea para mirar hacia atrás, entonces sus ojos logran captar la imagen de aquella bestia que la persigue. Los ojos ahora no se ven de un color rojo, sino de un amarillo muy fuerte, tiene patas delanteras, su aspecto luce tal vez de uno tres metros de altura, y quizás unos seis de largo, o incluso más. Es completamente negro y sus dientes están gruñendo mientras corre tras suyo. No es la criatura de sus pesadillas, pero está prácticamente ya sobre ella. No tiene tiempo para cuestionarse si aquella criatura es lo que realmente cree, porque sigue corriendo tanto como sus piernas me lo permiten.

Desafortunadamente, resbala en las hojas, cayendo en sus codos. Intenta levantarme como se le es posible y lo consigue. Enseguida echa a correr nuevamente en dirección noreste. Un rugido de aquella fiera proviene de algún lugar que no logra ver con claridad.

Sigue corriendo y luego la imagen de la vestida desaparece. Se ha detenido por laguna razón pero ella no lo hace. Continúa su escape, corriendo de largo hasta que finalmente encuentra una cueva al fondo. Un lugar rodeado por rocas que no es muy grande; por lo que aquella criatura se le sería imposible ingresar, piensa.

Aumenta su ritmo y toma un último esfuerzo, logrando alcanzar la cueva., para finalmente dejarse caer contra los muros fríos de aquella cueva.

Todo está oscuro, silencioso y hay susurros en el viento... "Me llama... me está buscando"

Sus oídos escuchan el movimiento de las hojas en los árboles, mientras que sus ojos captan aquellas pupilas amarillas que se asemejan a las de un lobo, pero no es un lobo. Es un licántropo. Lo sabe. Es un licántropo. Le ha leído en algún libro de mitos, así como también se lo ha escuchado decir a Xiumin... "Esto es una sueño, Lexi" Debe ser un sueño. No le encuentra otra explicación.

Se arrima contra la pared y se oculta por completo, deteniendo su respiración y suplicándose no mover un solo musculo. Otro rugido furioso la sacude pero no se mueve, no respira y él parece no notarla, y si lo ha hecho, ya perdido interés—

Sus pisadas se alejan pero su corazón no minora su ritmo hasta que por fin no escucha nada. Entonces suelta el aire retenido y da un paso hacia afuera; sin embargo, algo cae y aterriza justo en la entrada de la cueva, causando la misma desesperación que hace unos instantes al creer que se trata de aquella criatura. Levanta los ojos hacia delante y distingue una silueta de una figura humana. Entonces se tranquiliza un poco; aunque pronto se vuelve a atemorizar. No es humano... "no es humano, no conoce cómo lo sabe, pero de ello no tiene duda"

Esta vez ya no puede evitar sacudirse porque él se está acercando. Sus pasos hacen eco en las pareces de la cueva y resuenan en sus oídos. Ojos de un color rojo brillan en las sombras entonces se congelan. Lexi se encuentra prácticamente llena de horror. No sabe qué hacer. "Es él"

-No te acerques—Exige buscando a tientas algo con qué defenderme. Una piedra, un pedazo de madera. Pero no hay nada—aléjate. Lárgate—Pronuncia tratando de sonar segura, pero su voz no deja de temblar.

Aprieta los puños y ruega ser lo suficientemente fuerte para derribarlo y darse una oportunidad de escapar. No hay tiempo para idear un plan porque él está a solo pasos de ella. Camina en silencio y por fin logra tomar fuerza con los puños, levantándolos y aferrándose a la idea de seguir viviendo, sin embrago nada ocurre como creía.

Él toma sus puños tan rápido, y la empuja haciéndole gemir de dolor al ser aventada contra la fría pared. Su espalda se contorsiona ante el dolor; no obstante, su mirada no deja de observar aquellos ojos rojos que parecen estar inyectados de sangre. Lexi se halla temblando y, prácticamente, a punto de llorar "Me va a matar"—

-Un Fénix...-- Murmura aquel hombre en un rugido ronco. Parece anonadado. Completamente sorprendido.

-No me hagas daño--- Es lo único que es capaz de pronunciar, con la voz tan temblorosa. No le importa lo que él diga. Solo quiere seguir con vida—

Entonces vuelve a ocurrir. Sus pupilas se tornan de un color verde avellano y abandonan ese rojizo furioso y hambriento—

-No te asustes—Murmura dejándola en seco al ser capaz de reconocer aquella voz—No te voy a hacer nada.

Una voz grave, ronca y varonil.

Los sentidos de ella lo han captado muy bien, pero esta confundida. Solo era un sueño... aquella voz solo era parte de un sueño... o quizás ocurrió. La imagen de aquel joven de cabello entre un café y rubio oscuro aparece en sus recuerdos. "Se trata de él, está segura"—

-Tú...—murmura casi en un murmullo, pero la mano de él vuela y la presiona sobre la de ella para pedir que guarde silencio—

-Shhh—Pronuncia con la voz firme y gruesa. Su voz es varonil y el aroma que deprende su cuerpo es una mescla de tierra húmeda y sangre.

Puede saber que su rostro está demasiado cerca del suyo porque su aliento entra por su boca. Sus manos están caídas a sus costados e intenta apartarlo. Es extraño... demasiado extraño.

Las manos del desconocido suben las mejillas de ella haciendo pequeñas caricias. Ahora su corazón late tan fuerte y todos sus sentidos se han concentrado en él.

Su aliento tibio y fresco con un ligero sabor dulce ingresa por la boca de ella. Lexi se queda allí, contemplado el brillo de sus ojos avellanos. Su corazón late tanto que cree que él lo escucha. La sangre golpea en su cabeza y todo su cuerpo experimenta oleadas placer. "Es excitante"

-Aroma a almendras...—Le murmura con la voz tan ronca y dura—

Lexi intenta decir algo. Cualquier cosa, pero en ese instante él se aparta con brusquedad.

Sus ojos no dejan de observarlo y su corazón solo late fuera de control. Todo su cuerpo experimenta un hormigueo. La muchacha se permite contemplar aquellos ojos verdes y se promete que jamás los va a olvidar.

Él permanece allí por un instante más, pero luego, en un abrir y cerrar de ojos, él desaparece. "Se ha ido... y ni siquiera sabe su nombre"

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SUEÑOS DE UN FENIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora