Capítulo 4~Fuego que devora~

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*****************************COMENTAR Y ESTRELLITA *********************

Los días continuaron su transcurso, y cosas peculiares empezaron a ocurrir... Lexi no amanecía en cama. Quiso contarle a Rachel, su mejor amiga que venían a casa a realizar las tareas y mirar películas, pero había algo que le impedía. No volvió a ver a aquella silueta del joven, aunque de todas las cosas extrañas, a ella le fascinaría, que verlo de nuevo, formara parte de la larga lista.

Cierta mañana había amanecido con la ropa chamuscada. Otra mañana de bajas temperaturas, ella había amanecido envuelta en fiebre. Su cuerpo se sentía extraño. Con energía retenida. Calor que emanaba de su cuerpo pero no podría ser liberado. Se estaba asfixiando.

Los días pasaron... la luna ha regresado y ella se halla en cama. Los médicos le han detectado fiebre nuevamente. Minho, su hermano mayor la cuida pero pronto se ha quedado dormido, y es entonces que ella vuelve a desaparecer. Escucha palabras... susurros... y ella sueña. Es la sombra de aquel joven que intenta acercarse a ella, pero de alguna forma, le es imposible. Ella siente el cuerpo ligero y el cuerpo la quema. La silueta corre tras ella y cuando abre los ojos cae de golpe... solo tiene unos segundos para ver los ojos avellanos del joven que se halla a su lado. "Ha regresado" Él la tiene en brazos y su expresión es una de preocupación. Lexi levanta la mano ligeramente y le rosa la mejilla, pero él echa atrás el rostro. Lexi siente que su tacto le quema. Se siente confundida, pero no tiene tiempo de pensar en más. Cae en un profundo sueño.

Al amanecer, se halla en su cama. Abre los ojos y observa el techo... una sensación le embarga el pecho.

Gira el rostro y halla a su madre preocupada a su lado—

-¿Estas mejor, pequeña?—Le pregunta acariciándole su frente.

Lexi asiente y sonríe. Por alguna razón, su pecho late con fuerza y un cosquilleo arremolina su vientre. "Lo ha visto... al menos entre sueños" Eso cree.

La tarde llega, y Lexi se halla en el patio trasero con Rachel y la enamorada de su hermano. Jugando a verdad o riesgo. Lexi ha insistido que sea en el aire libre con la excusa que le ayudará reducir la fiebre, pero ella sabe muy bien que la razón es otra... tiene la esperanza de que la silueta del joven aparezca.

-¿Te gusta Taemin?—Pregunta Rachel de pronto. Ella ha elegido verdad—No. No mejor responde esta. ¿Estas saliendo con alguien? ... No ¿Te gusta alguien?—

Su amiga parece emocionada, entonces de repente sus mejillas arden y Rachel pega un grito—

-¡Te gusta alguien!—La delata. Conoce a su amiga, muy bien-- ¿Quién es? ¿Quién es? ¡Santo dios! ¿Por qué no me lo has contado? ¿Se han besado? Quizá y ya se han acostado... ¿Cómo es?...—

Lexi sonríe nerviosa y luego levanta la vista, y es entonces que aquellos ojos brillosos se distinguen en el interior de la oscuridad del bosque. La luna aún no se ve con claridad, pero la oscuridad empieza a caer.

Lexi se levanta de inmediato.

-Ya regreso. Será solo un segundo—Anuncia pero Rachel la detiene del brazo—

-No escaparas—Le anuncia ella arrugando la nariz—Tienes que contárnoslo todo—

-Si. Si—Vacila ella—Ya regreso. Te prometo contarte todo—

Se suelta y sale de prisa al bosque. Sigue los ojos verdes que pronto se añade una silueta que camina con tranquilidad al interior del bosque. Ella apresura el paso, y cuando por fin logra estar cerca a la sombra, lo llama.

-¡Espera!—Le grita—Espera. No te vayas.

La silueta se queda quieta y da media vuelta, inmediatamente. Observa sus ojos... tan verdes como los recordaba. Es anormal que los ojos de alguien se puedan observar como los de un gato en la noche, pero a ella no parece importarle. Esta hipnotizada. Además, la luna ya está en el horizonte.

Se permite quedarse quieta mientras su corazón acelera sus latidos. Es extraño aquel sentimiento. Ha pasado aproximadamente un mes desde que creyó haberlo visto.

Lexi se atreve a dar un paso hacia adelante y él no se mueve. Da otro paso y por fin se halla tan cerca de él que puede distinguir algunos de sus rasgos. Su cabello es de un color que mescla el café con el rubio oscuro. Casi como el color de las hojas de otoño al caer. Sus rasgos son varoniles, su nariz perfilada, sus pómulos sobresalientes y ojos hundidos. Sus labios son delgados y mide quizás un metro ochenta. Ella se permite observarlo... Entonces una oleada le azota el vientre cuando la mano de él posa sobre su mejilla. Su mirada tiembla al igual que su labio inferior. Entonces él se inclina y por primera vez, los labios de ambos se unen. Una explosión se produce en el interior de Lexi, quien se ha quedado pasmada y con el aire atascado en la garganta.

Suelta un largo suspiro y sube las manos al fuerte pecho del joven. Sus músculos están tonificados y marcados. Tiene una espalda amplia que hacen sentir demasiada pequeña. Los labios de él son tan suaves, dulces y generosos. Sus manos le acarician las mejillas y luego bajan a su espalda, apretándola contra él.

Quizá esperó sentir calor del cuerpo de él, pero no es así. Su cuerpo no emite calor alguno, es extraño, pero eso no la detiene.

Repentinamente el joven desliza los labios por el cuello de ella. Lexi ni siquiera ha percibido que se encuentra empapada en un calor que la devora. Está ardiendo en fiebre.

El joven la sujeta de las caderas y enseguida, Lexi percibe un dolor en el cuello. Un gemido abandona su boca mientras que el calor de su cuerpo es consumido. "Él la está absorbiendo"

El dolor aumenta. Su cuerpo está débil, y la fiebre la ha abandonado por completo. "Esta punto de desmayarse pero él no se detiene" "La va a matar"

-¿Lexi?—escucha la voz de Rachel, bastante cerca. El joven se aparta de ella, la mira unos segundos y luego da marcha atrás desapareciendo tras los arbustos. Ella se ha quedado inmóvil contemplando la velocidad con la que él ha desaparecido. Lleva la mano a su cuello y percibe dos levísimas heridas en su nuca. "No comprende. Debe estar imaginándolo" No obstante, una sonrisa aparece en sus labios, además de sentirse mejor que nunca. No tiene ni un solo rastro del fuego que últimamente la ha estado quemando.

-¡¿Lexi?!—Le grita Rachel desde atrás-- ¡Santo dios! ¡Esto esta oscuro! ¿Es que no te miedo?—

Lexi se halla con el pecho rebosante de alegría. Se siente feliz. Ha sido su primer beso... "No porque nunca nadie haya querido besarlo, sino porque ella nunca se ha visto interesada en alguien" Y ese ha sido su primer beso. "Ha sido el beso más extraño y excitante que ha tenido"

-¡Lexi!—Le grita su amiga-- ¿Estas bien? Tierra llamando a Lexi ¿Estás ahí?—

-Muy bien—Responde Lexi de repente—Me hallo perfectamente. Concluye y emprende su camino a la casa. "No puede haberlo imaginado... él es real... pero ¿Qué es él?" y ¿qué le ha hecho?

*M�

SUEÑOS DE UN FENIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora