Justin alzó la mirada por encima de la mesa en la que se habían instalado. No había olvidado nada de ella, confirmó mientras observaba a _____ bebiendo de una enorme taza. Ni la curva de sus pómulos, ni su boca suavemente dibujada, ni aquellas finas cejas por encima de unos ojos inquietos. Ni aquel pelo negro como el azabache que esa noche llevaba recogido en una trenza.
Mientras disfrutaba de un capuchino, a Justin se le ocurrió pensar en lo mucho que se parecían _____ y su hermano River.
-No había visto a Sophie tan contenta como desde que se ha casado con River. Y desde que ha tenido a su hija, claro.Al oírlo mencionar a su sobrina, _____ esbozó una sonrisa que provocó un vuelco en el estómago de Justin y le hizo preguntarse si su sabor sería tan apasionante como su aspecto.
Él no era un hombre que acostumbrara a desear a una mujer en cuanto posaba sus ojos en ella. Pero eso era exactamente lo que le había ocurrido en la fiesta de su tío. Y sentía lo mismo aquella noche. No sabía exactamente por qué. Y no tenía la menor idea de qué convertía a _____ James en una mujer distinta a las demás.-Sophie ha prometido dejarme cuidar a Meggie un día de estos. Y lo estoy deseando.
-Es lógico. Esa niña es encantadora. A mí me ha bastado con una de sus sonrisas para quedarme completamente enganchado.
-Así está River. Va por todas partes sonriendo como un tonto. Creo que va a convertir a Meggie en una niña mimada antes de que la pobre aprenda a gatear.
-Y no lo culpo.Llegó hasta Justin una ráfaga del perfume de _____ y pensó en las rosas que florecían en el jardín de su tía. Bajó la mirada hacia la mano que _____ apoyaba en la mesa. Tenía los dedos largos y delgados. Y las uñas ovaladas, perfectas.
-Es una pena que no nos conociéramos antes de la fiesta de mi tío. Cuando River y Sophie se casaron yo estaba fuera del país, en un viaje de negocios, de modo que no pude ir. Me habría encantado volver a verte.
_____ arqueó una ceja.
-En realidad nos conocimos hace años, Justin.
-¿Ah, sí?
-Sí. River y yo crecimos separados. Él tenía casi dieciséis años cuando vino a vivir con tu familia al rancho. Eso ocurrió el mismo año en el que él y yo volvimos encontramos. Tu tío solía ir a buscarme a la reserva y me llevaba a la Hacienda de la Alegría para que pudiera estar con River. Y tú y tu hermana también pasabais muchos fines de semana en el rancho.
Justin la miró con los ojos entrecerrados.
-Tengo la imagen de una niña delgaducha, de piernas largas y cola de caballo, que se pasaba el día en los establos, pisándole a River los talones. ¿Esa eras tú?
-Sí -_____ inclinó la cabeza-. Sólo tenía once años cuando nos conocimos. Tú ibas al instituto. Algunos amigos tuyos venían al rancho a montar a caballo cuando estabas allí. Y creo recordar que te encantaban las animadoras rubias y de curvas voluptuosas.Justin la miró riendo. Después de las horas que había pasado con Law, le costaba creer que alguien pudiera hacerle reír.
-Señorita James, ¿estás insinuando que tengo que intentar salvar mi reputación?
-Eso depende de si tengo que creerme o no lo que se contaba sobre tí cuando fui al instituto.
-¿Y qué era lo que se contaba?
-Entre otras muchas cosas, que solías salir con varias chicas a la vez. Tenías una chica para los lunes, otra para los martes y así sucesivamente.
-Habladurías -la contradijo Justin-. Con el tiempo todo se exagera.
«Pero no demasiado», pensó con ironía. Desde muy joven, Justin había aprendido a no tomarse las relaciones en serio. Después de haber sido testigo de la farsa del matrimonio de sus padres y de cómo se desintegraba la relación de sus tíos, había decidido no tener que sufrir nunca por amor. Y, desde que estaba en el instituto, sólo salía con mujeres que sabían reírse y amar sin compromiso. Y nunca había querido que las cosas fueran de otra manera.
Hasta ese momento. Porque de pronto, se descubría a sí mismo sintiéndose incomprensiblemente atraído por una mujer que parecía ejercer alguna clase de mística misteriosa sobre él.
-Acabo de recordar algo más sobre esa niña larguirucha que perseguía a su hermano como una sombra.
-¿Que era desesperadamente tímida?
-Sí, y que sabía leer las manos -arqueó una ceja mientras intentaba refrescar aquel recuerdo-. ¿O quizá fueran los pensamientos?
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Enamorada del sospechoso
Teen FictionTenemos que casarnos... o lo pasarás muy mal" Al convertirse en el principal sospechoso del intento de asesinato de su tío, el guapísimo Justin Bieber tuvo que arriesgarlo todo para demostrar que le habían tendido una trampa. Afortunadamente, no es...