Capítulo 5

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(Yellow! Espero que estén excelente y que les guste este nuevo capítulo ;) Gracias por los favoritos.)

(Narra Dipper)
Abrí los ojos de golpe observando el reloj de la mesa de noche que ya marcaba las once de la mañana, me había levantado muy tarde y pensarán que me quedé toda la noche leyendo o algo así, lo bueno es que a pesar de tener la cabeza algo agitada logré quedarme dormido y bueno cómo no hacerlo después de quedar exhausto con la gran actividad que me suministró Bill en la noche. Soñoliento me levanté comenzando a sentir un gran dolor por mi entrada que se paseaba después por mi espalda y además de eso ciertas zonas de mi piel ardían como fuego; me levanté de la cama dirigiéndome hasta el baño, lavé bien mi rostro para terminar de despertarme y luego lavé mis dientes, ya despierto mi atención se fue hasta mi cuello tenía unos grandes mordiscos y moretones que me había dejado el gran animal de Bill; salí del baño suspirando, eso era lo que ardía tanto las innumerables mordeduras; me vestí con una camisa gris oscuro y sobre esta una flannel roja con rayas negras, unos pantalones negros y unos converse negros; me volví a mirar en el espejo y por suerte la camisa lograba tapar todas las marcas del cuello ¡Wao! Será que tengo mucha suerte o él ya sabe muy bien dónde marcar sus pertenencias.

Bajé las escaleras llegando hasta la cocina, toda la casa estaba en silencio y con la energía que tiene mi hermana es muy raro que este lugar esté como una tumba; tanto era el silencio que mi mente comenzaba a procesar todo para mal... ¿Y si era Bill el responsable de esta calma?... Pensé preocupado, observé una nota en la nevera y me acerqué para leerla:
Saldremos a comer hermanito y luego iremos a ver el barco de nuestros tíos, regresaremos más tarde. No queríamos despertarte así que nos fuimos :D pero no te preocupes te llevaremos a verlo cuando no estés roncando como Pato.

— Con cariño Mabel.

Estupendo ahora me quedé en casa sólo y sin poder distraer mi mente de todo lo que he pasado... ¡Y yo no ronco como Pato!; abrí la nevera y me preparé un sándwich, me senté en el comedor y comencé a comer pensando en que mantendría la atención para lograr distraerme. Después de unos minutos terminé de comer, limpié todo y me fui a mi habitación agarrando unos libros y nuevos diarios que mi tío Ford me había prestado, me tiré en la cama comenzando a leerlos; eso logró mantenerme un rato distraído, eran las dos de la tarde y ya me había leído dos libros completos; los dejé en el suelo dando paso a mis pensamientos, justamente lo que no quería o no debía hacer... Ellos pueden estar en peligro y no divirtiéndose, cuando lo pienso mejor llevo varias horas sólo y si le sumó lo que pasó en la noche este es el escenario perfecto para que Bill se aparezca... Será que se reunió con mi familia y está planificando su próximo movimiento, él dijo que este trato podría variar en algún momento.

Me levanté agarrando una tiza que estaba cerca de una polvorienta pizarra, como no quería dañar lo que estaba escrito en ella bajé el cuadro que estaba arriba de la cabecera de mi cama haciendo el círculo de Bill en esa pared; en este momento agradezco pedirle los nuevos diarios a mi tío, cuando los revolví para agarrar el indicado me di cuenta que Bill se había llevado el más importante, pero tenía el que necesitaba en este momento y yo ahora debía explicarle a mi tío la desaparición de ese diario o quizás debería arrebatárselo a Bill y evitar esa excusa. Removí mi cabeza para concentrarme en lo que debía, agarré el diario empezando a relatar los escritos para poder invocar a ese odiado triángulo; el círculo comenzó a brillar en un tono azul celeste y de este salió una gran llama del mismo color, me paré a un lado de la cama y cuando se disipó ese gran resplandor logré observar a Bill flotando sobre la cama, todavía mantiene ese cuerpo humano y además estaba sin camisa, eso me hizo ruborizar levemente, cuando lo comenzaba a detallar noté que él estaba lleno de... ¿¡Marcas de besos por algunas partes de su cuello y torso!?...

—Estoy realmente sorprendido e irritado... Sorprendido al ver quien me invocó e irritado porque me acabas de retirar de una gran y alocada fiesta Pino. —Sonrió mientras se paraba frente a este manteniendo algo de distancia.

—Ya veo que es "algo" alocada y que te estabas divirtiendo mucho... —susurré girando levemente la vista para no observarlo, parece que no está con mi familia así que es mejor que se largue...

—Mmm.  —Sonrió para sus adentros al escuchar ese susurro, eso sonaba como celos y porque no provocarlos un poco más, pensó.  —Tu lo dijiste chico, yo estaba divirtiéndome muchísimo y ya que viste mi cuerpo pudiste notarlo. —Rió levemente. —Pero ya que estoy aquí y me interrumpiste eso...  —Se acercaba poco a poco listo para plantar un beso en los labios del otro.

Ya estaba bien despierto y noté como se acercaba, coloqué mi mano en sus labios alejándolos. Muy en el fondo y sin explicaciones estaba tan enojado por verlo así, con esas marcas... Quizás lo siguiente salió de lo más profundo de mi ser y sin pensarlo bien como todas las últimas decisiones que he estado tomando. —¡Quiero que me lleves a tu dimensión! —Grité observándolo y quitando mi mano de sus labios al ver que ya estaba quieto.

El rubio quedó perplejo con los ojos abiertos como platos. —¿A mi dimensión?... Como que algún libro te golpeó la cabeza o te lo hice muy suave ayer en la noche chico porque para que quieras ir al lugar dónde tengo mayor poder y dónde soy más peligroso.  —Dijo entre una leve carcajada pensando que el otro estaba dándole una buena broma.

—¿Acaso tu no querías tenerme vigilado? y además de eso tú podrás tenerme más cerca, ¿no lo crees?. —Sonreí leve dejando que mi mente trabajara sin pensar claramente en la semejante estupidez en la que me estaba metiendo y quizás yo pueda aprovechar todo esto para recuperar el libro y descubrirle alguna debilidad; lo observé y él parecía ligeramente confundido, quizás piensa que me traigo algo entre manos.

—Bueno Pino... Te llevaré con la condición de que obedezcas todas mis órdenes y que no me causes algún problema, porque sabes que a ellos no les agradan los humanos. —Chasqueo sus dedos y su camisa apareció, estando perfectamente vestido sostuvo la mano de Pino y lo haló hasta que el otro chocó contra su pecho, le rodeó la cintura con sus manos; dio otro chasquido apareciendo ambos en una gran y lujosa habitación con un aire algo victoriano.

—Te dije que quería ir a tu dimensión Bill, no que me llevaras a una habitación para hacerme el amor... —Susurré observándolo de reojo.

—¿Te gustó cómo te hice el amor ayer que tu mente está pidiendo más?.  —Se carcajeó soltando las caderas del otro observándolo. —Esta es mi habitación Pino, estás en mi mansión pirámide y claro, en mi dimensión.

Me ruboricé apenado y antes de abrir mi boca este me interrumpió.

—Yo iré a ver cómo va la fiesta, necesitan de su anfitrión principal y tú cómo eres muy obediente te quedarás aquí y no saldrás... —pasó de largo agarrando la perilla de la gran puerta. —Y no te preocupes por tu familia ya me las ingenié para que no se den cuenta de tu ausencia.

Abrí bien mis ojos al escuchar lo último. —¿¡Que hiciste Bill!? —Grité enojado aproximándome a él y cuando le iba a sostener del brazo, este se giró rápido y me azotó con fuerza contra la puerta apoyando sus manos a cada lado dejándome acorralado.

—Yo te dije que te ibas a quedar aquí tranquilo y que me ibas a obedecer Pino. —Habló directamente a su rostro irritado.

Me enojó y me atemorizó su comportamiento, pero no retrocedí quería saber si les había dañado o estaban bien. —¡Yo no te dejaré salir! —Titubeaba las palabras y sostuve con fuerza el cuello de su camisa acercando su rostro al mío dándole después un profundo beso, el lo prosiguió y en unos minutos me separé dejando sólo un leve espacio entre nuestros rostros.

—¡Wao!... Pino, eso estuvo muy bien y no lo veía venir, pero necesitarás algo más que un simple beso para mantenerme aquí. —Aventuró con una gran sonrisa relamiéndose los labios sin apartar la vista de los chispeantes ojos café que poseía el otro.

—¡Te dije que no te dejaré ir hasta que hables!... —Dije firmemente a pesar de estar muy nervioso por dentro, me quedé observándolo fijamente... Tengo que ver ahora cómo daré mis siguientes movimientos... Pero tengo que intentar utilizar un poco la cabeza y no dejarme llevar por él o los deseos ocultos de mi cuerpo.

(Continuará...)

Quiero Algo De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora