Capítulo 4

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El pequeño pelotón de la princesa había llegado a la frontera del fuego
-¿Cual es el plan?- Nisshoku miraba intrigado el territorio rojo, un calor abrasador causaba que estuviera a punto de desmayarse, un lugar árido sin alguna flora que diera sombra, el suelo era infértil y a lo lejos de veía más desolación,  Gesshoku miró al joven, y enseguida a los hombres, bajo de su caballo
- Acamparemos aquí, Naraku, tu y 20 hombres armen el refugio, 10 más busquen comida y los demás leña, yo intentaré buscar agua y algo de sombra
-Princesa... ¿qué haré yo?- Nisshoku estaba curioso y se sentía inútil por no tener una tarea
- Puedes ayudarme- Ambos se alejaron, Geshoku plantó sus manos en el suelo y recitó unas cuantas palabras, de repente el suelo se movió creando un pequeño jardín alrededor del campamento, enseguida, miró una piedra que estaba a su lado, de nuevo, colocó sus manos sobre aquella nuevamente recitó un verso inentendible, el agua, salió a chorros a lo que los soldados se apresuraron a beber y recolectar para más tarde, Geshoku cayó en brazos de Nisshoku - Para esto te necesitaba
-¿De que habla?
-Al usar mis dones como crear agua o plantas me debilitó totalmente y no puedo moverme, se que es mucha molestia pero Naraku no puede venir a ayudar, está con otros preparativos y los demás soldados no creen ser dignos de tocarme ¿Es una molestia?
-No, en lo absoluto, yo la llevaré de regreso al campamento
-Gracias, eres muy dulce- Nisshoku cargó en sus brazos a la princesa para llevarla de regreso a una carpa bien elaborada para que descansara, al momento de llegar Naraku le auxilio al muchacho para recostara en una cama improvisada, la dejaron ahí, a que durmiera por horas y horas hasta que el sol se escondía detrás de los grandes Montes, ya habían pasado 3 días desde el rapto del señor del Agua

La noche invadía al reino del Sur, los soldados hacían fogatas por cada tienda disponible, Naraku y Nisshoku estaba custodiando la carpa de la princesa que aún dormía plácidamente, ambos frente a un fuego caliente y sentados sobre sus talones, Nisshoku, aún tenía preguntas por hacer y necesitaba respuesta
-¿Naraku?
-Nisshoku
-Eh... ¿Quienes son los Muro?- El general dudo un momento pero contestó
-Son un ejercicio de desertores de la corona, intentan vengarse por ser botados del ejército de la Luna, La reina los perdonó por sus pecados pero fueron castigados exiliandolos de la capital- Mantuvo la calma unos sentido para buscar las palabras adecuadas - y sin ofender a tus raíces, toman actitudes como el ejército del Norte- Nisshoku negó con la cabeza despreocupado
-¿Porque raptar al señor del Agua?
-Tendrán algo entre manos
-General del Tiempo- Geshoku salió de su tienda aun cansada, apoyada sobre un poste de la carpa, miró a lo lejos y sus hermosos ojos rojos se volvieron un dorado intenso que intimidada a cualquiera
- My Lady, debe descansar
-No hay tiempo, los Muro ya saben que estamos aquí, se están acercando
-¿Qué haremos?- A pesar de ser un experimentado general, Nisshoku estaba totalmente dominado por el nerviosismo, la princesa a pesar de estar cansada pensaba y miraba a lo lejos vigilando al ejército enemigo
-¡Rayos!- Explotó Geshoku- Necesitaba más tiempo para vigilarlos y tener un mejor plan- Ella comenzó a toser desesperadamente, cayó al suelo y ambos hombres se acercaron a auxiliarla, la llevaron de regreso a la carpa- Esto... Esto es peor de lo que imaginé
-My Lady, no puede seguir sobre esforzándose
-Es necesario para ganar este conflicto, pensaba hacer un trato con ellos pero no sé qué tan dispuestos estén, ahora si lo rechazan una mala  orgánizacion por parte nuestra resultará bajas drásticas
- El cómo se encuentren organizado, es necesario sabelo para sacar al señor del Agua en algún inconveniente- El General del Tiempo hablaba tranquilo pensando en algún plan
-Princesa...- Nisshoku habló orgulloso, se arrodilló y siguió- Deje que tú sirviente se infiltre entre las filas de los Muro para que planee una estrategia adecuada
-No creo que ...
-sé que no soy digno de confianza, pero mi princesa, no puedo permitir que usted cargue con todo esta responsabilidad- Geshoku estaba impresionada con la determinación de aquel joven guerrero, giro la mirada a Naraku y pregunto
-¿Qué opinas, General del Tiempo?- Se mantuvo silencioso por un largo lapso de tiempo, suspiró cansado
- Creo que es lo mejor que podemos hacer por ahora- La joven princesa estaba dudosa, pensaba hacer esa investigación por su cuenta, no quería poner en peligro a un soldado y camarada, quedó silenciosa, después de unos minutos simplemente asintió, eso le bastó a Nisshoku para levantarse y preparar su caballo, se escuchaba el trotar del animal alejándose en la oscuridad, los ojos de la princesa aún no cambiaban, su vista estaba clavada en Nisshoku, exclamó amargamente
-Qué la luz de la Luna te acompañé en esta travesía 

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