capítulo 10

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Ya hacia la noche sobre Ann, las estrellas relucían como si las acabarán de pulir, la Luna alumbraba la oscuridad que por alguna razón inexplicable parecía mucho más espesa y tenebrosa; Nuestros protagonistas se encontraban ocultos dentro de una mísera cueva, reducida y poco atractiva, un lugar frío, y húmedo, Nisshoku preparó una cama improvisada con hojas y algunas otras plantas para su señora que aún se mantenía dormida, además, de una fogata cálida que es daba luz, la cena estaba lista, él se encontraba sentado frente al cálido fuego, removiendo poco a poco la mezcla de comida, Geshoku, en cambio, comenzaba a despertar, pequeños movimientos y quejidos lo hacían notar- Kai...- Susurraba la princesa, Nisshoku sabía que estaba preocupada por aquel hombre, pensaba que tal vez era mejor que fuera con ellos, la princesa...¿Lo odiaría por dejarlo?, Cuestionamientos similares inundaban su mente, no podía olvidar como dejó atrás al hombre que los ayudó, a él que una vez le fue y será siendo leal a la princesa aunque su vida esté en riesgo, sus pensamientos fueron interrumpidos abruptamente por la princesa que despertó impaciente, su cabeza se movía de un lado a otro tratando de encontrar a alguien- ¿Kai?
-My Lady
-Nisshoku, ¿Donde está Kai?
-Él...No quiso acompañarnos
-¡No puede ser!, ¿Donde estamos?
-En una cueva a 78 kilómetros del Tiempo
-Ya veo...- La princesa intentó ponerse de pie, sin embargo, sus piernas flaquearon, suspiró molesta por no poder hacer algo tan simple como caminar
- My Lady, preparé la cena- Le acercó un cuenco con la mezcla, la princesa lo tomó entre sus manos pero sin previo aviso lo soltó, gruñó por lo bajo ante su movimiento involuntario, Nisshoku la miraba preocupado, limpió el desastre y lleno de nuevo el cuenco, esta vez, él se encargaría de darle comida a su ama, ella sin poder evitarlo fue alimentada por aquel joven
-¿Estará bien?
- Él perteneció a su ejército más fuerte, debe estarlo
- Tienes razón, los caballeros Oscuros son difíciles de eliminar-
Aunque le había mentido a su princesa, Nisshoku estaba agradecido por que ella estuviera bien y se centrara en su misión, después de la comida, Nisshoku recostó a Geshoku para que recuperara su fuerza poco a poco, mientras tanto, él apagaba aquella pequeña fogata y de recargó cerca de una piedra para dormir mientras vigilaba la noche, recordando como visualizo la muerte de un gran aliado a la princesa, torturado, no habló de su paradero, asustado, no cedió ante sus agresores, moribundo, Kai pronunció sus últimas palabras
- La princesa Luna opacara al egoísta Sol, la amable Luna abrazará al reino
Nisshoku despertó entre mareos y sudor frío, esa escena lo perturbó lo suficiente como para seguir en la lucha de supervivencia, Kai, aliado de Ann fue asesinado en manos del señor del Sol, apuñalado en el corazón leal
-Un gran hombre Kai- Nisshoku susurró para él, visualizó a la princesa quien parecía estar profundamente dormida, la noche era totalmente oscura, sin rastros de las estrellas o la misma luna que velaba por los sueños de ambos reinos; Nisshoku miró el cielo y dijo para si
- Que tu camino sea tranquilo- Las palabras del joven guerrero se las llevó el aire esperando ser captadas por en alma de aquel gran soldado Kai, hombre que confiaba en su princesa

-Necesitamos movernos al fuego, ahí comenzaremos con la búsqueda
-Tendríamos que cruzar por el Tiempo mi señora
-Es lo que me preocupa, creo que hay que buscar una mejor opción
-O podríamos cruzar por la frontera del oeste e ir desplazándonos discretamente
-El viento ¿eh?, Supongo que será prudente rodear el imperio- Geshoku colocó una túnica sobre su cabeza para evitar ser vista, intentó caminar pero aun seguía débil por el veneno, Nisshoku ofreció a llevarla en sus hombros pero ella se negó, apoyándose de una vara siguió su camino, el destino que se le fue impuesto mucho antes de su nacimiento, ella caminaba con la vista vacía y sin alguna ruta definida, ella, a pesar de ser la preciada princesa nunca se le permitió salir del Tiempo, su primera misión fue con los Muro, se preguntaba cómo era aquel reino que sus antecesores cuidaron con todo el amor
-My Lady... - Nisshoku llamaba la atención de su señora que seguía sin un rumbo definido- Sugiero que viajemos de noche, recuerde que estamos rodeados por el enemigo
- Explorar cada país de Ann será un reto, viajar de noche complicará nuestro camino
-Pero su estado físico aún no es el adecuado
-No puedo darme el lujo de esperar la noche- La princesa tambaleó, a pesar de estar débil y con falta de energía siguió su camino con prudencia, caminaron horas y horas, entre descansos y escondites llegaron al bosque de fuego
-¿Por qué Bosque de Fuego?- La princesa sonrió ante la muestra de curiosidad que mostraba su leal sirviente
-Cuenta la leyenda- Se sentó sobre una roca para reposar un poco, el dolor que le causaban las heridas que aún no sanaban la obligaban a parar cada cierto tiempo retrasando su búsqueda -que hace cientos de años, el bosque se mantuvo en un incendio a causa de la pelea entre los guardianes Fuego y Tierra, el primero quería darle una lección a su hermana, sin embargo, la bondad de la última le dio a este lugar la oportunidad de seguir existiendo
-¿Por qué haría eso el Fuego?
-Se dice, que los seres que viven aquí, eran carcomidos por la violencia y la soberbia, el fuego quería castigarlos pero la Tierra, como toda madre amorosa, los perdonó y dió un chance de cambiar su error- La princesa miro el bosque, dió un respiro y miró los ojos de su compañero -por un largo tiempo, nadie sabe con exactitud, el bosque fue envuelto en las llamas, sin embargo, la fauna y la flora no sufrieron daños colaterales, Gracias a la Madre Tierra, además, se dice que se volvió resistente ante el calor, de igual manera la fauna se adapto a su nuevo hogar y ahora, existen algunos que poseen llamas en sus cuerpos, en especial, se habla de los exóticos zorros, sus largas colas de rojo brillante y sus orejas dejan ver los colores naranja y amarillo bailando en armonía
-¿Hay humanos?
-Si, se dice, que al igual que los animales y plantas aprendieron a sobrevivir ante el calor, sin embargo, otros dicen que el fuego consumió su aldea y todos fallecieron
-Me parece algo oscura esa leyenda
-¿Ah si?
-¿El fuego siendo antagonista? No me lo creo, pienso que es una forma de corregir a los errores y claro, si la madre Tierra les dió oportunidad es porque sabía que el cambio era un hecho- La princesa le sonrió
-Creo en lo mismo que tú- Se levantó y siguieron su camino, el bosque de volvía cada vez más y más espeso y caluroso, la princesa veía con curiosidad aquellas plantas, enormes árboles de un fuerte tronco café y unas hojas de un verde precioso que le hacía sentirse intimidada por aquellos gigantes, de repente un pequeños chillido los hizo detenerse de su andar, Nisshoku estaba por desenvainar su espada, sin embargo la princesa tomó su mano para evitarlo, ella miró los alrededores y sus ojos se quedaron plantados en una pequeña cría de Zorro de Fuego, el joven guerrero estaba impresionado por tal hallazgo, la imagen que se había plasmado en la mente era totalmente errónea, verlo en esos momentos le hizo pensar que ese animal era demasiado hermoso, ambos cautelosos se acercaron al impresionante ejemplar, la princesa se arrodilló frente a él, este en cambio gemía de temor e intentaba alejarse
- Hola dulzura... No te preocupes por favor, no te haremos daño- Mientras decía eso, acercaba su mano para que él pudiera olfatear y dar su consentimiento de acercamiento, acarició el lomo del animal, su rostro se volvió lúgubre
-¿Princesa?
-Este amiguito está muriendo
-¿Podemos hacer algo por él?- Ella negó
- Tiene la herida de una flecha en su costado, quien lo hirió, al retirarle la flecha provocó que se desangrara, no vivirá
-Es una pena
-A menos...- Nisshoku levantó la vista hacia ella- A menos que lo ayude- El rostro del guerrero empalideció
-No princesa, es demaciado arriesgado, aún no tiene la suficiente fuerza
-No hay opción- colocó sus manos sobre el área afectada, recitó unas palabras no entendibles, así, como pasó con el ciervo que cazó Kai
My Lady!- Terminado el ritual la princesa cayó al suelo, sin embargo Nisshoku alcanzo a sostenerla, el zorro se levantó y comenzó a correr al rededor de ambos jóvenes, se acercó a la princesa y lamió su mejilla, ella, en cambio, cansada y con poca fuerza sonrió dulcemente, acarició la cabeza del animal
- Me alegro que estés bien amiguito
-¿No le hacen daño las llamas?
-No, Nisshoku, sus llamaradas solo es una forma de defensa, ellos deciden a quien lastimar, y al parecer este pequeño no quiere hacernos daño- La princesa agarró la mano de Nisshoku y la acerco al pequeño animal, este último la olió y dejo que le tocará las orejas
- A pesar que solo es fuego, es demaciado suave
-Así parece- Ambos se mantuvieron juntos a aquel ejemplar de la naturaleza, estaba anocheciendo y la princesa aún no podía ponerse de pie, esperaron un rato y con ellos el pequeño zorro, Nisshoku improviso un pequeño refugio que los mantenía seguros de los posibles peligros del bosque, mientras la fogata calentaba sus cuerpos y pequeño animal se acurrucaba en las piernas de la joven, cada cierto tiempo Nisshoku removía las ramas de la fogata para evitar que se consumiera, la princesa lo miraba con dulzura, estaba anocheciendo y eso no era buena señal para ellos, a pesar de ser caluroso en el día, durante la noche congelarse era muy probable, Nisshoku se desprendió de la ropa abrigada que poseía para colocarsela encima a su princesa, se colocó a su lado para rodearla entre sus brazos y  así conservar el calor, el pequeño zorro salió corriendo a las profundidades del bosque, Geshoku estaba débil fisicamente por lo que les impidió seguir el camino, Nisshoku estaba congelándose, al ver la situación, la princesa compartió sus ropas con él
- General, no es momento de dormir
-Mi señora... Yo no...
-¡Nisshoku!- La joven soberana lo movía desesperada- Es una orden, no cierre los ojos
- Mi señora, sus órdenes son mi vida- A pesar de la advertencia, sus ojos se cerraban poco a poco, el frío ya había congelado parte de su cabello, el tinte que había mezclado Geshoku para su misión con los Muro estaba desprendiéndose poco a poco, sus labios partidos por el terrible frío, la princesa visualizo a lo lejos unas cuantas sombras acercarse a ellos, de repente, se sientio muy cansada y sus enormes ojos se cerraron ante el cansancio provocado, antes de dormir profundamente las sombras cada vez se volvieron más y más tenues, más y más oscuras
- ¡Es ella!
-Por fin

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