Capítulo 6

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Naraku tomó entre sus brazos a su señora quien dormía por el cansancio de la liberación de la energía, la luz de luna dejaba visualizar la belleza de la joven.

Los días transcurrían  y los generales aún se encontraban bajo la influencia de la poción por lo que comenzaban a crearse rumores, Naturalmente todos esparcidos por Nisshoku y la misma princesa, el general de la Destrucción no tomaba la importancia necesaria para calmar al ejército ya que  cada vez se cegaba  por la belleza de la jóven, su insolencia y su habilidad de combate, Geshoku se encontraba en su tienda junto a sus sirvientes y Nisshoku, todos frente a la princesa quien leía el reporte de los señores de Ann y la impaciencia de la ciudad del Tiempo para festejar su aniversario de nacimiento
-¿Naraku?
-My Lady...
-¿Enviaste el mensaje de la ubicación de agua al señor del fuego?
-Si mi señora- Tomó un rollo de hojas lo entregó a Geshoku- Aquí reportan que gracias a su ubicación y planeación la presa ha sido construida, de igual manera, el señor del Agua está agradecido por su ayuda con Los Muro
-Bien... Manda uno mas al Tiempo, anuncia que llegaremos en una semana
-Si My Lady- La tarde pasaba tranquila y  más tarde, Naraku le entregó un pergamino más donde detallaba la situación de los Muro, terminada la lectura de todos los informes los incendio con las llamas de su mano derecha, miró a sus allegados y dijo
-Es la hora de terminar la misión, acabaremos con los Muro
-My Lady- Nisshoku habló nervioso- ¿No es precipitado?
-En lo absoluto, Los Muro comienzan a discrepar entre ellos, pronto habrá una rebelión en contra del Dios de la Destrucción, liberaremos a los demás
-¿Porque?
-Para que los subordinados vayan a informar sobre los rumores unos contra el general de la destrucción
-Pero él es el más fuerte, ¿Serán capaces de enfrentarlo?
-Naturalmente- Se levantó y caminaba de un lado a otro- Independientemente de que los soldados del General de la Destrucción sean la elite de Los Muro no les será imposible derrotar a los otros tres regimientos
-¿Y que haremos con los demás?
-Se destruirán entre ellos- Geshoku se detuvo a mirar a sus sirvientes, de repente la cortina de la carpa se abrió violentamente, un soldado del general de la cuarta división entró y miro a la princesa, Naraku se preparaba tomando la espada, Geshoku le lanzó una mirada de represión, Naraku inclinó su cabeza- ¿Necesitas algo?
-Yo... yo...- Carraspeo la garganta y continuó- Mi señor solicita una audiencia con usted
-Bien, iré enseguida-
-Mi señor pide que la escolte - La princesa para desviar la atención del soldado dirigió una palabras a sus allegados- Regresaré pronto
-Gekkō...- Nisshoku habló
-... Tranquilo, en un momento seguiré con el cuento- Regresó hacia el soldado- ¿Puedes esperar? Necesito cambiar mis ropas
-Pero...
-No puedo permitir que el General me vea así
-Bien...- Salió de la carpa, el General del Tiempo, confirmó que estuviera lo suficientemente lejos para que la princesa hablará
-Naraku...
-My Lady...- Caminó hacia una pequeña caja de acero, sacó un elixir verdoso y se la entregó al general, mientras él analizaba la poción, Geshoku se colocó detrás de un biombo improvisado que Naraku le fabricó, Comenzó a desvestirse, los presente giraron a otro lado para no ver a la joven. Ella se colocó un kimono blanco de encaje negro y una cinta roja, su cabello lo ató como pudo, dejaba ver sus piernas delgadas
-Llevaré lejos al General de la carpa de los demás, para que les dez antídoto
-Si, My Lady- Hizo la típica señal de obediencia- Ustedes...- Los sirvientes y Nisshoku miraron que la joven salía detrás del biombo- Vayan y esparsan rumores, quiero que pongan todos en contra- Suspiró agotada- Es una medida muy manipuladora, pero... creó que es la más acertada para evitar las bajas en las ciudades de Ann
-My Lady... -
-Terminen su tarea, los veré en la colina preparados para salir de aquí, Naraku... cuento contigo para esta labor
-Haré lo que usted me pida My Lady-
-Perfecto- Caminó fuera de la carpa donde un poco lejos le esperaba el subordinado del General de la Destrucción, caminaron en silencio, el soldado la miraba con curiosidad 
-¿Cuál es tu propósito de reunir a tus sirvientes y a un soldado de Muro?- La princesa sonrió y dijo muy calmada
-¿Crees que planeó una rebelión contra de miles de hombres?
-Yo no...
-Soy como Mi señora, debe transmitir lo que sabe, pero...- Silencio y miro al cielo, "Pronto este bello azul de volverá carmesí" -¿Cómo puedo lograrlo si tu señor no deja que ningún otro hombre además de mis sirvientes y él se me acerquen?, Además es triste no hablar con nadie más
-¿Que hay de Akai?
-Él es muy escurridizo, logró llegar a mi tienda para escuchar las historias que le cuento a mis subordinados- Geshoku y el soldado caminaron en silencio después de ese último comentario, entre más cercano era su destino más se podía sentir la tensión entre los soldados de las cuatro divisiones, las miradas se clavaban en ella, y la carpa de los generales cada vez más cerca
-Aguarda, debo avisar a mi general que estás aquí- Él soldado entró a la carpa, el silencio se expandió durante minutos y la Princesa estaba siendo observada por los soldados, poco a poco se acercaba a ella, Naturalmente, guardo la calma esperando a que el Dios de la Destrucción saliera a ahuyentar a los hombres, sin embargo, no pasaba nada, los soldados tomaron sus armas y se abalanzaron contra Geshoku, que, afortunadamente esquivo con éxito los ataques, la defensa de la joven era espléndida, y sus golpes certeros, uno a uno  los hombres caían desmayados a los pies de la joven, quien comenzaba a agotarse por los constantes ataques, sintió un afilado objeto en su garganta, miró al portador de la espada
-Veo que Gekkō, es una excelente combatiente- La persona que le hablaba era el Dios del Inframundo, ella se sorprendió al verlo libre del elixir - eres buena combatiendo
-Puedo llegar a sorprender más de lo que usted se imagina- Él hombre acercó más su arma a la garganta de la princesa -¿Donde esta Saiten?
-¿Disculpe?
-No juegues conmigo, sabes bien de quien hablo
-Mi señor- El soldado habló detrás del general- él señor de la tercera división nunca le mencionó su nombre- Giró a verla- Ella lo conoce como general
-Suéltala Yuu- La voz del hombre con quien compartió varios momentos apareció frente a ellos, el Dios de la destrucción, o Saiten, como lo llamó su camarada le hacia frente junto con su división- Gekkō es mía
-No se que es lo que te ha dado esta mujer, pero ella no es confiable
-Gekkō es una gran mujer, no mentiría jamás- Al ver la forma en que la defendía, Geshoku sintió tristeza y aberración por si misma, jugó deliberadamente con los sentimientos de un hombre que... tal vez si la quería- Ella me mostró lo que de verdad importa- Le sonrió e inclinó ante ella, naturalmente Geshoku quedó impresionada- Esta mujer...- Él general levantó la mirada- Ella es mi princesa... Geshoku, soberana de Ann, hija de la Luna, favorita de los guardianes- Los presentes sorprendidos por su revelación, el General del Inframundo, Soltó repentinamente a la jóven, esta de separó lo suficiente como para mirar su rostro desconcertado
-¿Como es posible que Geshoku,este aquí?- Miró a la princesa, esta al igual que los demás se sorprendió de su revelación
-Por nuestra culpa- Silenció y de levantó para hablar mucho mejor, Geshoku vio a lo lejos a Naraku quien se preparaba para dar batalla contra los generales, la princesa le hizo una señal de negativa y con la mirada le dio a entender que siguiera con su misión, el General de la destrucción siguió con su explicación-  Aquella estúpida batalla que quieren dar... tu y lo otros dos generales, pretenden atacar al Tiempo, pero no se dan cuenta cual poderosa puede llegar a ser
-Su milicia no podrá contra nosotros, fuimos los mejores de Ann, hasta que la reina Luna nos desterró
-No me refiero a su ejército- Saiten lanzó una mirad rápida a la princesa quien se mantenía en silencio, Yuu entendió la indirecta que le mandaba el General de la destrucción
-¿Ella?
-Así es, no has visto el poder que posee
-Tu... - Geshoku inmediatamente se dio cuenta que él la seguía donde liberaba energía- ¡Me seguías!
-Me disculpo, también Escuché sus enseñanzas- Regresó la mitad a su camarada- Esta princesa tiene razón, Los Muro no pueden pasar a la ciudad del Tiempo, Desgracias no sólo para la capital si no también para nuestras filas, tendremos problemas si ella se involucra en la guerra
-Esta chica no hará nada... y menos si...- El hombre chasqueo los dedos y los hombres del General presentaron ante ella a Nisshoku y sus acompañantes, sirvientes de la princesa, ellos parecían asustados pero orgullosos
-¿Como te atreves a tocar a mis amigos?
-¿Amigos?- Golpeó a un soldado y siguió- ¿Estas basuras?- Él estaba por agredir a uno más por lo que Geshoku, sé lo evitó tomando su mano, Naturalmente ella siendo más baja de estatura el hombre tuvo qué bajar la mirada para visualizar sus bellos ojos rojos llenos de furia y determinación, su fuerza aumentaba provocando que el Dios del Inframundo se arrodillara ante ella
-¡Tú!- Dijo- No sabes lo que es tener un camarada- La princesa levantó la otra mano hacia sus colegas quemando las sogas que los mantenían atrapados- Akai
-Si My Lady
-Lleva algunos caballos lejos del campamento, lleva contigo al Dios de la destrucción y a sus soldados
-¿Usted My Lady?
-Tengo asuntos que atender con esta persona
-¡Princesa!- El general del Inframundo replicó aún en el suelo arrodillado, ella lo miró con furia, las llamas comenzaban a emanar de su cuerpo
-¡Silencio!- Dijo duramente- No tienes el derecho de hablar- En ese momento Naraku apareció de entre las ramas de los árboles junto con él, la silla el del general del Inframundo, al estilo de la dinastía Qing, ella soltó a al hombre y lentamente se dirigió a sentarse, cruzó las piernas y colocó su brazo derecho sobre el brazo del asiento, Naraku, se colocó a su costado mirando fijamente al hombre, después regresó a la princesa a quien le susurró en el oído
-¿Que pretendes Geshoku?
-Nada importante, deseo que lleguemos a un acuerdo para que tus tropas...
-¿Tienes miedo de mis hombres?
-En lo absoluto, temo que pierdan la vida- Él hombre soltó una carcajada burlona
Tengo muchos más hombres que tú! ¡Tu ejército no podrá con ellos, sumando claro a las otras dos divisiones!
-Tus planes no son lo muy inteligentes, ¿Que te hace pensar que ellos te seguirán?
-Soy un general, estaré al mando siempre y cuando sus líderes no estén presentes
-¿Que harás cuando ellos aparezcan?
-No permitiré tal cosa, simplemente puedo ir ahora mismo y asesinarlos, tu magia me dio el beneficio de inmunidad
-¿Magia?- La joven rió un poco, estiro la mano hacia Naraku, este le entregó una pequeña botella de elixir, la que estaba destinada al Dios del Inframundo para hacerlo reaccionar ante la bebida que Geshoku les dio- Esto- dijo- Hará que regresen
-¿No de supone que no existía cura par ello?
-¿Oh? ¿Te lo dije no?- Geshoku comenzaba a ser sarcástica por la actitud patética de su contrincante- Sólo la princesa y su sirviente más allegado han podido salir de la alucinación, esto- Volvió a mostrar-  lo creé antes por si existía una complicación
-¿Eso lo han consumido los dioses del Muro?- El hombre hablaba nervioso, era claro, que aunque él fuese el más fuerte del ejército no podría lidiar con dos divisiones juntas, la princesa habló orgullosamente
-¿Naraku?- Él la miró -¿Puedes contestar la pregunta?
-Si, My Lady- Se acercó al general del Inframundo, colocó en el suelo dos frascos vacíos y regresó al costado de la princesa, el Dios, miró los frascos unos momentos, perdido en sus pensamientos e inmediatamente se levantó furioso con espada en mano corrió directamente a la princesa para atacarla, Naraku, reaccionó rápidamente e impidió el ataque con la ayuda de su espada, la princesa se encontraba en calma, ya que la espada del general se encontraba a pocos centímetros de su rostro
-¿Es todo o quieren que me mate? - La princesa movió la mirada hacia atrás del Dios del Inframundo, este a su vez miró a sus espaldas y se sorprendió al ver a los otros dos Generales mirando lo sucedido- Les dije los iba a traicionar- Los hombres observaban curiosos pero a su vez decepcionados- Hora de pagar... - Al decir tales palabras los dioses de Muro se arrodillaron ante la joven, de igual manera sus soldados imitaron la acción de sus líderes, Yuu, en cambio, se encontraba confundido por las acciones de sus camaradas
-¿¡Que es lo que hacen!?- Dijo furioso- ¡Somos los Dioses de Muro!, ¡Prometimos derrocar a Ann y obtener lo que deseábamos!
-¡Silencio!- La princesa gritó, las llamas escarlata emanaban, su calor sofocante y su gran poder hacia que el suelo se moviera, los dioses bajaron aún mas la mirada, Yuu miraba exasperado a Geshoku, Naraku se movió para permitir el paso a su señora- Tú, has condenado a tus camaradas- Al ver que no entendía lo que le quería decir prosiguió- Los dioses de Muro han despertado y regresado a la Utopía más de una vez
-¿Porque ellos y yo no?
-Eras la clave para mi plan...- Dijo orgullosa- hice una apuesta con tus colegas, Sabía que tu... Dios del Inframundo eras una persona desleal, por ello, le dije a tus colegas que si demostraba que tú los traicionarías, ellos junto con sus soldados me servirían como parte de mi ejército, pero.... si no podía demostrarlo abdicaría al trono de Ann y Los Muro tomarían en poder del reino del sur
-¿Como...?
-Tengo una buena observación, desde el momento en que los vi pude analizar todo
-¿Acaso no querías que peleamos entre nosotros?
-¡Vaya no!-  sonrió- Eso lo dije para despistar a tus soldados y a los míos... decidí mantener en secreto todo, sólo el hombre que está a mi lado, tus colegas y yo sabíamos de este trato, sin embargo, el Dios de la destrucción me sorprendió ante su cambio de perspectiva- El general se desplomó sobre sus rodillas, buscando una salida mental que era imposible, Geshoku, colocó una mano sobre su hombro y la otra , sus dedos meñique, anular y pulgar de encontraban doblados hacia abajo, en cambio el índice y medio se mantenían rectos formando un especie de sello ... susurro unas palabras en una lengua diferente, lentamente retiró su mano del hombro de sujeto y una luz morada cubrió al general, líneas delgadas y finas de color negro se formaba  en el cuerpo del hombre que subían lentamente hasta llegar al centro de su pecho, justamente al centro de la clavícula se formó una marca de la luna resplandeciente sobre unas raíces de rosas y espinas
-¿Que me has hecho?
-Es una técnica para que tus impulsos de odio e irá los absorba
-¿Tu?
- Si- Contestaba mientras hacía el mismo proceso con los otros generales
-¿Eso no te afecta?
-Si, pero puedo manejarlo- Cada uno de los generales llevaba un diseño distinto, el Dios de las sombras una Luna sobre una rosa, y el Dios Negro una Luna sobre un par de alas, al ver su marca, todos se miraban sorprendidos, Geshoku, sonrió y dijo- Es hora de partir, regresemos a Ann, el lugar que siempre fue su hogar- Geshoku iba a la cabeza de repente un soldado de abalanzó en su contra, hábilmente, la princesa contrarrestó el ataque con sus armas, cortó al hombre quien después de ser atravesado por las espadas se volvió un gas negro
-¿Que fue eso?- El Dios Negro preguntó naturalmente asustado
-Una criatura maligna, nada que temer, es hora de partir- Fueron donde Nisshoku y el General de la destrucción para partir a la capital- General de la destrucción baje del caballo- Él cumplió la orden de la princesa, y se arrodilló frente a ella, una vez más Geshoku realizó la misma técnica, la energía de la princesa estaba muy baja por lo que sólo realizó el procedimiento y cayó desmayada, Naraku tomó el mando de todo y la llevó en sus brazos hasta que recuperará su energía.

Tres días y dos noches les tomó al ejército de Muro y acompañantes de la princesa llegar al país del Tiempo, la ciudad los recibió con alegría, pero al visualizar a los Muro sus sonrisas sé esfumaban, la princesa ingreso al castillo junto con Naraku, Nisshoku, y los cuatro Dioses para presentar sus respetos a la reina junto con los señores de Ann, la joven princesa llevaba un kimono apropiado para visitar a la reina, Naraku y los demás generales imitaron a Geshoku, quien con orgullo entró al salón principal del castillo, la reina se encontraba al fondo del salón, cerca del gran vitral, sonrió al ver a su hija caminando con honor, al estar frente a frente la princesa se inclinó y dijo
-Geshoku muestra sus respetos a la reina de Ann- Sus acompañantes realizaron el mismo acto que la princesa, la reina, por otro lado, sonrió cálidamente ante ella
-¡Bienvenidos sean a la tierra del Tiempo!- Visualizó a los compañeros de la joven- Veo con agrado que regresaste con nuevos Compañeros
-Ellos madre, son los generales de Muro, han aceptado servirte
-Ya veo...- Dijo suavemente- ¡Hora de celebrar el regreso de la princesa! ¡Preparen un festín para el ejercicio de Muro!- Geshoku sonrió, despidió a su madre y salió del salón para organizar a los generales
-Señores... ahora le brindarán su lealtad a Ann ¿Están dispuesto a defender a la tierra de la Luna?
-Si My Lady - Contestaron los cuatro al unísono
-Bien...serán bien agradecidos- Sacó un mapa de Ann -Es mi orden que cada uno de las divisiones de Muro se establezcan en una ciudad, Dios de las sombras usted irá a la Tierra del Agua, usted, Dios Negro ira a la Tierra, usted... Dios de la  destrucción le irá al viento y usted... Dios del Inframundo le encargaré lo más difícil- Los ojos escarlata se clavaron en él - Irá al Fuego, justo en la frontera con Agg, quiero que cualquiera que cruce la frontera...
-¿Lo aniquiló?
-¡No!- Ella levantó la voz- Preséntalo en el Tiempo, si está herido deberás de escoltarlo hasta aquí
-Si señora
-Bien...Ann es su casa de nuevo, protejan a su gente, pero por ahora, descansen... en unos días partirán- Una multitud de comida se establecía en el Palacio para atender a los soldados, las mujeres incómodas y los hombres furiosos, pudo sentir la sed de sangre de los soldados- Hablen con sus subordinados, si piensan hacer algo malo lo sabré
-Si mi señora

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