Capítulo 12

16 1 0
                                    

-Gesshoku- Las palabras salían con dolor, la mirada aún centrada en aquel agujero sin más que pensar en su amada escapando nuevamente
-Señor, debemos seguirlos, podría desaparecer nuevamente - El señor del Sol escucho a lo lejos a su comandante y guardia personal, el joven príncipe solo puedo pronunciar un ligero pero audible "si", las fuerzas se desplegaron e intentaron seguirle el paso a Gesshoku, sin embargo, está ya se encontraba a una  distancia bastante ventajosa, junto a Phoenix y Nisshoku montaron tres caballos para escapar de la aldea, viajaron unos cuantos kilómetros hasta que el sonido de los cascos de caballos extraños llegó hasta sus oídos, los ojos de Gesshoku cambiaron a dorado nuevamente
-Nos encontraron
-Aún falta para que podamos salir de la aldea, y el bosque es peligroso- Phoenix comentó a la cabeza de la pequeña caravana -Podríamos intentar enfrentarlos - Gesshoku negó
-Es peligroso, vayamos al bosque
-Pero... Podríamos morir
-Sin embargo atrasarnos un poco antes de que nos capturen también está bien, nos dará algo de tiempo para buscar solución, según en los registros que ví en los archivos del palacio del Tiempo, existe una cueva que se conecta con el país vecino, sin embargó- Tocó su cabeza intentando suavizar el dolor que sentía -No puedo recordar dónde se conecta
-No importa- Dijo Nisshoku mirando a sus espaldas -Mientras podamos salir de esta es una opción favorable
-Muy Bien - Phoenix haló un poco las riendas de su caballo para estar a la par con Gesshoku -Mi señora, por favor, muéstrenos el camino - Ella asintió, golpeó un poco las costillas del caballo para que fuera más rápido, mientras Phoenix y Nisshoku la protegían desde atrás, los soldados del sol por fin los alcanzaron, intentando derribarlos de sus monturas, sin embargo, Phoenix se encargó de vencerlos y obtener algunas armas
-Necesito un arco y espada- Gesshoku gritó desde enfrente, rápidamente y sin preguntar, Nisshoku le lanzó un arco y dos aljaba, después de atraparlas le arrojó una espada, sin perder tiempo Gesshoku arrancó un poco de las hojas de un árbol, las molió como puedo y el resultado lo impregnó en las puntas de tres flechas que rápidamente colocó sobre el arco, apuntó frente a ella y soltó la cuerda, el sonido que estás producían daban a entender que tenían la intención de matar, pronto se escucharon los quejidos de tres personas, satisfecha siguió cabalgando, pero, de repente, una ráfaga plateada se dirigió hacia ella, lo esquivó hábilmente moviendo su cuerpo hacia delante del caballo, tomó su espada para responder el contra ataque, mientras peleaba con el enemigo, notó que tanto Phoenix como Nisshoku estaba en la misma situación que ella, chasqueo los dedos y su espada comenzó a moverse sola, su atacante estaba sorprendido, pero no podía distraerse tan fácil, Gesshoku, pensó rápidamente en una solución para evitar ser atrapados, a su mente llegó un recuerdo, un libro negro sellado con algún tipo de escritura que no entendía, un dolor punzante la sacó del recuerdo, una flecha ya hacía incrustada en el costado de Gesshoku, dos de sus costillas se rompieron, sintió como el sabor amargo de la sangre subía a su garganta intentando salir por si boca, escupió el contenido, un hilo de este aún se posaba en las comisuras de sus labios
-¡Mi Señora! -Ambos jóvenes que seguían a la princesa gritaron su nombre al mismo tiempo, angustiados por la escena que acababan de presenciar, Gesshoku miró a la persona que acaba a de lanzarle la flecha, el mismo hombre que acompañaba al señor del Sol, la princesa tomó con esfuerzo aquél objeto extraño en su cuerpo, lo sacó con fuerza y arrojó nuevamente a su dueño, sorprendido el hombre lo esquivó, sin embargo la princesa comenzó a silbar para controlar la flecha, entre más lo esquivaba más rápida iba para el objetivo hasta que por fin dió en el blanco justo en el centro de su tórax, pero, no fue como esperaba, Gesshoku perdió la concentración antes de poder matar al hombre, chasqueo la lengua frustrada, miró a sus espaldas y los dos jóvenes aún luchaban, a pasar de las heridas en sus cuerpos
-¡Nisshoku, Phoenix! - Desviaron sus miradas de la batalla y pusieron atención a la princesa -¡Junto a mi, ahora!- Con algo de esfuerzo se deshicieron del enemigo y acercaron a ella
-Estamos totalmente rodeados -Nisshoku hablo aún intentando quitarse de encima a otro soldado -¿Alguna idea?
-Una -Contestó la princesa -Pero no te va a gustar
-¿Que hará?
-Hace tiempo ví un hechizo en un libro de los archivos privados de la reina, es simple pero destructivo, tal vez nos de algo de ventaja
-¿Es seguro?
-No lo sé, nunca lo intente hasta ahora- Sonrió sin quitar la mira de enfrente, volvió a silbar, su espada que aún peleaba con los soldados regresó a su regazo, nuevamente escupió sangre de la boca, el sudor frío corría por su cuerpo, las viejas heridas se abrían nuevamente, Nisshoku estaba preocupado, pero se mantuvo al margen -Se que estás preocupado, pero es nuestra última opción, al parecer ya sabían dónde nos dirigimos, puedo ver qué hay más soldados frente a nosotros
-No saldremos de esta- Phoenix habló desde el otro lado
-Lo sé- Gesshoku se limpió las comisuras de los labios con el pulgar, sobre la otra mano, escribió una serie de símbolos, juntó las palmas y recitó algunas oraciones inentendibles, un aura negra la rodeo, un par de movimientos de mano y la palma dónde escribió la colocó frente a ella, apareció un portal, de este sombras salieron y atacaron al enemigo, varios cortes aparecían en el cuerpo de Gesshoku, resistió cuánto pudo, antes de desmayarse ordenó -Nisshoku, Phoenix, no podré durar mucho tiempo, suban a mi caballo, Nisshoku toma las riendas y llevamos al portal, Phoenix, gana algo de ...- La princesa de desvaneció,  las sombras comenzaron a desaparecer, el portal se estaba cerrando, sin pensarlo mucho, los jóvenes siguieron las instrucciones de su señora
-¡El portal se cierra!- Phoenix sonaba desesperado ante la situación, algo a lo que nunca se había enfrentado a pesar de su entrenamiento
-Lo noté- Nisshoku tomó el mando e hizo que el caballo fueran más rápido,  el portal se distorsionaba y los soldados los estaban alcanzando, con un último esfuerzo sobre esforzó al caballo para que pudiera pasar con éxito, un frío recorrió sus espaldas al pasar aquel lugar, el portal se cerró causando un disturbio entre los soldados que chocaron entre ellos y varios salieron heridos, del otro lado, Nisshoku, Gesshoku y Phoenix cayeron de su corcel, el primero protegió a la princesa con su cuerpo para evitar un daño mayor del que ya tenía, mientras Phoenix intentaba calmar al animal, Nisshoku se levantó sobre sus manos Gesshoku, miraron a su alrededor tratando de descifrar el lugar donde se encontraban, el paisaje que podían apreciar eran enormes árboles de diferentes especies, el suelo tapizado de grandes cantidades de hierbas, mientras caminaban observaron una pequeña cascada de agua cristalina sin embargo enmababa un frío que les hacía titiritar los dientes, el viento sopló sin previo aviso, llegaron a una montaña en la entrada un precioso y elegante arco blanco, dos enormes gárgolas de serpiente custodiaban este lugar
-Nube Escondida - Habló suavemente Nisshoku
-¿Que?
-Estamos en la Nube Escondida- Giró su vista dónde su compañero -Mi señora me habló de este lugar- Regresó su vista dónde el arco -Es el almacén de conocimientos más grande de toda Ann, la Nube Escondida, pensé que era un mito, pero, por alguna razón el portal nos trajo hasta acá
-¿Intentamos pasar? - Negó
-No sabemos si la barrera nos dejará ingresar, además es peligroso, busquemos un lugar donde cuidar a nuestra señora -Al darse la vuelta para retirarse se encontraron con un joven apuesto de túnicas claras, su cabello azabache sumamente arreglado y pulcro, sus ojos blancos que fácilmente podría pasar como ciego, una de sus manos llevaba una canasta de paja llena de fruta en la otra, un libro, sorprendidos se colocaron en guardia, el joven, frunció el seño, casi impredecible, guardando su libro entre las mangas de su túnica, sus dedos índice, medio y pulgar de mantenían rectos, mientras los otros dos los dejo descansar en su palma, su mano se movió hacia arriba levantando a Nisshoku y Phoenix, el primero dejando caer a Gesshoku, la joven rodó hasta los pies del joven, impactado, deshizo el hechizo soltando a los acompañantes de la primera, se inclinó para tocar a Gesshoku, pero una rápida sombra se colocó entre ellos, era Phoenix
- Alejate de mi señora- Su voz era ronca y rasposa causada por la reciente asfixia que les proporcionó el joven, Nisshoku se desmayó, el golpe le afecto bastante sumando la poca atención de sus lesiones anteriores, en cambio Phoenix, siendo este más resistente escudó a la persona a quien juró servirle
-Bien - Contestó el otro, su voz masculina, elegante y sumamente tranquila llegó hará los oídos de Phoenix -Están heridos
-Lo sé bien
- Puedo ayudar
-No será necesario, buscaremos un refugio - El joven negó
-Él pueblo las cerca está a dos días de aquí
-Buscaré otra opción-
-Estás herido igual que ellos- Nuevamente habló sin hacer caso a las palabras de Phoenix
-No -Contestó, a pesar de la mentira no quería evidenciar que estaba gravemente lastimado, así mismo aterrado por como salieron del bosque, sentía dolor en su pecho, pero no quería escupir la sangre que se acumulaba en su interior frente a esta persona sospechosa que no tenía la más mínima intensión de irse, el joven se agachó a su altura y golpeó suavemente el pecho de Phoenix, sin aguantar más, la sangre salió de su boca, se sintió mareado -¿Que mierda me hiciste? -Se desvaneció justo a sus compañeros

Sora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora