Un cielo sin estrellas || segunda temporada de estrellas de papel||

Capítulo 14: The witch

Mis ojos están inundados debido a mis lágrimas y ¿cómo no estarlo si hoy es aniversario de aquel fatídico día? Sé que no tengo ni un derecho a llorar después de las horribles cosas que he hecho, qué más quisiera yo que todo lo sucedido años atrás sólo fuera una pesadilla de la cual quisiera despertar pero no lo es y por más que quiera no voy a despertar en los brazos de mi madre para que me consuele.

Y es como si todo hubiera sucedido tan sólo ayer, esta tan visible en mi memoria que me sería imposible borrarlo, no debí confiar en nadie ni siquiera los que se hacían llamar mi familia, pues gracias a ellos perdí a la persona que más he amado en mi miserable existencia, ellos denigraron mi imagen hasta dejarla en algo que no soy hasta convertirme en algo que no soy.

Y caí, caí tan fuerte, desquite mi furia con una chica que no lo merecía...oh dios estaba tan ciega, estoy tan ciega. Ella podrá ser tan simple como un libro, vestir como una maestra de religión entre otras cosas pero para él es la mujer más hermosa y perfecta del universo, un lugar al que yo nunca llegue.

Como deseo volver a cuando tenía catorce años y cambiar las cosas, demostrar que no era una bruja y poder seguir a su lado como la mujer que una vez ocupo su corazón y mente...sólo si las cosas fueran tan fáciles.

¿Cómo es que llegue hasta aquí? ¿Cómo es que toque fondo y encontré la forma de ir más profundo? Ni siquiera se la razón por la cual me hago estas preguntas, debería pedir una devolución de mi dinero a mi psicólogo y es que la respuesta es más clara que el agua, esta tan metida en mi memoria que es estúpido seguir preguntándome lo mismo. Sólo es cuestión de mirar tan afondo en mis recuerdos, en los recuerdos de...la bruja.

[...]

Hace algunos años, en un lugar no muy lejos de aquí vivió una joven bella, inteligente y sobretodo de una amabilidad sin igual. Su padre al percatarse del potencial de su hija decidió dejarla como heredera de todo su legado, a ella no le importo el llevar tal peso sobre sus hombros si eso hacia feliz a su padre y daba la oportunidad a su hermano de hacer lo que quisiese con su vida, pero las consecuencias fueron graves y aquel peso creció hasta dejar a la joven con heridas irremediables.

- ¡Hanna vuelve aquí! - Se sentía cansada, enojada, sentía una infinidad de emociones que oprimían su pecho hasta casi asfixiarla, había sido testigo de la noticia más catastrófica de su vida.

Debe ser duro enterarse que tu padre tiene una segunda familia o que al parecer la segunda familia es la tuya. La pequeña adolescente quería llorar y mandar todo por un tubo pero no lo haría, no culpaba a su padre y tampoco quería decepcionarlo...aunque él lo hizo primero.

Seco las lágrimas con la manga del suéter y respiro tres veces antes de continuar con su día. En su escritorio descansaba el diario que su hermano le había regalado por su cumpleaños, en letra cursiva y pintura dorada tenia escrito la palabra Anna, se recordó a si misma escribir todos sus pensamientos como una forma de desahogarse y no terminar volviéndose loca.

"Cualquier chica ya estuviera llorando en mi situación pero tengo que mantener la compostura y no dejar que esto me afecte más de lo que es debido, tengo que guardar la calma y seguir trabajando para que mi padre no piense que perdió su tiempo. De cualquier forma no todo es tan malo, ¿recuerdas al chico del que te hable, mi mejor amigo? Bueno él correspondió el amor que le tengo y ahora soy su novia, me siento tan feliz que opaca la terrible noticia así que no puede afectarme demasiado, él es mi motor día a día, sin él no podría haber soportado todo por demasiado tiempo y ahora que mi amor a él es mutuo hace que mi fuerza incremente, no dejare que nada de esto arruine lo que conseguido...no lo hará."

Pero la inteligencia de Hanna no la hacía darse cuenta de algunas cosas, ignoraba el hecho de que sus medio hermanos la odiaban por ser la favorita de su padre es por eso que mientras ella les ofrecía su cariño ellos aguardaban el momento indicado para apuñalarla por la espalda. Y entonces así fue como a sus catorce años comenzó la historia que le dejo por apodo la "bruja".