XV.

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«Seguí leyendo todas las cartas, ya que algunas eran demasiado cortas: como datos insignificantes. En la mayoría de ella ponía la fecha, dándome a entender que la persona que las escribía llevaba haciéndolo desde hace más de dos años y medio, justo cuando empecé a fumar.

En total había novecientas noventa y nueve cartas, ni una mas, ni una menos. ¿Y la mil? Sabía que simplemente no podía quedar así.

Por la mayoría del pasillo podían apreciarse rosas de color negro, decido coger una y llevarla conmigo.

Estúpidas espinas...»

black letters ✉ {c.t.h}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora