Me importa más que la vida; sí, aunque paradójicamente ella es mi vida, y aunque tiene mi alma envuelta con la suya, ella me importa más que la mía.
Ella me quita la vida, me ilusiona, y alegra cada uno de mis "tristes" y "pálidos" días.
Ella, me importa, y es más que mi vida.
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Considero que este pensamiento es un vicio: lo escribo para fijarle límites, para tratar de convencerme de que no tiene encanto, para dejarlo:
¡Anastasia me importa más que la vida!
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Retrato Escrito de un Joven Despavorido
Romance[...] Extraño tus miradas tan imprecisas, tan inesperadas. Así, tan inesperadas como tu partida. Partiste, te fuiste sin más, partiste mi corazón.