- ¿Viviremos felices para siempre? - preguntó con voz tenue
- ¿ Felices? Tal vez. ¿Tú qué crees?
- No lo sé. Lo único que sé es que si vivimos juntos (ojalá y para siempre) yo viviré feliz. - y de seguro también moriré feliz. - Suspiró con su mirada perdida pero directa a aquellos ojos claros. Ojos que reflejaron interés por las anteriores palabras.
- ¡Joder!, ¡Ya es tarde, debo irme! - gritó. Pero sintió dolor de haber dicho que se iba, no lo quería hacer. Había escuchado palabras que retumbaron en su corazón (?): juntos, viviré feliz.
- ¿Irte? - Sorprendido, pero aun más aturdido por la idea de perderle, solo iban a ser unas cuantas horas pero para él sería una completa eternidad.
- Chao, nos vemos mañana, bueno realmente hoy. - respondió con una sonrisa y sus mejillas ruborizadas.
- Te extrañaré - asintió con la mirada marchitada.
La figura de aquella mujer, la mujer de su vida - su vida - desapareció entre la oscuridad de aquella noche convertida en madrugada, noche que evocaba el mayor de los sentimientos, noche de alegría, noche de temor.
ESTÁS LEYENDO
Retrato Escrito de un Joven Despavorido
Romansa[...] Extraño tus miradas tan imprecisas, tan inesperadas. Así, tan inesperadas como tu partida. Partiste, te fuiste sin más, partiste mi corazón.
