Final

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May Sweetheart estaba de camino a una importante exposición en su galería, por fin daría a conocer sus nuevas obras en las que tanto había trabajado.

Como la chica prefería ir caminando por la ciudad salió de su edificio y empezó a caminar en la cera.

La galería no quedaba muy lejos, caminando sólo tardaría 15 minutos.

—Bien... Creo que todo está perfecto —murmuró la chica y emprendió el viaje.

Alexander Miller tenía un gran proyecto entre las manos, "La remodelación del Empire State", y está de camino a ver como van las cosas por ahí.

El chico caminó un poco hasta poder encontrar a un taxi. Detuvo al taxi y se subió en él, acto seguido le dio la dirección del lugar a donde iba a ir.

—Bien... Esperemos que todo salga bien —murmuró el chico y emprendió el viaje.

Unas calles antes de que Alex llegara a su destino había un gran atasco de vehículos, así que Alex decidió bajar y caminar lo que quedaba de camino.

La galería de May quedaba un poco cerca de el Empire State, ese edificio ya tenía meses en construcción sin ninguna mejora ¿que tanto estaban esperando?

La pelirroja sintió vibrar su celular en su bolsillo, así que, con asías, sacó su celular de dicho lugar.

Tenía unos mensajes de su ayudante así que May se dispuso a leerlos.

—¡Maldición! —se dijo a sí mismo Alex ganándose miradas de las personas a su alrededor—. ¡Maldición! —susurró.

Alexander había olvidado por completo unos planos de la casa de su amigo Stan, que desde los inicios de la universidad había sido su compañero fiel, estaba remodelando su casa y le había encargado a Alex unos planos para terminar el jardín. Pero a Alex se le habían olvidado hacer dichos planos.

Rápidamente se puso a pensar en ellos, ya que llegando a su oficina los dibujaría.

La pelirroja estaba revisando su celular mientras caminaba hacía la exposición.

El castaño de ojos azules estaba mirando hacía el suelo pensando en unos planos que se habían olvidado.

Los dos caminaban en la misma cera, si alguno de los dos miraba hacía enfrente se esquivarían, pero eso no pasó.

Los dos chocaron el uno con el otro.

Cayeron al suelo, May se levantó y se dispuso a ayudar al chico de ojos azules.

El castaño de ojos claros se levantó con la ayuda de la pelirroja y al estar ya de pie ambos se miraron a los ojos.

Se examinaron poco a poco, sus facciones, sus ojos, todo.

Y poco a poco se fueron dando cuenta de quién era aquella persona enfrente de ellos.

—¿May?

—¿Alex?

Fin.

Desconocida (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora