"Se necesita coraje para serte fiel a ti mismo, fiel a tu corazón". Te Daria El Sol.
La tarde del accidente de Laila nos unió a los tres de una manera que no podría definir. El sentir que podía perder a mi mejor amiga me impacto de una manera tan fuerte que no bastaba el que yo sepa que ella estaba estable o el que su mama estuviera haciéndole compañía, yo necesitaba estar con ella, verla, hablarle sabiendo que no me iba a responder, mostrarle que no la iba a abandonar, porque eso es lo que las mejores amigas hacemos, nos apoyamos mutuamente, estamos en las buenas y en las malas, ¿ y como yo iba a dejar de lado a la persona que me vio llorar, reír, que soporto mis demonios cuando nadie mas lo hizo?.
* 3 años atrás*
No se cuanto tiempo estuve inconsciente, solo que al despertar, me encuentro en la parte de atrás de la camioneta de Tomas. Me había tapado con una frazada y se las había ingeniado de hacerme una almohada con su campera, este gesto provoco que el corazón me latiera mas de lo debido, quien diría que "don moja bragas" pudiera tener un lado dulce.
- ¿te sentís mejor?.- tenia unos cuantos rizos formados por la humedad y en su cara se podía leer preocupación.
- me sentiría un poco mejor si me dirías en donde estamos.
- en la clínica, después que te desmayaste creí que lo correcto era traerte aquí para que veas a tu amiga.
- gracias.- respondo, una vez mas me quede sin palabras.- y bien, ¿como esta?
- por mucho que quiera decírtelo, a mi no me corresponde .- me niega con su cabeza, y solo por un instante, solo por un misero instante quiero golpearlo, no necesito que me tenga pena o consideración, quiero al Tomas directo, el que dice las cosas sin pensarlo,no al bueno y gentil idiota.
- bien, por mucho que me guste este lugar, tengo que ir a verla.- me siento de golpe y trato de no imaginar nada malo, ella esta bien, ella tiene que estar, ella va estar bien porque de lo contrario, no se que haría sin ella. Siento la mano de Tomas sujetar la mía con cariño y me voltea para que lo vea directo a los ojos, bien, este es el Tomas que necesito ahora.
- mira, se por lo que estas pasando, y quiero que sepas, que te apoyo, y que no te voy a dejar sola nunca.- asiento con la cabeza y al mirarlo, trato de demostrarle todo el aprecio que tengo por el , le doy un beso en la mejilla y con la palma de su mano limpia una lagrima que se me escapo, este chico se esta convirtiendo en algo especial para mi, y eso me da un poco de miedo, pero no es momento de pensar en nosotros dos ahora.
Estamos entrando a la clínica y como si hubiera sentido mi presencia, la mama de laila sale del ascensor y me da un fuerte abrazo maternal, primero me pregunta si estoy bien, y luego mira la mano de Tomas encima de la mía, y hace la misma expresión de laila cuando quiere saber algo de lo que ya sabe la respuesta.
- ¿como esta?, ¿ que ha ocurrido?.- tengo tantas preguntas acompañadas de unas inmensas ganas de llorar.
- fue a la salida del colegio, ella venia caminando sola por la plaza, y un hombre le intento robar, en el forcejeo, ella se resbalo y golpeo la cabeza con el cordón de la vereda, los doctores dicen que tienen que pasar las 24 horas, pero..per...- no logra terminar la oración porque se larga a llorar, la abrazo todo el tiempo que puedo y nos repito mil veces que laila va estar bien, que ella es fuerte y va a salir de esta, después de estar un largo rato así, Angélica nos separa y me pregunta:
- bueno ya basta de tanto lloriqueo, mi hija es fuerte y va a estar bien, pero no sabia que tenias un novio tan apuesto y cordial.- nos mira de arriba a abajo esperando una respuesta, y recién me acuerdo que tomas esta conmigo.
- no somos novios, es algo complicado.- repetimos los dos al unisono, siento que me están subiendo los colores al rostro, y agradezco que este un poco oscuro para que no vea lo colorada que me he puesto.
- Los parientes de la paciente Rosales, pueden entrar a verla cinco minutos.- nos interrumpe la voz del medico, rápidamente Angélica me mira, y me señala la puerta para que yo entre primero.
La habitación es sombría y huele a antibióticos, no tiene mucho color y solo hay un sillón cama, pero prefiero estar parada a su lado y tomarle la mano que estar sentada mirándola como una nenita asustada. Laila esta acostada y con la mitad de la cara vendada, respira de manera irregular, y la expresión que tiene la hace irreconocible, esta no es la laila que yo conozco, la chica linda, lista que tiene a la mitad de los chicos del instituto por detrás.
-saldremos de esta, te lo prometo .- lo digo mas para mi que para ella, Tomas me abraza y ya no lo soporto mas me acurruco en su pecho y lloro todo lo que me estuve guardando,no me importa que en estos momentos no me vea presentable o que le estoy manchando su remera blanca, solo somos yo y mi amiga, y el chico que me acaricia el pelo de una manera protectora , y por primera vez en mi vida siento como que todos los pedazos que tenia sueltos adentro mio, se van acomodando dando lugar a un nuevo sentimiento que no conocía.
- no llores mas dulzura, tranquila, laila es única, ella va a salir adelante, se va a mejorar, y por favor no te limpies las lagrimas, porque incluso cuando lloras, sos hermosa.- me besa en el cuello limpiando las gotas que están cayendo y sube hasta mis labios, donde me da un cálido beso que hace que se me estremezca cada parte de mi cuerpo.
- supongo que ella tenia razón.- le digo, y esbozo una pequeña sonrisa- esto es solo el comienzo.- cuando termino de hablar le agarro la mano lo mas fuerte que puedo, para que no se vaya, para que sepa lo importante que es el para mi y para que vea que aprecio que este a mi lado.
Y así nos quedamos, los tres solos, nosotros dos cuidando de ella, y sin que ninguno lo supiera, creando un vinculo que, con el paso de los años seria maravilloso.
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efímera
Teen Fictionamor, dolor, esperanzas, sueños, perdida, encontrarse, encontrar, experiencias, vivir , crecer. yo, vos.