IX

1.3K 96 4
                                    

Ciel se despertó justo a la hora del desayuno y abrió los ojos pesadamente desperezándose. Miró a su derecha y _____ ya no estaba allí. Pensó que podría haber sido un sueño, pero la huella que había dejado en la cama seguía ahí, y de alguna manera el aire tenía un ligero olor a ella apenas perceptible.

Vale, tenían que reconocerlo. Lo de ayer había sido raro. Muy raro. Y Ciel se sentía un poco incómodo por cómo actuaba ______. Se sentía raro por haberla besado, y por querer hacerlo de nuevo.

(...)

Habían pequeños descansos de cinco minutos entre clase y clase. _______ estaba sentada encima de su mesa balanceando las piernas a un ritmo suave, como siempre.

-_______... Una pregunta -la de mechas estaba sentada en la silla de al lado. No se llevaba nada mal con Andrea y de vez en cuando era entretenido hablar con ella, aunque, rareza no le faltaba; como todos los de la residencia.

-¿Hmm?

-¿Dónde estabas anoche?

-¿¡Qué!? -Al oírla casi se cae de la mesa recibiendo una mirada acusadora por parte de Andrea- Y-yo estaba en mi cuarto. ¿D-de qué hablas?

-¿Ah, sí? Pues fui a pedirte unos apuntes y no estabas. Iba a buscarte, pero me encontré con el profesor Astren y dijo que habías vuelto a clase porque te habías olvidado algo... De todas maneras te vuelvo a preguntar: ¿Dónde estabas anoche?

-Estúpido Aron... -apretó los puños la {c/p}___- Se va a enterar...

-Vale... Sí. Se me olvidó la ropa de gimnasia en la taquilla de los vestuarios y me daba vergüenza decirlo, por eso fui anoche -mintió.

-Ahá y... ¿Ese vestuario del que hablas está en la otra punta del mundo? Porque tengo que recordarte que mi habitación es continua a la tuya. Y según mi reloj y el sonido que hiciste al chocarte con todos los muebles del pasillo y finalmente cerrar la puerta...  Volviste a las cinco y cuarenta y siete de la mañana.

-¿¡Es esto un interrogatorio?! -se quejó.

-No me digas que estabas con... -El ruido del timbre calló sus palabras.

-¡Vaya! Pero si ya empieza la clase. Será mejor que no hablemos si no Astren nos castigará -soltó una risita nerviosa-. Uf... Creo que me libré por los pelos.

Cuando acabó la clase salieron todos dirigiéndose a la siguiente. Le pareció ver una sombra al final del pasillo.

-¿Por qué siempre me andan persiguiendo...? -pensó irritada- ¡Eh, tú!

La silueta salió corriendo y ______ detrás. De lo que no se había dado cuenta era de que llevaba en brazos a un chico de no más de trece años, iba desmayado y estaba pálido. ______ corrió más deprisa pero justo al doblar la esquina... Ya no había nadie ahí.

Abrió los ojos y dudosa fue rápidamente a avisar a su mayordomo, pero él ya no estaba en la clase.

Al terminar el día volvió a su residencia y veía a la gente marchar con ropa casual. Entre ellas estaba Aron, a la entrada de la puerta.

-¡Aron! ¿Qué pasa?

-Oh, señorita... Al parecer cada varios meses a los alumnos se les permite pasar la tarde fuera del internado para volver a la hora de la cena -miró su reloj y le indicó que eran las tres y media de la tarde- Tenemos tiempo.

Caminaron juntos hasta dentro de la casa para cambiarse de ropa.

-Por cierto, señorita. El señor Phantomhive desea verla.

-¿E-eh? Ah, c-claro. Vamos.

-¿Se encuentra bien? Está roja. ¿Tiene fiebre? -dijo poniéndole una mano enguantada en la frente.

-¡No tengo fiebre! ¡He dicho que vamos!

-Parece que no está de muy buen humor hoy, señorita...

-Buenas tardes -dijo Sebastian-. Esperaremos a que esté lista.

Al sentarse en el carruaje Ciel seguía con el ceño fruncido de siempre, pero esta vez parecía diferente.

-¿Estará molesto porque irrumpí en su habitación como si nada?  Ciel. ¿Te pasa algo?

-No, nada.

-Vale. Quizá no debí hacerlo. Quizá sólo aceptó por educación...

El camino fue corto, y al bajar observó el letrero de aquel local con algo de extrañeza.

-¿Undertaker...? Si se supone que no han encontrado ningún cuerpo, ¿qué hacemos aquí?

Ciel se estremeció con los pelos de punta.

-Es... Un viejo amigo que puede ayudarnos, estoy seguro de que tendrá información interesante para darnos.

Al entrar, la luz era tan escasa que _____ tardó en acostumbrar la vista. Era una tienda de ataúdes. Había velas derretidas aquí y allá, algunas calaveras de decoración -o eso quería creer- tiradas por ahí aleatoriamente.

-¿Undertaker? Sal ya...

Uno de los ataúdes comenzó a rechinar al abrirse y una risa sin sentido resonó por toda la estancia.

______  sintió que le acariciaban un rizo y ahogó un grito al ver a un hombre. Tenía los cabellos blancos y largos, un sombrero negro y ropas negras.

-Conde... Esta vez viene con... Un acompañante diferente... Dígame, ¿quién es?

-Déjese de juegos, Undertaker. Venimos por información.

-Bien... Conde. Ya sabe lo que quiero -ensanchó aún más la sonrisa.

-¿Dinero? -preguntó la {c/o}___.

-No... Querida -volvió a la risita nerviosa-. Lo que yo más deseo es... ¡Reírme! Sí, eso es. Una sola risa aunque sea, conde -suplicó.

Sebastian comenzó a quitarse el abrigo.

-No, Sebastian -lo paró Ciel-. Lo haré yo. Salid, y... Por nada del mundo entréis. Es una orden.

El mayordomo y la joven se miraron desconcertados. Sebastian hizo una reverencia y salió con ellos. Pasó una hora. Y otra, y otra, y otra más.

-Sebastian, hay que... -antes de que pudiera terminar la frase, las carcajadas del enterrador se oyeron incluso a través de las paredes.

La puerta se abrió lentamente y Ciel se asomó despeinado, el lazo de la camisa se había deshecho y su cuerpo sudaba. Al verlo en ese aspecto ______ no pudo evitar reírse también.

-¿Qué...? -intentaba no reírse y Sebastian también parecía a punto de estallar.

-Ni... Una... Sola palabra -dijo el joven jadeando.

Mientras tanto Undertaker babeaba sobre un escritorio. Al dejar de reírse les trajo unas infusiones en tubos de laboratorio.

-Queremos saber si hay nuevos... Clientes, por aquí.

-¿Si he tenido que fabricar más ataúdes? Últimamente la gente tarda más en morirse.

-Estamos buscando niños, en concreto. De trece a diecisiete años.

-Eso quiere decir que están desaparecidos.

-Ciel... Si no han pasado por aquí... Eso quiere decir que quizá estén vivos, en alguna parte.

-O que terminan peor de lo que pensamos -dijo para sí-. Gracias, Undertaker. Hasta pronto.

Todos se hacían la misma pregunta. ¿Dónde estarán los desaparecidos y qué harán con ellos?


******************

Hola. 7v7r   Creo que tardé un poco de más en actualizar. Pero aquí tenéis el capítulo. :3

Se despide, Nat 7n7r.

La Silenciadora {Ciel Phantomhive y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora