La Silenciadora {Ciel Phantomhive y tú}

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La semana había transcurrido tranquila y ya volvía a ser viernes. Había corrido rápido el rumor de que se celebraría una fiesta de inauguración por el nuevo curso; en la mansión de un conde prestigioso que no estudiaba en aquel centro. Podían asistir los familiares de los alumnos.

Llegaron a la mansión Phantomhive a tiempo de prepararse para el baile.

El vestido de tirantes que su mayordomo había escogido era azul, azul oscuro con terciopelo negro. Llevaba encaje y un lazo sobre el pecho, más abajo, sobre las caderas se concentraban dos lazos más, sujetando diferentes capas de la prenda. Y finalmente, el bajo del vestido terminaba de negro.

Aron estaba arreglando el cabello rizado de ______ en el espejo de su tocador, cuando tocaron la puerta. Sin ganas de moverse, la joven anunció un "adelante" tras ordenarle al mayordomo que se retirase. Ciel se encontraba tras ésta y la cerró soltando un suspiro, se dirigió a su cama y se sentó; la {c/p}___ se acomodó a su  lado.

-Lizzy está volviendo a intentar redecorar mi mansión... De rosa- en ese momento ______ se dio cuenta de que sentía como si algo le molestara cada vez que oía el nombre de la rubia.

-Ah- dijo sin interés.

Ciel quedó callado por unos segundos y la {c/o}___ se volvió para mirarlo. Recordó lo que iba a preguntar.

-¿Con quién vas a ir a la fiesta?

-Me reuniré con Andrea. Y tú con tu... Prometida. ¿Verdad?

-Sí.

Volvieron al silencio. ______ se fijó en cómo estaba vestido. Iba con un traje azul. Ni muy claro ni muy oscuro. Lo que resaltaba su ojo. El lazo que sujetaba el cuello de la camisa blanca era negro. La chaqueta le quedaba aún mejor, pues se le habían ensanchado algo los hombros haciéndolo parecer más mayor. Poco a poco quedó cautivada e incluso llegó a sentir algo de envidia por Elizabeth.

-Oye... Lo que pasó el otro día...- Empezó a decir Ciel.

-Deberíamos de olvidarlo- cortó ella mirando al suelo.

-¿Qué?- Frunció el ceño.

-Quiero decir... Tienes a tu prometida- dijo resaltando la última palabra.

-¿Y quién dice que me quiera casar con ella? -Resopló levantándose rápidamente. _____ abrió los ojos con asombro y se quedó pensando- No. ¿Sabes qué? Será mejor que lo olvidemos, sí. Sólo somos simples compañeros de trabajo -hizo una pausa-. Deberíamos aprovechar para investigar a la gente que asista al evento, cada uno por su lado. ¿No era así cómo queríamos que fuese desde el principio?

La joven hizo una mueca. Aquella sequedad con la que dijo la última frase... Quedó cabizbaja escondiendo la mitad de su rostro por los mechones, sintiendo algo de vergüenza. Se levantó también, se dirigió a su baño; cerró la puerta y puso el pestillo.

-Puede retirarse; conde- la fría voz se distorsionó por la madera.

Se volvieron a ver al subir al carruaje. Ciel sentado junto a Elizabeth y ______ delante de ellos. Al ver que Elizabeth tenía la intención de coger la mano de su prometido y luego encontrarse con la mirada de Ciel, frunció el ceño y miró a otro lado. El reflejo de su propio rostro en la ventana le parecía más interesante en ese momento.

(...)

El conde Trancy, Alois Trancy, le estaba ordenando los últimos arreglos a su mayordomo.

-¿Claude? ¿Tienes algo interesante que contarme? ¿Y Ciel? ¿Sabes si vendrá? ¿Y la chica?

-El señor Phantomhive vendrá, puede estar seguro- el conde, feliz se puso a bailar solo, dando vueltas y vueltas.

-Oye, Claude... Prométeme que nunca me dejarás- exigió agarrándose a las ropas del demonio.