Capitulo 2: Llegada y Bienvenida.

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Al bajar del tren puedo observar muy bien a mucha gente caminando de un lado a otro. Hasta puedo ver a algunos corriendo, seguramente llegan tarde a sus trabajos.

Llego a la sección de la terminal donde están los autobuses, pero no puedo ver el que vaya al ejército. Según el número del general que es amigo de mi primo Kevin el bus debería estar aquí.

Me acerco al hombre de la cabina donde venden los pasajes de abordaje.

—Disculpe, señor.—Aquel hombre da media vuelta para entregarle un pasaje a una chica embarazada, ella no tendrá más de 18 años.

—¿En que le puedo ayudar?— Su voz es pausada, su cabello blanco por las canas, ojos marrones cansados y su cara y piel arrugada.

—Me podría decir, ¿el autobús del ejército a que horas llegará?—El señor ríe y sus ojos se entrecierran. Yo lo miro seria y sin entender, por lo que él deja de reír.

—Ese autobús se fue hace aproximadamente 3 minutos, pero si lo quieres alcanzar. Deberás correr por el pasillo a tu derecha, es un bus amarillo.—Él señala un corredor por donde mucha gente transita en este momento.

—¿El bus es uno amarillo como el de las escuelas de primaria?— Lo bueno de ser yo y estar preparada es que solamente traje una mochila con comida, ropa interior y dos cambios de ropa. En el ejército te dan uniformes.

—Si, es uno amarillo. No te podrás confundir ya que algunos soldados estarán en el bus.—Dándole las gracias al hombre, me coloco bien la mochila y corro lo más rápido que puedo.

Cuando llegó a unos 3 escalones, mi cuerpo pierde el equilibrio provocando una caída desde el primer escalón. Me coloco de pie y aunque la gente me mira raro, continuó corriendo.

Cuando llego al final del corredor, aquel hombre no mentía, un autobús de un amarillo desgastado está esperando a que el semáforo cambie a verde.

Me acerco corriendo al autobús y al tocar la puerta está se abre. Me subo y al pisar el último escalón para llegar al lado del conductor.

Me fijo que el semáforo ya cambió a verde y el conductor arranca para seguir su camino. Me doy cuenta de algo que no es para nada gracioso.

Me monté en el bus equivocado, en el que estoy solo hay niños de primaria. El autobús correcto va al lado izquierdo de éste bus.

—Seguramente vas al ejercito. Yo te puedo dejar frente a la base, el colegio no queda muy lejos ahí. Ve a sentarte yo te diré cuando lleguemos.

El conductor es un hombre no muy alto por lo previsto, su cabello tiene algunas canas pero aún es castaño. Sus ojos son de color miel, lleva unos anteojos con poco aumento, le brindo una sonrisa y me dirijo a buscar algún asiento libre, solamente uno está libre y es al lado de una niña de cabello rubio, de anteojos la cual lee un libro.

Decidida me siento en el, puedo ver que el libro de la niña es Siete habitaciones a oscuras. Un gran libro. La miro detalladamente y sus mejillas enrojecen.

—¿Podrías dejar de mirarme?, ¿también vas a burlarte de mi?. Por que te puedo golpear.—La voz de la rubia podría ser intimidante para sus compañeros, para mi no lo es ni un poco.

— Por lo que veo te molesta, te contaré algo. Hace un tiempo había una niña de más o menos tu edad, a ella le encantaba leer. Tanto así que sus compañeros le llamaban ratón, la niña después de tanto soportar a sus compañeros intentó ser una niña ruda. No lo logro, ella simplemente era siempre ella misma, ignorando a todos demostró ser fuerte. Sus compañeros nunca la dejaron en paz, pero ella nunca les volvió a prestar atención.

Soldados [EN PROCESO POR LA 40tena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora