Soldados [EN PROCESO POR LA 40tena]

Capítulo 12: Exhausta

Terminé las cinco vueltas eternas así que reuno con el resto de los cadetes, cabe destacar que soy la única mujer que está aquí, me colocan a hacer diez flexiones de brazos como último castigo y así poder unirme al grupo.

Nos colocan por parejas para hacer el circuito, mi compañero se llama Aaron y es un chico super gracioso. 

—Desde este momento recibir capacitación especializada en manejo de armas de fuego, emboscadas, así como de combate e incursión en zonas de riesgo. Los simulacros de situaciones de alto riesgo son parte del entrenamiento, basados en técnicas de navegación terrestre, resistencia y supervivencia— Dijo quien que creo es un Cabo. 

Nos ubicamos en el inicio del circuito, Aaron se sitúa a mi lado y cuando tocan el silbato salimos corriendo para llegar a las llantas.

—¡SUBAN LA RODILLAS, RÁPIDO SEÑORITAS, SE LES ACABA EL TIEMPO!— Los gritos comienzan a llegar, se escuchan lo truenos, seguramente una tormenta se avecina.

Salimos de las llantas, hasta las barras de equilibrio, debajo de estas hay lodo y sé que si caes tendrás un castigo.

Aaron y yo caminamos en las barras, yo voy un poco más lento ya que como soy torpe, seguramente en cualquier momento me voy a caer.

—¡RÁPIDO NO LOS VOY A ESPERAR TODO EL DIA!—Debo decirles que creo estas barras tienen una longitud 4 metros. Terminamos las barras y toca subir un muro, solo tenemos una soga.

El muro tiene una altura 6 metros, la soga quema mis manos pero debo continuar. Aaron me recibe en la cima del muro, bajar es más fácil que subir pero igual la soga quema mis manos.

Llegamos a una especie de piscina está sucia y creo que tiene los mismos metrajes de una piscina olímpica, doy un clavado y trato de estar el menor tiempo posible en la superficie de agua, obviamente no soy un super humanos y debo salir muchas veces a respirar. Mis brazos queman.

Salimos de la piscina sucia y tenemos que hacer una especie de carrera de vallas, lo malo de esta carrera es que en vez de vallas como tal hay alambre de púas. Son alrededor de 7 vallas por salta y ya por último tenemos que tirarnos al suelo y pasar por el túnel de alambre de púas. 

Me enredo varias veces con el alambre, se rompió mi camisa y siento el ardor en mi codo derecho. Aaron me da ánimos para terminar el circuito, él va un poco más adelante ya que es grande y abarca más espacio con sus brazos.

Cuando estoy terminando de salir del túnel mi cabello se enreda, trato de salir y el desespero me comienza a ganar. Los gritos de mis superiores diciéndome que el tiempo se está acabando, al final halo mi cabello y sé que ese alambre de púas se siente victorioso de quedarse con un buen pedazo de mi cabeza.

Mi respiración es un asco, Aaron me ayuda a mantenerme en pie y me felicita.

—Lo hiciste bien pequeña, no te quedaste atrás— Le doy un intento de sonrisa, pero sé que me salió una mueca estreñida. —Sube a mi espalda, te llevaré hasta el agua. Esto aún no termina.

Aaron me comenta que soy la unica que llego a la mitad de la formación, ellos se están preparando para ser marines desde sus 20 años, actualmente tiene 30. Quién diría que este  estaría tan bueno.

Soy la más joven y la única que ha entrado tarde al programa, Ya me jodí.

—¡ATENCIÓN!— rápidamente nos ubicamos en filas, a otra vez estoy al frente por ser la más pequeña. —¡PARA HOY TENEMOS PREPARADA UNA EXCURSIÓN NOCTURNA Y NO LA VAMOS A RETRASAR POR NADIE, ASÍ QUE LE TOCA ADAPTARSE HAMILTON!

Nos entregan un maletín pesado. Doy una rápida mirada a Aaron, me da una especie de sonrisa y vuelve su mirada al frente y su semblante es serio.

                 

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Tengo adolorido el cuerpo. Estoy mojada, hambrienta y tengo frío.

Nos encontramos en una lado remoto, bueno no; pero si. Estamos en plena oscuridad, en medio de lo que creo es la nada, se que estoy exagerando un poco.

Aaron se ha reído de mí en varias ocasiones, como ustedes saben soy cien por ciento torpe y me he ido he cara al suelo como unas cinco veces desde que comenzamos esta excursión.

Los chicos me han ayudado mucho, creo que ya se cansaron y me vana dejar tirada aquí, la verdad no los culparía ya que soy consciente que solo los estoy retrasando. No es mi culpa ser un estorbo, mi anterior formación sería un juego para estos hombres. Extraño a Sean y a Willy, aunque no me quejo de la compañía.

—Bien. Armen las tiendas y consigan fuego para hacer una fogata, me muero de hambre.—El tipo que habla es Charles y está cargado de la tropa. —Y al guien ya no puede dar un paso más— Dice esto último mirándome. 

Ayudo a Aaron y a otros chicos a armar las tiendas, mientras los demás hacen la fogata y otros se encargan de la comida.

—¿Por qué mejor no ayuda con la comida? es mujer debe saber de eso— Dice un hombre que está atrás de mi.

—Si tu deseo es morir envenenado ayudaré con la comida, de lo contrario cierra la boca. Lo que acabas de decir es estúpido, según tu solo por ser hombre debes tener sirvienta?— Cuestiono mirándolo con una ceja enarcada.

—No me mires así, mi madre lo hace cuando estoy en problemas y lamento si te ofendi.

Lo ignoro y continuo ayudando a armar las tiendas, al terminar nos sentamos alrededor de la fogata y otros chicos nos pasan la comida.

AL terminar la comida, algunos se van a hacer guardia y los demás nos quedamos hablando un rato. Dentro de la tienda me quito las botas, un camuflado y una camisa seca. Solo es colocar mi cabeza en la colchoneta para caer dormida.

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Aaron entra en mi tienda asustandome, me indica que me coloque las botas mientras él comienza a recoger todo. Rápidamente hago lo que me pide y le ayudo a recoger lo que falta.

Aaron me explica que estamos en una simulación de batalla, que son es la una de la madrugada y que vamos a comenzar una guerra entre pelotones.

Me dan un arma de alto alcance, llamada una M40. Es muy grande y pesada. Un chico llamado Hunter es mi instructor por unos minutos mientras nos dirigimos al lugar desde donde vamos a ser los ojos del grupo.

El primer disparo se escucha, en medio de un trueno. La lluvia comienza a caer sobre nosotros dificultando nuestra visión. 

Pono mi dedo sobre el gatillo, soltando una exhalación disparo.