Siento mis párpados pesados, mi cuerpo duele, mi pecho arde cuando respiro. Poco a poco voy recobrando la razón y lentamente voy abriendo mis ojos, siento como todo a mi alrededor da vueltas; así que tengo que cerrar y abrir mis ojos varias veces lentamente.
Me encuentro en la enfermería, aquí es muy diferente un hospital, tiene todo lo necesario pero la infraestructura es grande y de color verde. La verdad yo nunca creí que este lugar fuera así.
Sean se encuentra sentado en una silla blanca, su cabeza se encuentra sostenida contra la pared y está claramente dormido.
Una soldado de piel oscura y facciones muy lindas me brinda una sonrisa tierna.
—¿Cómo te sientes?— su voz es dulce, una dulzura como la de mi mamá cuando era más pequeña al enfermarme.
—Cansada, mi cuerpo duele y mi pecho arde— digo haciendo muecas por el esfuerzo, ella me levanta un poco la camilla para que mi cuerpo quede inclinado. —¿Cuanto tiempo llevo aquí?
—Llevas dos días inconsciente, tu cuerpo se sobre esforzó, estás deshidratada y la falta de alimento te dio un bajón de azúcar. Al desmayarte estuviste a punto de convulsionar, lo referente a la salud es muy peligroso.
Me quedo en silencio y miro a Sean, quien aún se encuentra dormido. Debe estar muy cansado para no escuchar la conversación, porque seamos realistas mi voz es de esas que se escucha por tres calles seguidas.
—¿Ha estado mucho tiempo aquí?— Ella toma unas jeringas e inyecta varias cosas en el suero. —¿Cuál es tu nombre?.
—Soy Valentina y desde que te trajo aquí no se ha movido ni un segundo, su hermano ha tenido que traerle comida y ropa, no se ha movido de esa silla— Valentina revisa mis signos vitales, mi presión y me coloca a respirar profundamente para saber el estado de mi respiración.
Valentina volviéndome a sonreír sale de la habitación, al lado derecho de la camilla está el control remoto de la pequeña televisión y al encenderla la canción principal de la serie de Hannah Montana, me asustó porque la televisión estaba a todo volumen.
Sean se despierta asustado mirando hacia todos lados mientras yo trato de bajarle el volumen a la televisión, esa canción me provocó dolor de cabeza.
—Lo lamento, no quería despertarte y mucho menos asustarte— digo cuando logro bajar el volumen.
—No hay problema, dime.... ¿Cómo te sientes?— su voz está ronca.
—Mejorando, ¿qué sucedió luego de desmayarme?, ¿que hizo Oliver?— Sean se mantiene serio y me mira fijamente con esos hermosos ojos verdes.
—Luego de que te desvanecieras todo se volvió una revolución, todo pasó en cuestión de segundos. Oliver casi se vuelve loco al ver que no reaccionabas, William estaba a punto de golpearlo y yo solo trataba de sacarte de ahí— Su mirada estaba fija en la pared mientras relataba.
>>Oliver quiere que te vayas a casa cuando salgas de aquí y yo estoy de acuerdo con eso.
—¿Qué? No.— lo miro fijamente —No me iré— Sean no responde y dándome una última mirada sale de la habitación.
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—Está dormida Bianca, ¿porque no vamos por un chocolate mientras despierta? — la voz de Sean se hace presente..... ¿Bianca?
—La niña del autobús que te dejo en ridículo
Ah! La niña rubia...
—Ya desperté— Digo abriendo mis ojos rápidamente
—No? En serio? genius
Callate
Sean y Bianca comienzan a reír
—Ves te dije que me quería ver— Bianca suelta la mano derecha de Sean y camina hasta la camilla para tirarse en esta cayéndome encima.
—¡Cuidado Bianca!— dice Sean con una sonrisa.
—¿Qué haces aquí rubia?— pregunto y me fijo que Bianca ya no tienen sus lentes, lleva un pantalón camuflado estilo militar, un saco blanco manga larga y un chaleco verde camuflado.
—Estaba aburrida en el colegio y vine hasta aquí, me encontré con el soldado bonito y le pregunté por ti... Y bueno el me trajo contigo.— Sean se sonroja por lo que dice Bianca y nosotras solo reímos.
—¿Viniste sola hasta acá?— asiente dándome una sonrisa —Es muy peligroso que alguien de tu edad esté sola por ahí. No lo vuelvas a hacer, ahora ven aquí y dame un abrazo.
Bianca me da un abrazo demoledor.
>>Bianca no tan fuerte, me aplastas.
—Estas debilucha, medio te toqué— dice con un puchero. Sean se ríe. —Ven aquí Soldadito bonito pareces desplazado por allá.
—¡Bianca! déjalo en paz— mi risa llena la habitación y contagiando a Bianca y a Sean, terminamos riendo todos.
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Valentina me da la salida de la enfermería y como ya es muy tarde, Sean y yo llevamos a Bianca a comer.
Bianca es muy divertida hace reír mucho a Sean y me encanta verlo feliz, Sean, Bianca, William y yo estamos frente a una fogata improvisada tomando chocolate caliente con malvaviscos.
William nos cuenta sus historias amorosas y déjenme decirles que son un asco, Bianca le está dando consejos de como conquistar a una mujer.
Cuando ya es media noche Sean y yo llevamos a una muy dormida Bianca a la habitación de Sean, dormiremos los tres ahí y mañana temprano... Bueno hoy la llevaremos de nuevo al colegio.
Bianca está en el medio de la cama y nosotros dos hacemos maromas para no caer de la cama, Sean es un hombre muy grande y bueno yo... Soy yo.
—Camille...— Sean habla en la oscuridad de la habitación y yo miro al techo oscuro. —No quiero que te pase algo malo, me estaba volviendo loco allá. Tú no estabas reaccionando y tu piel estaba toda roja.— Toma una de mis manos y la acaricia.
—No me iré, lamento que hayas tenido que pasar por algo así. Voy a terminar con esto, voy a demostrarle a mi fami... A todos que puedo hacer esto— Sean suspira —Solo necesito que me apoyes, ¿lo puedes hacer?
—Te apoyaré en cada desicion que tomes. No lo dudes, pero eso no significa que me quedaré callado cuando algo te coloque en riesgo. Ahora descansa, debemos llevar a Bianca a su colegio.
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Soldados [EN PROCESO POR LA 40tena]
ActionCamille es una chica un poco diferente, lo cual es bueno. Ella no decide que estudiar, ella toma la decisión de irse al ejercito. Sus padres no están de acuerdo y le dan un ultimátum. "Si te vas al ejercito, deberás olvidar que algunas vez tuviste f...