Capítulo 6: Yo Puedo hacerlo.

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Cuando Sean dijo que me colocara a trabajar no mentía, me encuentro frente a un campo de entrenamiento.

Aquí hay muros de madera con sogas para trepar, hay estacas a la altura de mis rodillas con alambres de púas para pasar por debajo, hay un lago y unos artefactos de madera que aún no se que son y Sean no me dirá.

Lo primero que hago es recogerme el pelo en una coleta alta, Sean se coloca a mi lado izquierdo.

—Vamos a comenzar, debes tomar impulso y tomar la soga, trepar y solo lanzarte del muro. Eso es lo más difícil.— Miro a Sean y este se quitó la camisa.. ¡Oh Qué Abdomen!

—Puedes dejar de soltar baba Camille, estamos en la zona de guerra— mis mejillas se tiñen de rojo. Estoy ruborizada y muy excitada.

—Yo... Uh — Sean camina hasta posicionarse frente a mi.

—Escucha Camille, la atracción aquí es una desventaja. Se como te sientes, yo estoy igual de atraido hacia ti. Pero no estoy dispuesto a perder mi rango por una atracción.— Sean toma mi rostro en sus manos, pero mis ojos solo miran hacia el suelo. —¿Camille puedes por favor mirarme?— hago lo que me pide y miro sus ojos verdes.

>> No quiero que ellos piensen que tu solo ganaste porque te ayudé.

Quito sus manos de mi rostro rápidamente y camino hacia atrás para tomar impulso.

—Yo no necesito la ayuda de nadie para poner a mi equipo como campeón, puedo hacerlo sola. Ahora fuera de mi camino.

Sean se hace a un lado, respiro hondo y corro con todas mi fuerzas, llegó a la línea marcada para saltar y tomo la soga con fuerza en mis manos.

Muevo mi cuerpo al compás de cada brazo, me balanceo cada momento para que el agarre sea más fuerte en la soga. Al llegar arriba puedo sentir cómo las gotas de lluvia comienzan a caer. La madera se puso resbalosa y casi caigo pero una manos grandes me sostuvieron.

—Camille....— la voz de Sean me llega en el momento que me estabilizo, salto y caigo en cuclillas al suelo.

Continuo corriendo y me tiró al suelo cuando llegó a las estacas. Me arrastró por lo que ahora es lodo, mi cabello se enreda en un nudo de púas. Al tratar de quitarlo de ahí me clavo en la mano derecha las púas. La mano de Sean me ayuda a desenredarlo, continuo arrastrándome y salgo de las estacas. Rompo un pedazo de mi camisa y la amarro en mi mano para que deje de salir la sangre.

Cuando llego al final que son los postes de madera Sean llega a mi lado.

—Camille esos son para simular a un enemigo. Debes buscar la forma de tirarlo al suelo y podrás salir.

No espero a que diga algo más y solo me acerco buscando la forma de tirarlo hasta que lo encuentro.

Goleo los costados del poste, lo trepo hasta llegar a la mitad y solo me giro hacia mi costado derecho y caigo al lado del poste.

Me pongo de pie y miro hacia atrás, Sean me mira atentamente y camina en mi dirección.

—Eso fue impresionante Camille, ni siquiera Sean logró hacerlo en 10 minutos.— William Hook se encuentra frente a mí. Salto un poco por el susto, ¡el puto es un ninja!.

—Que alegría — digo con sarcasmo y paso por su lado para irme a limpiar la herida.

—Camille... Espera— Sean toma mi brazo derecho y tira de este sin hacerme daño.

—¿Qué necesita Señor Hook?— digo sin mirarlo. Cuando no responde me suelto de su agarre y continuo mi camino.

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Luego de haberme duchado y cambiado me dirijo al comedor, ahí se encuentran todos mis chicos.

Dinamita ven aquí.— Austin me muestra un asiento a su lado.

>>Nos dijeron lo que hiciste en la zona de guerra. Ni siquiera Megan lo hizo tan rápido. Ella lo hizo en 40 minutos.

—Ya saben que vamos a ganar, se los prometí.— Tomo mi cuchara para comenzar a comer mi arroz con lentejas y pan. Mi vaso está lleno de avena y me tomo la mitad.

—Tú no nos has prometido nada, Dinamita. Ahora pásame esa avena, ya vi que no te la vas a tomar.

Riendo le doy la mitad que quedó de la avena, el olor de la avena hace que frunza mi nariz ya que nunca me ha gustado la colada.

—Camille Hamilton. Necesito hablar con usted.— La voz de Sean deja en silencio a todos los presentes del comedor.

—Claro.— Me pongo de pie y lo sigo fuera del gran salón hasta un pasillo desierto.

—Cami... Lo lamento, fui un imbécil en la zona de guerra. Se que no debí decirte eso, ya me demostraste que eres capaz de hacer todo tú sola.

—Si, lo fuiste y no te preocupes ya no importa lo que pienses. Adiós.— Trato de irme pero Sean me arrincona contra una pared y lo menos esperado son sus labios contra los míos.

Muerde mi labio inferior antes de chuparlo y volverlo a morder. Toma mi rostro con sus manos mientras yo pongo mis manos en su duro y tentador abdomen. Su lengua se adentra en mi boca de forma pícara, descaradamente sensual. Tomo su labio superior con mis dientes y lo jalo para luego morderlo.

—Señor Hook. A mi oficina ahora.— La voz de mi tío nos hace separarnos rápidamente.
Ambos tenemos la respiración agitada y la verdad más por el beso que por el susto se me había olvidado como respirar y hablar otra vez.

Veo como Sean se va lentamente hacia la oficina de Oliver.

—Camille... No voy a tolerar este tipo de escenas en esta base, debes comportarte como la mujer que eres y hacerte respetar. No te vuelvas el revolcón de Sean Hook— Oliver me está casi gritando a mitad de este pasillo que ya comienza a ser transitado.

—No me hables a mi de respeto Oliver, no seas hipócrita. Si me da la gana de ser el revolcón de toda esta maldita base lo haré, ya estoy lo suficientemente grande para no saber lo que hago.

>> Ahora... Si me disculpas tengo que buscar a mi nuevo revolcón.

Me alejo de ahí con una sonrisa de satisfacción, si creyeron que iban a pasar por encima de mi.... Pues que todos se vayan al diablo porque no se los voy a permitir.

Soldados [EN PROCESO POR LA 40tena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora