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Ojos plateados

Sin duda alguna, leer ese mensaje me hizo temblar de nervios. Respiré hondo y me di la vuelta, uno de los arbustos que habían por ahí empezó a moverse, y de ahí salió un muchacho encapuchado. Llevaba una túnica negra que le tapaba absolutamente todo el cuerpo y en su mano izquierda llevaba cargando su O-2Magic. Lo observé detenidamente, la túnica no me dejaba verle el rostro.

–¿Lectora? –Preguntó el muchacho. La voz de Malfoy se escuchaba claramente.

Sentía que el corazón se me iba a salir del pecho. Las piernas me temblaban, no podía dejar de mirarlo.

–Hola –Dije y volví a respirar hondo.

Malfoy se acomodó la capucha hacia atrás y vi su cabello rubio platino despeinado. En su rostro llevaba una mascara negra, solo distinguía sus ojos grises en ella.

El muchacho tampoco dejaba de verme, parecía que se había detenido el tiempo. Esos ojos tan hipnotizantes...tan perfectos.

–Tu voz se me hace conocida  –Dijo de repente.

Escuchar eso hizo que me congelara del miedo. Me tapé el rostro avergonzada. ¿Qué debía de hacer hacer ahora?

–¡Oh, espera! –Exclamó Malfoy, quitándome las manos del rostro lentamente–. Lo siento, no quería incomodarte, no hablemos de eso por ahora ¿te parece?

Sentir sus manos con las mías era tan mágico, no quería que me soltará nunca. Lo miré a los ojos hipnotizada por el efecto que estos tenían y él parpadeó muchas veces, seguido de esto me soltó y comenzó a toser. Lo mejor que podía hacer es que no emitiera ninguna palabra esta noche o Malfoy podría reconocer mi voz.

–Bueno, ya es tarde así que hay que apurarnos  –Malfoy parecía nervioso–. Andando...

Malfoy dio el primer paso y yo comencé a seguirle. Estaba completamente oscuro el lugar, y Malfoy parecía solo una sombra negra entre todo. Después de unos minutos llegamos a un lugar muy conocido por mi, la cabaña de Hagrid. Me detuve, todo esto estaba mal, no quería desobedecer las reglas de Hogwarts, y además ¿qué pasaría si nos descubren? ¡estaríamos expulsados automáticamente! Malfoy al darse cuenta de que no lo seguía también se detuvo.

–¿Qué ocurre? –Me preguntó.

–No me siento cómoda haciendo esto –Dije en voz muy baja–. No es correcto...

Malfoy suspiró y justo en ese momento las luces de la cabaña de Hagrid se prendieron. Malfoy y yo nos miramos alarmados.

–¡¿Quién anda ahí?! –Resonó la voz de Hagrid.

–¡Maldición! –Susurró Malfoy, enojado–. ¡Corre, tenemos que escondernos o estaremos en problemas!

Estaba helada, no podía moverme, en mi mente solo veía imágenes de la directora McGonagall mirándome con decepción mientras me decía que estaba expulsada de Hogwarts. La mano de Malfoy fue lo que me despertó en ese momento. Malfoy acababa de tomar mi mano y me llevaba junto con él corriendo y cuando menos me di cuenta ya estaba adentro del bosque prohibido.  Una vez que dejamos de correr me soltó de la mano.

–Eso estuvo muy cerca –Recobró el aliento–. ¿Todo bien, Lectora?

Asentí con la cabeza, pero estaba más que claro que no estaba bien.

–Sígueme –Dijo con firmeza–. Y no te alejes mucho de mi.

Caminamos entre los arboles, hayas, robles, pinos, sicómoros y tejoseras. No era la primera vez que estaba ahí, pero incluso de noche era más tenebroso aún. Caminamos durante minutos y Malfoy no decía ni una palabra, temía que estuviéramos perdidos. Recuerdo que él me había dicho que necesitaba ir al bosque por una supuesta "tarea de investigación" que el mismo se había puesto pero aun no tenia idea de qué consistía esa supuesta tarea.