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Malfoy

  –Granger 

Fruncí el ceño y cerré la cortina. ¿Qué ocurre con él? Primero me aleja y ahora me busca, estoy harta de sus juegos.

–¡Granger, abreme! Necesitamos hablar –Insistió Malfoy. 

–Vete de aquí, Malfoy –Dije enfadada.

–No me iré hasta que me escuches y créeme que me atrevo a dormir aquí.

–Bien, entonces buenas noches –Dije y apagué las luces de mi habitación. Esta vez no me iba a tentar el corazón.   

Apagué las luces de mi habitación y me acomodé en mi cama. Esperaré diez minutos aquí en lo que Malfoy se va.

 –Granger –Escuchaba la voz de Malfoy, acompañado de multiples toques a la ventana. Decidí ignorarlo pero ya era frustrante escuchar esos ruidos. 

Y sin darme cuenta me había quedado dormida,  de la nada me desperté de golpe y miré el reloj de mi habitación que daban las 3:23 de la madrugada. Di un bostezo y  con ayuda de mi varita volví a prender las luces de mi habitación. En eso recordé que hace rato Malfoy había venido a mi habitación pero ya er muy probable que se haya marchado desde hace horas, pero por si acaso caminé silenciosamente hacia mi ventana y recorrí la ventana. Para mi sorpresa vi que Malfoy seguía ahí, con los ojos cerrados y temblando de frió, se veía tan indefenso. 

Suspiré derrotada y abrí la ventana, esto hizo que Malfoy se despertará y me mirará confundido. El pobre tenia todo el cabello congelado y la piel de su rostro se veía seca, me sentía entre enojada por lo testarudo que podía llegar a ser Malfoy y culpable por saber como es Malfoy y aun así dejarlo ahí. 

–Entra antes de que me arrepienta –Dije y él entro deprisa.

En cuanto Malfoy dio un paso en mi habitación se acomodó la túnica y estornudo. El pobre estúpido hurón seguía temblando.

–Demonios, Granger –Dijo serio, mientras que sacaba un pañuelo de su túnica y se sonaba la nariz–Solamente tu me haces pasar por este tipo de cosas. 

–Por favor, dime a que vienes y después márchate –Dije, enojada.

  Malfoy me miró con cara de pocos amigos y empezó a caminar por mi habitación. Como si estuviera buscando algo.

  –Primero una pregunta –Dijo él–.¿Recientemente has aceptado algún tipo de regalo? Por mas minimo que sea....

 –No –Dije–. Nada de nada.

 –¿Y no te has sentido observada por alguien? –Volvió a preguntar–. Ya sabes...como si alguien estuviera acosandote.

¿Acosandome? Yo creo que el que estaba siendo acosado era él, por el tal Fenix Solitario.

 –No –Volví a decir.

Malfoy se detuvo y me miró fijamente extrañado.

 –Ya veo, bueno yo solo he venido para advertirte de que tengas mucho cuidado ya que alguien te esta observando todo el tiempo.

Fruncí el ceño, muy confundida.

 –¿Por qué lo dices?

 –Porque hay una chica que se hace llamar "Fenix Solitaria" y me manda mensajes todos los días con información de lo que haces a diario, según ella es amiga tuya pero lo dudo.

Estaba aterrada. ¿Fenix Solitaria? ¿Qué era todo esto? ¿Eso significaba que Fenix Solitaria y Fenix Solitario era la misma persona que jugaba con la mente de ambos?

 –No puede ser...–Susurré sin poder creerlo–. Tan solo somos el experimento de algún lunático.

 –¿A qué te refieres? –Preguntó Malfoy, confundido.

 –Yo también he estado recibiendo mensajes de esa persona...aunque a mi me dijo que era un amigo tuyo.

 –¿Qué? ¿Osea que tu tambien has pasado lo mismo que yo? 

Asentí con la cabeza.

–Me dijo que me terminaste por una razón personal tuya, que yo no tuve nada que ver en eso y que tu me sigues –Di una pausa, estaba comenzando a ruborizarme–. De que tu me sigues queriendo...y esa persona insiste mucho en que regresemos a estar juntos.

  –Adivino ¿Te mando mensaje justo después de la fiesta? –Dijo Malfoy con una sonrisa maliciosa.

–Sí, así fue –Dije yo.

–Que idiotas  –Dijo y se dirigió nuevamente hacia la ventana–. Voy a averiguar quien es el gracioso. A mi me ha dicho todo este tiempo que has estado empezando a salir con alguien más  que solamente quiere hacerte daño...¿o en realidad si has estado saliendo con alguien?

Malfoy volteo a verme, yo me quedé en silencio durante por segundos, y no porque estuviera saliendo con alguien sino porque ahora sabia que a Malfoy aun le seguía importando, y mucho.

–Malfoy...–Dije, ruborizada–. Gracias por venir, si no lo hubieras hecho seguiríamos creyendole a esa persona.

El rostro de Malfoy comenzó a tornarse color rosa y me desvió la mirada.

–Ya sabes que no me gusta que la gente se burle de mi –Dijo–. Bueno, ya me voy.

Malfoy abrió la ventana y una fuerte brisa helada entró recorriendo toda mi habitación. Malfoy volvio a acomodarse la túnica y seguido de esto volteo a verme otra vez.

Ambos nos miramos sin saber que decir o hacer, yo quería correr hacia él y abrazarlo pero sabia que tal vez esa no sería una muy buena idea.

–No me respondiste a mi pregunta –Dijo por fin él, incomodo–. ¿Estas saliendo con alguien?

Reí y negué con la cabeza.

Malfoy dio una sonrisa de medio lado y salio por la ventana hasta perderse en la oscuridad.