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Acechando a la leona

El viernes llegó.

Corría por los pasillos de Hogwarts con una pila de libros en mis brazos que había olvidado guardar en mi mochila. Me tomó tan solo diez minutos salir de mi Sala Común para llegar al Gran Comedor. Iba muy tarde para desayunar.

En cuanto entré al Gran Comedor busqué con la mirada a mis amigos y cuando los vi me senté a un lado de ellos, aproveché para recobrar mi respiración normal. Harry, Ron y Ginny me saludaron.

-Buenos dias, Mione -Dijo Harry- Te vez un poco exaltada.

-¿Por qué tan tarde? -Me preguntó Ginny, mientras que me servia un poco de Zumo de Calabaza-. De seguro estas sedienta.

Me bebí todo el Zumo de Calabaza de un trago.

-Me quedé dormida -Dije, ya más tranquila-. Detesto quedarme dormida porque...

Pero no pude continuar hablando porque mi O-2Magic comenzó a sonar, me acababa de llegar un mensaje. Lo saqué de mi mochila con rapidez, tenía el presentimiento de saber quién era.

Malfoy: Tarde. ✓✓

Respiré profundamente y miré hacia la mesa de Slytherin. Malfoy me observaba pero él a darse cuenta de que lo veía desvió la mirada.

-¿Hermione? -Harry me miraba confundido-. ¿Todo bien?

Di un brinco del susto y volví a guardar mi O-2Magic en la mochila. Ahora Harry también miraba hacia la mesa de Slytherin.

-¿Algunos de los de ahí te hizo algo o por qué te quedaste mirando hacia allá? -Volvió a preguntar Harry.

Malfoy conversaba como si nada con sus compañeros. Suspiré.

-No, no es nada -Dije, seria-. Me la paso mirando hacia la nada...he andado distraída.

-Sí, sí hemos notado que estas ausente de ti misma -Murmuró Ron-. ¿Verdad, Harry?

Harry asintió sin dejar de verme.

-Déjenla en paz -Dijo Ginny, mirándome con complicidad-. Recuerden que ella se la pasa revisando y corrigiendo sus tareas y aparte tiene otras responsabilidades como prefecta, lo siento por decirles esto pero Hermione no es una maquina.

-Por favor, chicos...-Dije, con calma-. Solo quiero desayunar, no se preocupen por mi.

Harry asintió no muy convencido y seguimos desayunando. De vez en cuando miraba a Malfoy y este me devolvía la mirada. Era como si estuviéramos jugando Ping-Pong. No sé cómo reaccionar, él ya sabe quien soy y todo parece tan tranquilo.

Al terminar el desayuno nos dirigimos Harry, Ron y yo hacía la primera clase. Todas las clases estuvieron normal con la excepción de que yo no podía concentrarme, no dejaba de pensar en Malfoy, hoy al terminar la cena nos reuniríamos en el despacho del profesor Slughorn para hablar sobre la poción, estaba impaciente ya deseaba estar a un lado de ese rubio platino.

Ahora mismo caminaba por los pasillos del castillo, justo iba pasando por el baño de Myrtle la llorona cuando empecé a escuchar susurros.

-Gracias por visitarme otra vez...-La voz era aguda y molesta, sin duda alguna era de la Myrtle.

Se volvieron a escuchar susurros, no podía distinguir de quien era la otra voz, hablaba demasiado bajo para ser audible.

-Yo también pienso eso -Seguía hablando Myrtle-. Hogwarts esta lleno de gente mala que lo único que hacen es burlarse de la gente...como yo....siempre se burlan de mi

Por más que pegara mi oreja a la puerta para escuchar mejor era imposible distinguir la otra voz.

Myrtle empezó a chillar como de costumbre.