El sonido del agua hirviendo inundo el eco de toda la cabaña de invierno en la que Daniel vivía. Desde muy pequeño había deseado vivir en un ambiente así y hace unos años, después de su separación, lo había logrado.
Ahora su Remington y Tobi eran sus fieles compañeros. Cuando Daniel se había separado de Marta y ella había adquirido la custodia, el se había quedado con el pequeño Tobi.
Era un Husky siberiano, un pequeño veterano de las cacerías que Daniel realizaba en sus días normales. Encendió el televisor.
Muchas veces la señal llegaba un poco quebrada, otras solo se oía el sonido de la estática pero ese día parecía haber llegado una muy clara. Incluso al cambiar los canales pudo divisar CNN, hablaban sobre una explosión en un pequeño pueblito de Japón, cerca a Tokio y que ya se estaban tomando las medidas necesarias.Cambio de canal. Una suave canción country estremeció el ambiente. Se sirvió una taza de café y empezó a ver la ventana en la cual resbalaban algunas gotas de agua. No había caído en cuenta que una fina lluvia caía.
- Bueno muchacho- le hablo al perro- parece que se te a acabado el desayuno, creo que tendremos que ir a comprar algo...y también creo que debería buscarme una chica ¿no crees amigo?- Daniel río y acaricio al perro- espérame no tardare mas de una media hora-el husky dio un ladrido aparentando haber entendido a Daniel.
Una camioneta celeste observaba a Daniel desde afuera. Tomó sus llaves y salió al porche. Unas cuantas gotas lo mojaron antes de llegar al coche.
Daniel amaba ese auto. Su primer auto propio y obviamente lo único que no se había llevado Marta con la denuncia de "lo tuyo es mío".
Pero esos pensamientos se disipaban cuando sabía que en tres días podía ir a visitar nuevamente a su angelito.Lisa tenía trece años, tenía unos hermosos ojos celestes y era lo mas importante en la vida de Daniel. Su relación con su hija era la mejor que se podría encontrar, el la quería con todo su ser. Y una fiel fotografía suya se encontraba en el automóvil , siempre le levantaba el animo pasase lo que pasase.
El letrero de bienvenidos ya se asomaba a lo lejano. El viaje normalmente duraba unos quince minutos, pero ese día Daniel no sintió que fuera tanto tiempo.
Observo el letrero. Era un letrero verde con letras blancas, un poco oxidado pero ahí estaba como siempre esperándolo.
En unos cuantos giros llego al minimarket de León. Estaciono la camioneta y salió.
Unas cuantas miradas bastó para darse cuenta de que algo estaba mal.
Las personas a su alrededor usaban mascaras quirúrgicas, como si evitarán contagiarse de algo, sinceramente a Daniel le daba igual, era el tipo de persona que decía "de algo hay que morir" pero de todas maneras eso resultaba escalofriante el no saber porque la llevaban, aunque en pequeñas cantidades.No todos llevaban mascarilla eso estaba claro pero un gran número de personas las llevaban. Algunos incluso tenían guantes de látex.
- ¡Pero mira a quien tenemos aquí!- una voz conocida alertó a Daniel- ¡de haber sabido que vendrías te hubiera preparado un banquete hombre!
León era un hombre moreno. Era calvo pero tenía una barba típica de leñador. Siempre andaba con sus típicas camisas a cuadros. El no llevaba mascarilla.
- ¡Hombre!-Daniel estrecho su mano y le dio una palmada en el hombro- no te preocupes solo necesito un par de cosas, ya sabes la despensa se agota muy rápido.
- Seguro, coge lo que necesitas, Paula te atenderá
- ¿Y tu a donde vas? No es propio de ti dejar el negocio con tu esposa- Daniel y León dieron una pequeña risa.
- Iré a comprar las malditas mascarillas, ya sabes con todo lo que esta pasando Paula se pone un poco paranoica y eso...
- Supongo, la verdad no se que esta pasando
- Una nueva enfermedad en Japón, hay algunos casos en otros países pero dicen que es muy contagiosa y que se transmite por aire, de ahí la locura de las mascarillas- León río- para mi es solo una estrategia para vender más mascarillas, bueno Dan llegare tarde nos vemos pronto.
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-Hasta el momento son sólo tres casos confirmados de lo que podría ser según científicos una mutación del ébola. En todo mundo se han reportado casos aislados así que aun no sabemos a ciencia cierta la vía de contagio, se recomienda tomas medidas preventivas al caso y...
La estática de nuevo.
Bueno al menos ya sabia lo que estaba pasando. Era extraño que no se hubiera enterado de eso, según la reportera de CNN eso había pasado hace solo tres días, pero para ser de carácter mundial parecía que se lo estaban tomando bien-...e...mortal...evit...con...acto...fectado- la estática volvió a invadir la señal.
Daniel apago la televisión y abrió las bolsas del minimarket. Había comprado de todo. Desde fruta hasta carne enlatada, no eran sus preferidos pero hasta esperar la cosecha tenía que comer esas cosas. Nunca era malo comer huevos de sus gallinas, pero eso llegaba a aburrir a alguien si se comía cinco veces por semana.
Empezó a llenar la despensa. La casa de Daniel tenía un gran espacio en el que se podían almacenar muchísimas latas. Contaba con un panel solar para la electricidad y un pozo de agua. Y lo mejor de todo estaba cercado para evitar que criaturas salvajes atacaran a los caballos o vacas, o a cualquier animal que Daniel tendría dentro del recinto.- El hospital central de la comunidad de Tokio acaba de entrar en estado de cuarentena, sabemos muy poco de lo que esta pasando pero el CDC de Atlanta y la OMS han enviado hace apenas unos minutos helicópteros con personal de clase A.- de nuevo la estática.
Daniel no sabia que estaba pasando. Dios ni siquiera sabia el como o el porque se había vuelto a prender la tv. Pero algo le decía que esto se estaba saliendo de control.
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Zona Z
HorrorNo hay civilización. No hay autos circulando. No hay luces en las noches. Solo ellos deambulando por las calles en busca de los vivos. Daniel un hombre de treinta y siete años emprenderá un viaje a la supervivencia por todo el mundo en busca de su h...