... VIII ...

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Me quedé dormida sobre la espalda de mi hermano cuyo nombre desconozco. Cuando despierto, paprpadeo rápida y repetidamente y me enderezo. Está amaneciendo. El chico voltea a verme.

-Al parecer ya despertaste -comenta. Como mis manos están atadas, tallo mis ojos en mi hombro. Lo miro, y ruedo los ojos.

-¿En serio? -le digo sarcásticamente y molesta. Y luego pasa algo inesperado.

Me da una cachetada.

-Cuidado, Ilyanna. No olvides que ya no tienes control sobre ti -dice tan fríamente que hace que un escalofrío recorra mi espalda, haciendo que me encoja sobre mis hombros. Se voltea y vuelvo a rodar los ojos. Un silencio reina. Decido romperlo.

-¿Cual es tu nombre? -pregunto sencillamente, indiferentemente.

-No necesitas saberlo -dice sin voltearse.

-¿Entonces como debería llamarte? -digo, formando en la comisura de mi boca una sonrisa maliciosa y burlona-. ¿Jovencito? ¿Chuquitín? ¿Pecastroso? -muerdo mi labio para ahogar unas risas. Entonces se voltea, y rápidamente pone su mano alrededor de mi cuello, y su pulgar hace fuerza en mi traquea, la punta de su dedo estaba a la altura de mi mentón. Abro mi boca por acto reflejo, mientras siento como el oxígeno me hace falta, y me duele.

-Ya basta. No voy a aguantarte mas -dice, mueve su mano, acercándome a él. Sonrío y río, pero sale como si estuviera tosiendo.

-No... Me vas... A... Matar... -digo con la voz quebrada. Este sonríe. Sabe a lo que me voy a enfrentar.

-Haremos lo que sea necesario -dice y me suelta. Bajo la mirada y toso. Siento los ojos llorosos-. Justin -lo miro-. Me llamo Justin.

-¿Justin que?

-Solo... Solo Justin... Nunca me dieron ni un nombre mas ni menos... Y si me lo dieron nunca supe de él.

Yo si sabía. Justin Haddock. Pero no es el momento de decírselo, todavía. Tengo que saber y asegurarme de que este lugar le quito todo lo que define a la palabra "humano".

El dragón empieza a descender, pero lo único que veo son nubes, y una que otra luz de antorcha a lo lejos. Cuando las nubes se alejan de mi vista, veo el lugar. Exactamente igual a lo que recuerdo. Exactamente horrible a lo que recuerdo. Miro espantada, las torturas de dragones son mas bruscas, agresivas, un trato no digno para nadie. Veo la mirada de suplica de los dragones, causa una pequeña lágrima correr por mi rostro.

Descendemos. Justin baja primero, voltea a verme, doy un pequeño sobresalto. Me toma al estilo princesa para bajarme, y me pone al instante en el suelo. Se posiciona tras de mi, deja mis piernas levemente libres, para que pueda caminar. Justo cuando quiero luchar, escucho un rugido de dragón. De un furia nocturna, MI dragón. Sin importar que haga Justin, me vuelvo y veo como jalan a mi dragón, con unas pequeñas heridas en su cuerpo, que sangran para que se mueva. Miro espantada, esto ni siquiera ha empezado y ya está siendo dañada. Quedo un momento paralizada, y es como si el tiempo se volviera cada vez mas lento. Fue como si Justin leyera mi mente, por que tan pronto di un paso hacia ella, el me tomó de las cuerdas que me aprisionaban, y me abrazó para atrás para que no corriera. Pataleaba y trataba de librarme de él.

Coldnight! ¡¡NO!! SUELTENME, NO LE HAGAN DAÑO -miro a Justin, suplicando con la mirada-. Dime que no le harán daño, por favor, dime que estará bien.

Se queda callado, mirandome con frialdad, sus palabras a continuación me asustan.

-¿Quieres que te destruya con la verdad o te hago sentir bien con la mentira? -me encojo en mi misma. No creí que podría hacerme sentir así. Mi mirada se fija en ninguna parte, y volteo a ver a mi amiga. ¿La voy a perder? ¿en verdad? Me le quedo viendo, y Justin me arrastra a otro lado. Se que luchar en esta situación es en vano.

My Lost Half - Mericcup #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora