EL CAIRO

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Jamás olvidaré el verano del 2005, porque conocí a mi primer y único amor, la relación con mi padre cambiaría de forma drástica y mi vida nunca más sería la misma.

El Cairo no era de mi agrado, extrañaba Inglaterra, a mamá, a mis amigos, incluso a mi pequeño canario que todas las mañanas me despertaba con su canto. Aquel lugar me parecía demasiado caliente y árido, pero mi padre era arqueólogo y uno muy reconocido, dedicó la mitad de su vida estudiando las pirámides, escribió libros sobre ellas; Egipto para él era místico, a veces sentía que estaba obsesionado con la cultura egipcia y que nosotros, su familia, ocupábamos un segundo lugar en su corazón.

Cuando el director del Museo del Cairo lo llamó, vi ese brillo en sus ojos y sabía que nuevamente empacaría y se iría. Ya estaba acostumbrada a no tenerlo en casa, lo sentía más un extraño que mi padre. Mamá discutió con él esa noche, no logré escuchar mucho pero le decía que me llevara con él, que necesitaba pasar tiempo conmigo y que esta era una buena oportunidad para empezar. Cerré la puerta de mi cuarto y me acosté, ¿Ir yo a Egipto? No era algo que me pareciera tentador, arena y ruinas de una civilización desaparecida, no era mi idea de pasar mis vacaciones de verano, pero mamá tiene un don de convencimiento muy fuerte y terminé haciendo maletas a un lugar que sería mi última alternativa vacacional.

Después me di cuenta que al parecer encontraron una nueva pirámide en un lugar en medio de la nada, la descubrió un excursionista por accidente, se había perdido y tropezó con ella literalmente, cuando lo encontraron, ya tenía la punta de la pirámide al descubierto, comenzaron las excavaciones y resultó ser una nueva y desconocida tumba y aún mejor, sin saquear.

Papá no paraba de hablar del hallazgo, se le veía tan emocionado. Le pusieron "Napkanaji" nos decía, al parecer esa ha sido la primera palabra mencionada por el turista cuando le preguntaron sobre qué nombre le daría a la pirámide. Me vino el nombre de repente, dijo el hombre, creo que ha sido una señal.

Una señal, ¡Que estupidez! ¿Qué significa Napkanaji?, nada en lo absoluto, pero todos creyeron en la iluminación divina y la pirámide fue bautizada.

En el aeropuerto del Cairo, un señor gordo y bajito, nos recibió, las mejillas de un rojo rubí, usaba lentes redondos, se identificó como el asistente del director del museo.

-Vamos señor Oliver los llevaré a su hotel para que puedan acomodarse y luego al museo si les parece.

Mi padre como era de suponer, prefirió ir al museo primero y luego al hotel.  Conocí al señor Zaid Bartra director del lugar, me impresionó su altura, su piel canela contrastaba con sus achinados ojos olivo. A pesar de sus años resultaba atractivo a la vista, quizás unos cincuenta y cinco años, cabello negrísimo, no observé ni una cana en su melena, en cambio, a pesar de que mi padre tenía 45 años, ya su cabeza destellaba una blancura que ganaba terreno día a día, sin embargo papá era un hombre de contextura robusta y muy varonil.

Se abrazaron cuando se vieron, amigos desde la juventud, estudiaron en la misma Universidad. Zaid pertenecía a una familia acomodada económicamente, por eso pudo estudiar en los Estados Unidos. Papá era norteamericano, nativo de los Ángeles, pero Inglaterra lo cautivo, me imagino que por sus castillos y leyendas, conoció a mamá, se casaron e hizo de Inglaterra su nuevo hogar.

Zaid nos llevó a su estudio y comenzó a mostrarle a papá fotos y extendió un mapa sobre la mesa.

-¡Mira Jonathan, la encontramos aquí! -Exclama extasiado.

-Por Dios Zaid no tiene sentido, esta a más de cinco kilómetros del Valle de los Reyes.

-Así es, y lo más impresionante es que no es un faraón, sino una mujer.

Los dos se miraron, luego papá continuó hablando.
-¡Santo Cielo Zaid! ¿Quién crees que pueda ser?

-Sin apresurar conjeturas, pienso que descubrimos la tumba de la legendaria Reina de Saba.

El rostro de Jonathan Oliver cambia su expresión a asombro agregando: -Es imposible, ¿por qué lo dices? se supone que gobernó Saba, en la actualidad Yemen, está muy lejos de casa. Además si de verdad es ella, sabes el descubrimiento que tendríamos entre manos, se creía que su existencia era sólo un mito, aunque la biblia la menciona en algunos de sus escritos.

-Hemos encontrado varios papiros que hacen mención de su nombre, por eso te mandé a llamar, porque no existe nadie igual que tú para interpretar jeroglíficos y lenguaje antiguo.

Parecía ser un momento majestuoso para ambos hombres hasta que corté su éxtasis al preguntar -¿Quién es la Reina de Saba?

Zaid me miró como si yo fuera un bicho raro, mi padre sonrió al ver la expresión de su amigo y procedió a dar una explicación que me hizo sentir avergonzada.

-Verás Zaid, mi hija no comparte nuestra pasión por la historia. Es más su madre tuvo que convencerla de venir, casi obligarla, ella prefiere salir con sus amigas, ir de compras al centro comercial y hacer las cosas que las mujeres acostumbran y no desarrolló mi amor por la arqueología en lo más mínimo.

-¡Adolescentes!. -Fue todo lo que dijo y ambos soltaron sonora carcajada, mientras yo sentía mis mejillas ruborizar y a punto de estallar.

-¿Puedo salir? -Pregunte molesta.

-Claro, espérame afuera o si prefieres da una vuelta por el museo puedes aprender mucho.

-Ve a la biblioteca. -Recomendó Zaid. -Busca a mi hijo Akil, pídele el libro sobre la Reina de Saba, el que escribió tu padre, así sabrás quién fue esta mujer.

-¿Y dónde está esa biblioteca?

-En mi residencia.

Zaid llamó a su asistente en un idioma que no entendí le dio instrucciones que me llevara a su casa. El hombre me sonrió y amablemente me hizo señas para que lo siguiera.

NAPKANAJI (El Secreto De La Pirámide De Saba)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora