NAPKANAJI (El Secreto De La Pirámide De Saba)

OLOR A TRAICIÓN

Cuando amaneció desperté a Tiaret, no podía esperar para contarle lo sucedido, escuchó atenta y se reflejaba en su rostro la alegría de verme tan entusiasmada.

-Se lo dije señorita, que él estaba interesado en usted, ¿Por qué se niega a creerlo?

-Jamás me había ocurrido algo así, es que lo veo, tan atractivo, caballeroso, amable, maduro, es como...

-Como uno de esos príncipes de los cuentos que me habló.

-Sí, pero ellos no son reales.

-Pero él sí, no tenga miedo de entregarse a lo que siente, no piense en el futuro, sólo el presente importa.

-A pesar de tu edad, eres una sabia consejera Tiaret.

-La vida me ha enseñado muchas cosas y una de ellas es a no tener miedo del amor, a veces lo encontramos en las personas que menos esperábamos.

-Lo sé, me gusta Akil pero al conocer a Jamîl, algo cambió.

-Quizás el joven Akil no es para usted.

-No sé, creo que me gustan ambos, aunque Jamîl un poco más.

-No puede entregar su amor a los dos, tendrá que decidir a quién amar.

-Hablas de amar y ni siquiera tengo claro que siento por ellos o ellos por mí.

-Si en este preciso instante su corazón tuviera que elegir, por quién se inclinaría la balanza.

Cerré los ojos y pensé en los dos y al profundizar mis sentimientos susurré: -Jamîl.

- Dime. -Contestó Jamîl, había entrado a la tienda sin darme cuenta.

Me puse nerviosa no supe qué decir, pero Tiaret improvisó: -Jamîl ¿Qué noticias nos traes?

-La caravana está próxima a partir, hice un trato con unos de los comerciantes, cambié dos camellos por una carreta, así estarán más cómodas. -Diciendo esto se retira no sin antes volverme a ver y sonreír.

-Gracias, no lo vi entrar. -Agradecí a Tiaret.

-Lo sé, tranquila no sospechó nada, pero por la forma en la que la miró le puedo asegurar que siente algo por usted, aunque trate de disimularlo.

Sonreí de sólo pensarlo. La caravana se puso en marcha, la carreta era jalada por el caballo de Jamîl. Él iba sentado adelante y los demás camellos estaban atados a la carreta. No habíamos avanzado mucho cuando nos detuvimos. Jamîl hablaba con alguien pero no pude ver con quién.

-¿Qué sucede Tiaret?

-Desapareció Nazim el hermano menor de Rabah el jefe de la caravana. Nadie lo ha visto desde anoche, están muy preocupados, parece que quieren montar un grupo de búsqueda, temen que le sucediera algo. Acaban de darse cuenta que no estaba con nosotros.

-Espero que esté bien.

-El desierto es traicionero, van a retrasar la partida, esperaran a que regresen los hombres que han sido enviados a buscarlo.

Jamîl se volvió hacia nosotras. su rostro refleja preocupación.

-¿Qué te ocurre? ¿Te preocupa el hermano de Rabah?

-No Nadia, lo que me preocupa es su extraña desaparición, algo no encaja. Me pidieron que los acompañara pero sería dejarlas solas y a la caravana. Se han ido muchos hombres, en este momento somos vulnerables a un ataque. Bajen de la carreta y manténgase junto a mí.

Jamîl desató al caballo y le colocó la montura.

-Escucha Nadia, si algo ocurriera quiero que tu y Tiaret monten a Sombra y se alejen a todo galope, él las llevará al Cairo, conoce el camino.