Foto de Jamîl, el misterioso jinete.
Cabalgamos un largo trayecto, dejando cada vez más atrás aquel desafortunado pueblo. La brisa del desierto se encargaba de borrar las huellas del caballo a su paso. No intercambiamos palabra, ni siquiera sabía si hablaba inglés, aguarde para ver hacia donde se dirigía.
Nos detuvimos en una pequeña aldea casi deshabitada, se acerco al pozo, donde dio de beber a su caballo y me ofreció agua. Había algo familiar en él, reconocía aquellas facciones aunque su rostro estuviera cubierto, era una locura pero se parecía al joven de mi sueño. Tomé el agua agradecida y luego de un breve descanso, continuamos el recorrido.
Casi atardecía cuando llegamos a un pequeño oasis, unas cuantas palmeras saludaban a la distancia, notando conforme nos acercábamos varias tiendas, en total 3 y algunos camellos atados junto a ellas.
El jinete se detuvo y me tomó nuevamente entre sus brazos, llevándome adentro de una de las tiendas, para mi sorpresa Tiaret estaba adentro, y me recibió con una amplia sonrisa.
El hombre me dejó con ella al tiempo que se retiraba, no pude más que acercarme a mi amiga y abrazarla, es cuando comencé a llorar.
-Señorita Nadia, gracias que está bien, pensé mucho en usted.
-Y yo en ti, ¿Qué pasó cuando nos separaron? Debes contarme todo.
-Me llevaron a una gran plaza con los demás y comenzaron la venta, cuando llegaron a mí este buen hombre apareció y me compró trayéndome aquí, ha sido gentil y me dijo que no tuviera miedo, que no me haría daño y que pronto usted estaría con nosotros y lo cumplió.
-¿Quién es? ¿Has visto su rostro?
-Sólo una vez y de perfil, casi siempre tiene la cara cubierta.
-¿Porqué cubre su cara? ¿Acaso no quiere que lo veamos?
-Eso no es del todo cierto. -Dijo una masculina voz en inglés detrás de nosotras.
El jinete apareció, llevaba puesto una túnica manga larga, con rayas azules con crema. Turbante blanco y calzaba lo que parecían ser botas cafés de alguna piel de animal.
-¿Quién eres? -Pregunté. -¿Por qué nos ayudas?
-Me envió tu padre.
Al escuchar esto, una enorme alegría me invadió, ¿Sería posible que ya todo llegara a su fin y pudiera regresar a casa?
El hombre comenzó a retirar su turbante dejando al descubierto unos despeinados cabellos castaño dorado, ojos color chocolate, piel bronceada. Conservaba en su fisonomía una mezcla de oriente y occidente como si perteneciera a ambas partes. Si Akil me impresionó cuando lo vi, este hombre lo hizo más, por su apariencia no tendría más de 23 años, muy varonil y atractivo.
-Gracias, gracias de verdad.
-Agradecí sincera.-No agradezca, aún no salimos del desierto, cuando estemos en el Cairo y usted de regreso en Inglaterra podrá decir que está a salvo.
-Aún así gracias, por liberar a Tiaret y sacarme de ahí.
-Con gusto.
-¿Cómo me encontró? ¿Dónde está papá?
-Cuando la secuestraron su padre formó un grupo para venir a buscarla, pero no tenía ni la menor idea por dónde iniciar así que intentó contactar a mi padre ya que eran amigos, lamentablemente falleció hace un par de años pero igual me ofrecí a ayudarlo, digamos que conozco el Sahara como la palma de mi mano, cada oasis, cada ruta de caravanas, cada cambiante duna, soy hombre del desierto.
-Lamento escuchar lo de su padre, ¿Y su madre? -No sé porqué le pregunte sobre ella.
-Nunca la conocí, ella murió poco tiempo después que naciera, era canadiense.
-Debe sentirse muy solo.
-No le doy espacio a la soledad, pero sí en ocasiones hace falta la compañía de una bella mujer.
Al decir esto me miró, sentí un calor que recorrió todo mi cuerpo, su mirada me taladraba como si pudiera ver en los rincones más íntimos de mi ser.
-Soy Jamîl por cierto, nos quedaremos aquí unos días hasta que esté recuperada. Luego iremos con su padre.
-Algo me inquieta, ha sido usted quién me rescatara del camino de fuego, ¿Cierto?
-Sí fui yo.
-Entonces por qué no huimos en lugar de entregarme a esos hombres.
-No hubiéramos llegado muy lejos, sabía lo que sucedería después por eso tomé el collar para tener una garantía de que podría comprarla, así saldría como su dueño y nadie sospecharía nada y me iría con completa libertad.
-Claro. -Respondí. Este hombre parecía tenerlo todo planeado, me pensé.
-¿Y el grupo de búsqueda? mencionó que mi padre formó uno.
-Lo convencí de quedarse en el Cairo, trabajo mejor solo. Descanse, coma, Tiaret cuidará de usted como antes.
Se retiró y me quedé observándolo, hasta que Tiaret interrumpió mis pensamientos.
-¿Y el otro joven señorita?, acaso veo interés en este desconocido.
-No lo sé, Akil me gusta pero él movió un sentimiento dentro de mí que parecía dormido.
-Quizás sus destinos estén cruzados para estar juntos.
-No lo creo, míralo ya es un hombre, que podría ver en una adolescente como yo.
-Usted ya es una mujer y muy bella, igual a la gran reina, como recomendación debería dejar crecer su cabello, a ellos les gustan más las mujeres con cabello largo.
-Lo corté como acto de rebeldía ante mi padre para mortificarlo.
-Crecerá señorita.
-Lo sé, igual no me hago ilusiones.
-Habría que estar ciego para no ver la forma en que él la miró.
-¿Tú crees Tiaret?
-Estuve aquí señorita, ¿Recuerda?
Sonreí olvidándome temporalmente de todo lo sucedido, sentí sueño, llevaba muchas noches sin dormir bien, así que con ayuda de Tiaret me acosté y no tarde mucho en dormirme.
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Sí ya lo sé, una que otra decepcionada de que el misterioso jinete no era Akil, ya me conocen, conmigo nada es lo que parece jajaja. Denle una oportunidad a Jamîl, se lo merece por haber ayudado a Nadia.
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NAPKANAJI (El Secreto De La Pirámide De Saba)
Misteri / Thriller"Yo reinaré por siempre" "Mi nombre será reconocido por generaciones" "Jamás quedaré en el olvido" "Yo soy Saba, Reina del Corazón del Ébano" "Y regresaré de entre los muertos para gobernar de nuevo" Nadia Oliver, jamás creyó que esta profecía tendr...