Miré con una sonrisa por la ventana. Había sido un viaje largo y cansado pero había valido la pena, no sólo por los impresionantes paisajes con los que me había topado en el camino, sino por lo que me esperaba en la estación de autobuses.Fue justo en la puerta de la estación cuando solté todas mis maletas y corrí a los brazos de aquel ojiverde que a pesar de los años aún podía reconocerlo. De la emoción mis ojos se cristalizaron y no pude contener algunas lágrimas de felicidad.
- Aw ¿estás llorando por mí?- preguntó riendo sin soltarme.
Le propiné un ligero golpe en el pecho y me separé de él. Limpié las lágrimas con la manga de mi suéter y contesté:
- Por supuesto que no- dije en tono serio- ¡Por Dios, Jonathan! ¿Cómo se te ocurre preguntar eso?
Volví a abrazarlo, esta vez haciendo que sus huesos tronaran.
- Me asfixias- fingió la falta de aire pero aún así lo solté, no sin antes estrujarlo un poco más.
Revolvió mi cabello, despeinándolo aún más si era posible, antes de ayudarme con mis maletas.
- Lindo auto- comenté al ver el Peugeot negro al lado de la acera.
Jonny sonrió mientras abría la cajuela del auto. Después de varios minutos de batallar con el equipaje finalmente pudimos partir hacia nuestro destino.
Cuando vi la pequeña casa de dos pisos, que alguna vez tuvo la fachada amarilla pero que ahora era de un vivo azul, la emoción me volvió a invadir. En cuestión de segundos la puerta de la casa se abrió dejando ver al resto de la familia Buckland. La tía Margaret fue la primera en darme la bienvenida para después dejar al tío Walter y a mi primo Daniel hacer lo mismo.
Los hombres de la casa me ayudaron a sacar la única maleta que necesitaba de entre las demás. Nuevamente fue un reto, pero al menos tardamos menos. Ahora dudaba si el auto de Jonny era lo suficientemente grande para el viaje de mañana.
El día fue igual a los que no tenía hace años. No me separé de Jonny por nada (sólo para ir al baño) y en todo ese tiempo hablamos como no lo hacíamos en mucho. Reímos como nunca hasta llorar. También cantamos y tocamos un poco, después de todo habíamos aprendido sobre música juntos.
- No puedo creer que vayamos a hacer esto- dijo mirando al techo con una sonrisa.
Aproveché su descuido y le aventé a la cara el cojín que traía entre las manos. No tardó mucho en regresar a mí de la misma manera.
- Yo tampoco- dije entre carcajadas- ¡Es como un sueño Jonny!
- Y te tengo una sorpresa
- ¿Qué?
- Es una sorpresa
- No seas malo Jonny boy- hice un puchero.
- Mis labios están sellados
Lo miré con cara seria e intenté golpearlo de nuevo con el cojín, pero tardé más en lanzarlo que en lo que este me golpeaba de vuelta. Comenzó a reír sin parar y sin dudar me le uní. Vaya que me había hecho falta Jonny todo este tiempo... y vaya que lo quería.
Aquella noche no pudimos dormir. No sé si eran los nervios, la felicidad o el simple hecho de que no podíamos terminar nuestra conversación tan fácil. Y fue más difícil el hacerlo cuando escuchamos los sollozos de tía Margaret en la otra habitación. Jonny se giró sobre su bolsa de dormir (había insistido en dejarme su cama pero yo no dejaría que durmiera en la sala) y se metió en la cama junto a mí al notar mi expresión.
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Us Against The World
FanfictionDespués de tanto tiempo, Charlotte ha regresado a su hogar para dejarlo nuevamente y embarcarse a una nueva aventura junto a dos de sus personas preferidas. Pero ellos dejarán de ser los tres mosqueteros para convertirse en ocho. Todo pinta bien par...