Capítulo 2

265 20 7
                                    


Liz no era mi compañera de cuarto como había imaginado. Aunque su recamara estaba justo frente a la mía.

Estaba acomodando el resto de mis cosas, sólo me hacían falta dos cajas y una maleta, cuando escuché unos golpes en la puerta para que después ésta se abriera. En el pórtico se encontraba una muchacha delgada, cabello oscuro y lacio y con lentes. Sin dudarlo le di una cálida sonrisa y me acerqué a ella.

- Tú debes ser mi compañera de cuarto. Soy Charlie. Deja te ayudo con eso.- dije tomando la caja que traía en las manos

- Gracias, yo soy Verónica. Y él es mi papá

Tras ella entró un hombre con barba de candado y me sonrió en forma de saludo.

Ayudé a Verónica a subir sus cosas, lo cual resultó más fácil que subir las mías ya que ella sí que llevaba pocas en comparación. Cuando terminamos su padre le dio un gran abrazo y se despidió de ella con lágrimas en los ojos, yo simplemente continué pegando mis pósters en las paredes alrededor de mi cama.

- ¿Te puedo preguntar algo?- dijo abriendo una de sus cajas

- Lo acabas de hacer- reí causando que ella hiciera lo mismo- Por supuesto que puedes

- ¿Charlie no es nombre de...

- ¿Hombre? Sí, pero ese no es mi nombre. Me llamo Charlotte pero toda mi vida he estada acostumbrada a Charlie por mi familia- resumí un poco la historia que una vez le había contado a Guy.

Ella asintió, entendiendo, y después le echó un vistazo a todas las imágenes que rodeaban mi cama. Tuve que explicarle el cómo mi papá se había vuelto empresario y el cómo lo seguí por todo el mundo. También yo descubrí que conocía un poco de la música que me gustaba, al menos no tendría inconveniente en reproducir mis discos en la bocinas ya que ella escuchaba de todo.

Habíamos comenzado una gran plática entre las dos, conociéndonos mejor, cuando escuchamos que tocaron la puerta. Nos echamos a reír cuando ambas dijimos "Adelante" al mismo tiempo. En la puerta estaba Jonny con Liz a sus espaldas.

- Ya es hora de comer Charlie Brown. Vamos a pasear a ver qué encontramos. Invita a tu amiga.

Miré a Verónica con ojos brillantes y una sonrisa que ni siquiera hicieron el intento de desaparecer cuando ella negó con la cabeza y dijo:

- Todavía tengo muchas cosas que desempacar.

- ¡Vamos!- dije jalándola del brazo.- Te ayudo cuando volvamos, no hay problema.

Los tres la miramos mientras meditaba su respuesta para que finalmente aceptara y se nos uniera.

- Sólo necesitamos pasar a mi dormitorio- comentó Jonny mientras caminábamos.

Caminábamos por los pasillos persiguiendo a Jonny, por lo que tuve que presentar primero a Liz. Sentía que entre nosotras las cosas irían muy bien. Después le "expliqué" a Jonny, por llamarlo así, le dije que éramos familia y todo eso.

- Pensé que era tu novio- comentó mientras reía

No era la primera vez que me pasaba. Jonathan y yo éramos tan unidos que de vez en cuando se malinterpretada un ambiente de pareja entre nosotros.

- Chris, ¿estás listo?- preguntó Jonny asomándose por el marco de la puerta de su habitación

- Sí, ahora sí.

De la recámara salió un muchacho de impresionantes ojos azules, aunque no era realmente guapo (como me había parecido Guy) tenía cierto atractivo.

- Hola chicas- dijo viéndonos a todas- Tú debes ser la prima de Jonathan, tienen los mismos ojos verdes.- se acercó a Liz y le estiró la mano en saludo.

Mi amiga correspondió el saludo con una sonrisa y le contestó de una manera muy ingeniosa.

- Mucho gusto, pero no soy la prima de Jonny, yo soy Liz Oakley. Ella sí es la dichosa prima- dijo señalándome.

La cara de Chris parecía tomate por la burla que había pasado. Esta vez fue a mí a quién saludó y dijo que para ser parientes no nos parecíamos mucho. La cuestión era que nos conociera a los dos para que así viera en que sí nos parecemos.

Al final Liz pasó un brazo entre los hombros de Verónica y se la presentó a ambos hombres de una vez, ya que Jonny aún no había tenido oportunidad de saber su nombre.

- Vasta de presentaciones, luego habrá tiempo para eso, yo ya tengo hambre- interrumpió Chris de la nada, haciendo que todos soltáramos una carcajada.

Como al parecer Chris era el único que ya conocía lo suficiente los alrededores lo seguimos e incluso pasamos de nuevo por nuestras habitaciones. Parecía que íbamos en alineación, los dos hombres al frente y las tres mujeres atrás. No me sorprendía ya que queríamos conocer a nuestros compañeros de habitación. Y eso me recordaba algo:

- Liz ¿y tu compañera?

- ¡Oh! Aún no la conozco, es decir, aún no ha llegado. Espero que no llegue y esculque mis cosas mientras nosotros estamos comiendo.

Después de eso no nos quedaba más que conocer a Verónica. Liz y yo queríamos que se uniera a nuestro grupo, que en realidad sólo era una pareja, pero se transformaría en un trio o incluso en un cuarteto si la compañera de Liz se nos unía. Bueno, era hora de conocer a más gente nueva.

En nuestro camino por los pasillos me topé con Guy arrastrando una maleta. Sin dudarlo le sonreí y lo saludé. Quise invitarlo a acompañarnos pero mi plan fue interrumpido por Chris, quien de la nada se había detenido y me hizo chocar contra él y hacerme caer sobre mi trasero.

- Lo lamento ¿estas bien?- preguntó de inmediato ayudándome a ponerme en pie.

No había sido nada, un simple empujón, pero podía notar en la cara de Guy que nada de eso le había agradado y después lo vi desaparecer con rapidez.

Sin más continuamos nuestro camino por unos minutos más. Salimos del campus y aún tuvimos que recorrer algunas cuadras para llegar a un pequeño lugar que era adornado por una lona roja para cubrir el sol.

- Voalá- Chris extendió las manos con entusiasmo, señalando el lugar- sé que hay mejores cosas por aquí, pero el pay de queso de Speede's no tiene comparación.

En cuanto escuché "pay de queso" mi boca comenzó a hacerse agua ante la idea de ordenar uno de esos suculentos postres.

Durante la comida nuestras bocas estuvieron ocupadas o en masticar o en hablar, incluso en ocasiones ambas. Pero descubrimos algo, nos llevábamos muy bien. Ahora sólo era cuestión de tiempo para poder encontrar los detalles, tanto malos como buenos, en esta amistad que había comenzado con el pie derecho.

Y ya sin preocuparme de esas cosas, saboreé la primera cucharada de mi pay de queso como si no hubiera un mañana. Pero mi concentración en la explosión de sabores que ocurría en mi paladar fue interrumpida al ver cómo la cuchara de Chris se estiraba y robaba un pedazo.

- ¿Qué? Dejé que te quedaras la última rebanada, pero yo nunca me iría de este lugar sin el sabor del pay en mi boca- se excusó al ver mi expresión de quererlo matar.

Us Against The WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora