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–¡Emma!– Jacob salía por la puerta de su instituto y se encontró con la chica que estaba robando sus pensamientos todos los días.

Emma se sorprendió al escuchar su nombre, pero reconoció esa voz y se detuvo en seco para voltear.

–Jacob– el se acerco rápidamente a ella, mientras que su corazón parecía que iba a explotar en cualquier minuto.

–Necesito hablar contigo– Jacob agarró a Emma y la llevo a un lugar más apartado del instituto– Quería explicarte porque no fui la otra vez, es que Kimberly me dijo si quería ir a almorzar con ella y sus amigos y le dije que no, pero ella me llevo de todos modos y lamento haberte dejado allí– Emma se sobresalto cuando Jacob tomo sus manos.

Jacob sintió un cosquilleo en el estomago cuando tomo las manos de Emma.

–Esta bien, Jacob. No estoy enojada contigo– Jacob se relajo al oír eso, y sonrío, al igual que Emma.

–Gracias, ¿quieres ir a tomar un jugo?, se donde hacen unos deliciosos.

–Claro, me encantaría– Emma estaba muy feliz al igual que Jacob, pero no podían hacer nada para demostrarlo.

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