Sin Precaución

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Era una noche de lunes, y dos personas se encontraban  durmiendo en una habitación. El chico chino estaba abrazado protectoramente al coreano, mientras que este último sólo se quedaba allí, gustoso de su calidez. De pronto, se empezó a escuchar un sollozo infantil y el chico coreano se movió incómodo.

- Jackson... Yo ya he ido antes, te toca a ti...- Dijo más bien en sueños que despierto. 
- Seguro que prefiere que vaya su mamá antes que su papá, te adora. - Se excusó pero entonces sintió un pequeño ronquido por parte de su gatito y supo que iba a ser él quien tuviera que ir a mirar al bebé.

Llegó hasta el y simplemente sonrió mientras le cambiaba el pañal. Era un precioso niño y Jackson cada vez que lo miraba no podía evitar ver a JaeBum en el, puesto a que era igual excepto en el cabello, el cual había heredado de su padre. Jackson sonrió cuando le vio dormir.

- Y pensar que todo empezó gracias a ti...-




****

JaeBum no podía creerlo. Había sido tan de golpe, de un momento a otro estaba con su compañero tranquilamente hablando y en el otro estaba en la cama de su habitación, con sus piernas en los hombros de su amigo, mientras sentía como preparaba, una y otra vez, su pequeña entrada. Gritó y su acompañante sonrió, sabiendo que había encontrado su punto dulce.

- Jack-Jackson...- Murmuró, completamente avergonzado. No es que a JaeBum no le gustara estar en esa posición, de hecho estaba ocultando su rostro sonrojado, pero Jackson era demasiado dominante para él, y antes de darse cuenta, estaba en esta situación.

- Jae... Voy a entrar... - Le advirtió, y justo en ese momento, el chico sonrojado observó cómo se iba a colocar un preservativo, pero le frenó.

- Quiero sentirte dentro de mí, Jackson. Quiero que te corras en mí. - Se sinceró, avergonzado. Por supuesto, él llevaba mucho tiempo enamorado del gato seductor, pero sabía que para Jackson sólo era una conquista más. Era por esa razón que quería sentirlo en su interior, al menos una vez.

Jackson se sorprendió cuando le escuchó pero después le besó.

- ¿Estás seguro?

- No debería pasar nada extraño, ¿verdad? - Preguntó él, algo preocupado. Jackson se quedó callado por un minuto. - ¿Jack-Jackson? -

- No debería. Y si sucede, entonces yo cuidaré de ti. - JaeBum se sonrojó un poco más y no tardó en notar como el gran miembro de Jackson entraba en él y comenzaba a moverlo de manera lenta, y aunque al principio se lo agradeció, luego le instigó por más. Comenzó a embestirle una y otra vez, haciendo que JaeBum gritara su nombre una y otra vez. Cuando Jackson sintió el cuerpo de Jae contraerse, sonrió y se acercó a él, besándole mientras apretaba uno de sus pezones, haciendo que JaeBum se descargara sobre sus estómagos con un -según Jackson- lindo gemido. El gato siguió un poco más hasta que se corrió dentro de Jae, tal como había querido su amante de una noche.

Jackson tapó a los dos y abrazó de manera protectora a su amante. Estaba nervioso, al día siguiente sabría si sus locas acciones sobre JaeBum tendrían algún resultado, lo que le asustaba y a la vez le esperanzaba. Si ocurría eso, tendría la posibilidad de convertir a JaeBum en algo más íntimo de lo que ya eran.

Al día siguiente, sintió que alguien le hacía cosquillas en su cuello y se despertó. Al principio se extrañó. ¿Por qué había un hombre con orejas de gato y cola en su cama? Luego, miró bien. No era un hombre cualquiera. Era... JaeBum. Jackson palideció. ¡Realmente sus acciones habían tenido resultado! ¿Cómo se lo iba a explicar a Jae? Se quedó mirando al chico durmiendo y Jackson pensó en que si antes ya era adorable, ahora ya rozaba la infinita ternura. Así que, Jackson frunció el ceño. Sabía cuanta gente había interesada en JaeBum y no estaba dispuesto a entregarlo, y menos ahora.

Sin Precausión (JackBum)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora